/ lunes 25 de abril de 2022

Alfonso Martínez, de los peor evaluados del país.

Los resultados de diversas encuestas de percepción sobre seguridad y popularidad publicados recientemente por diversas instituciones y empresas han colocado al presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, en una posición nada envidiable. Los motivos pueden ser muchos pero sin duda los problemas de inseguridad le han significado insistentes críticas de diversos sectores sociales y políticos, aunado a que la percepción de inseguridad ha aumentado casi 10 puntos desde su regreso al Ayuntamiento.

De entrada, Consulta Mitofsky, en la encuesta de abril “Alcaldes de México, aprobación ciudadana”, coloca al edil moreliano en el lugar 31 de 32 alcaldes capitalinos, sólo por debajo de José Luis Uriostegui S., alcalde de Cuernavaca, Morelos, y en el lugar 96 de 100 evaluados, con un puntaje de 27.2 por ciento.

Esta mala imagen de Alfonso Martínez puede ser explicada también por el incremento en la percepción de inseguridad registrada desde su regreso al gobierno. Los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, presentada hace algunos días, muestra que las y los morelianos se sienten más inseguros hoy que hace algunos meses en su ciudad, a pesar de que una de las principales promesas y compromisos del edil moreliano fue precisamente mejorar la seguridad. Y casi al cumplirse un tercio de su gobierno, los argumentos de culpar a Raúl Morón parecen perder fuerza.

De acuerdo al documento, el 77 por ciento de las y los morelianos consideran inseguro vivir en la capital michoacana, colocándose por encima de la media nacional y registrando un incremento con respecto al último trimestre de 2021, ya que en diciembre del año pasado Morelia tenía el 73.7 por ciento, mientras que en septiembre el 68 por ciento, es decir, 9 puntos menos. También es de destacar que los lugares donde se sienten más inseguros las y los morelianos es en los cajeros automáticos que se encuentran en la vía púbica, en el transporte público, en los bancos y en las calles por las cuales normalmente circulan.

Esta percepción de inseguridad ha generado que los habitantes de la capital michoacana, como de otras ciudades que registran altos niveles en la percepción de inseguridad -Uruapan (86.7%) y Lázaro Cárdenas (49.7%)- han generado cambios en el comportamiento y hábitos de la población: evitar el uso de joyería, portar mucho dinero o las tarjetas de crédito por temor a ser asaltados; evitar salir a la calle después de las 8 de la noche o prohibir que niños salgan de la vivienda.

Pero si bien la percepción de inseguridad puede ser debatible, otro indicador ubicó a Morelia dentro de las 50 ciudades más violentas del mundo. De acuerdo con los indicadores de Justicia y Paz. Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, A.C. que anualmente publica esta lista, la capital michoacana se colocó en el lugar 34.

La inseguridad en Morelia ha comenzado a generar inquietud entre la clase política. En su cuenta de Twitter, el presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor y exdirigente de la organización Revolución Social –dedicada a la persecución de presuntos delincuentes-, Guillermo Valencia Reyes, publicó: “Preocupa que la ciudadanía no crea en las autoridades municipales de Morelia. Según una encuesta de Mitofsky, el alcalde de Morelia casi ocupa el último lugar en aprobación” y en otro tuit: “¡Es normal: la inseguridad es su carta de presentación! Según el INEGI la percepción de inseguridad en la capital del estado aumentó del 73.7% al 77:0%”.

Mujeres el transporte público

El gobierno estatal anunció la implementación del Programa de Prevención y Atención de la Violencia contra Mujeres en el Transporte Público, “diseñado para promover el respeto y protección a los derechos de las usuarias en la entidad”. Por medio del protocolo “Viajo segura” se presentó un “violentómetro” –lista de agravios que será colocada en las unidades del transporte- para que las usuarias conozcan el tipo de agresiones de las que pueden ser víctimas y la forma de proceder.

Sin embargo, como claramente advierte la activista Circe López Riofrío, presidenta de la asociación civil Humanas sin violencia y quien recientemente fue galardonada con la presea “La mujer michoacana”, otorgada por el Congreso el estado, el programa gubernamental no tiene pies ni cabeza. No queda claro el proceso para presentar la queja o denuncia en caso de ser víctima de una agresión y cómo se ubicará al presunto agresor. De acuerdo con un diagnóstico elaborado en 2019 y entregado a la entonces Secretaría de la Mujer, se establecía que el 94 por ciento de las agresiones provenían de los propios usuarios y en la mitad de las ocasiones el chofer ni siquiera se había percatado.

Por ello, Circe López advierte que cualquier programa orientado a prevenir y castigar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas debe partir de una estrategia integral, de lo contrario, solo quedaran declaraciones sin sustento.

Ahí están las expertas, quienes llevan años trabajando en la promoción de los derechos de las mujeres, para que sean tomadas en cuenta.

Los resultados de diversas encuestas de percepción sobre seguridad y popularidad publicados recientemente por diversas instituciones y empresas han colocado al presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, en una posición nada envidiable. Los motivos pueden ser muchos pero sin duda los problemas de inseguridad le han significado insistentes críticas de diversos sectores sociales y políticos, aunado a que la percepción de inseguridad ha aumentado casi 10 puntos desde su regreso al Ayuntamiento.

De entrada, Consulta Mitofsky, en la encuesta de abril “Alcaldes de México, aprobación ciudadana”, coloca al edil moreliano en el lugar 31 de 32 alcaldes capitalinos, sólo por debajo de José Luis Uriostegui S., alcalde de Cuernavaca, Morelos, y en el lugar 96 de 100 evaluados, con un puntaje de 27.2 por ciento.

Esta mala imagen de Alfonso Martínez puede ser explicada también por el incremento en la percepción de inseguridad registrada desde su regreso al gobierno. Los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, presentada hace algunos días, muestra que las y los morelianos se sienten más inseguros hoy que hace algunos meses en su ciudad, a pesar de que una de las principales promesas y compromisos del edil moreliano fue precisamente mejorar la seguridad. Y casi al cumplirse un tercio de su gobierno, los argumentos de culpar a Raúl Morón parecen perder fuerza.

De acuerdo al documento, el 77 por ciento de las y los morelianos consideran inseguro vivir en la capital michoacana, colocándose por encima de la media nacional y registrando un incremento con respecto al último trimestre de 2021, ya que en diciembre del año pasado Morelia tenía el 73.7 por ciento, mientras que en septiembre el 68 por ciento, es decir, 9 puntos menos. También es de destacar que los lugares donde se sienten más inseguros las y los morelianos es en los cajeros automáticos que se encuentran en la vía púbica, en el transporte público, en los bancos y en las calles por las cuales normalmente circulan.

Esta percepción de inseguridad ha generado que los habitantes de la capital michoacana, como de otras ciudades que registran altos niveles en la percepción de inseguridad -Uruapan (86.7%) y Lázaro Cárdenas (49.7%)- han generado cambios en el comportamiento y hábitos de la población: evitar el uso de joyería, portar mucho dinero o las tarjetas de crédito por temor a ser asaltados; evitar salir a la calle después de las 8 de la noche o prohibir que niños salgan de la vivienda.

Pero si bien la percepción de inseguridad puede ser debatible, otro indicador ubicó a Morelia dentro de las 50 ciudades más violentas del mundo. De acuerdo con los indicadores de Justicia y Paz. Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, A.C. que anualmente publica esta lista, la capital michoacana se colocó en el lugar 34.

La inseguridad en Morelia ha comenzado a generar inquietud entre la clase política. En su cuenta de Twitter, el presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor y exdirigente de la organización Revolución Social –dedicada a la persecución de presuntos delincuentes-, Guillermo Valencia Reyes, publicó: “Preocupa que la ciudadanía no crea en las autoridades municipales de Morelia. Según una encuesta de Mitofsky, el alcalde de Morelia casi ocupa el último lugar en aprobación” y en otro tuit: “¡Es normal: la inseguridad es su carta de presentación! Según el INEGI la percepción de inseguridad en la capital del estado aumentó del 73.7% al 77:0%”.

Mujeres el transporte público

El gobierno estatal anunció la implementación del Programa de Prevención y Atención de la Violencia contra Mujeres en el Transporte Público, “diseñado para promover el respeto y protección a los derechos de las usuarias en la entidad”. Por medio del protocolo “Viajo segura” se presentó un “violentómetro” –lista de agravios que será colocada en las unidades del transporte- para que las usuarias conozcan el tipo de agresiones de las que pueden ser víctimas y la forma de proceder.

Sin embargo, como claramente advierte la activista Circe López Riofrío, presidenta de la asociación civil Humanas sin violencia y quien recientemente fue galardonada con la presea “La mujer michoacana”, otorgada por el Congreso el estado, el programa gubernamental no tiene pies ni cabeza. No queda claro el proceso para presentar la queja o denuncia en caso de ser víctima de una agresión y cómo se ubicará al presunto agresor. De acuerdo con un diagnóstico elaborado en 2019 y entregado a la entonces Secretaría de la Mujer, se establecía que el 94 por ciento de las agresiones provenían de los propios usuarios y en la mitad de las ocasiones el chofer ni siquiera se había percatado.

Por ello, Circe López advierte que cualquier programa orientado a prevenir y castigar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas debe partir de una estrategia integral, de lo contrario, solo quedaran declaraciones sin sustento.

Ahí están las expertas, quienes llevan años trabajando en la promoción de los derechos de las mujeres, para que sean tomadas en cuenta.