/ lunes 30 de mayo de 2022

AMLO, un ángel de la guarda para Bedolla

El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se ha convertido en el mayor propagandista del presidente Andrés Manuel López Obrador. En el olvido quedó aquel intento, al menos verbal, del entonces presidente Ernesto Zedillo, de mantener una “sana distancia” con su partido para evitar que los recursos públicos y los programas sociales fueran utilizados en beneficio de su partido y la oligarquía que gobernaba México. Hoy, nada ha cambiado, al menos en Michoacán.

Durante su visita a varios municipios de la Tierra Caliente, el mandatario michoacano repitió la misma arenga en todos y cada uno de ellos: comparó el presupuesto municipal con el monto de recursos federales destinados a los programas sociales y, en todos, pidió agradecer y brindarle un generoso aplauso al presidente Andrés Manuel López Obrador. Incluso, Ramírez Bedolla llamó al Presidente “ángel de la guarda”.

Si bien es cierto que el presupuesto destinado a los programas sociales por parte del Gobierno de la República en algunos casos cuadruplica los recursos municipales es por la anacrónica y abusiva fórmula de distribución del presupuesto a los diversos órdenes de gobierno implantada por el PRI cuando era el partido hegemónico pero que Morena ha preferido mantenerla dado el enorme control político y económico que le brinda ahora que están al frente de la Presidencia de la República.

Así, el Presidente se mantiene como el benefactor, el bienhechor, el benévolo, el generoso, el piadoso, el “ángel de la guarda” de los gobiernos municipales y estatales y, por supuesto, de las comunidades más necesitadas de recursos que se convierten en potenciales ejércitos de votantes en favor de quien los favorece, como sucedía antaño.

Morena tenía la posibilidad de transformar radical y estructuralmente el sistema de distribución presupuestal pero entendió que mantener el control de los recursos les permite destinarlos a todos esos programas sociales y obras faraónicas que tienen un impacto en la percepción de la ciudadanía. Pero, claro, también se requiere de un recordatorio permanente de quien es el “gran benefactor”. Como escribiera Orwell en su novela 1984: “…Esta era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión”.

Ayuntamiento y los cambios cosméticos

La semana pasada, el Cabildo de Morelia aprobó “endurecer” las sanciones a los establecimientos del Giro “C” que incumplan con el Reglamento para el Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles, Industriales y de Servicio en el Municipio de Morelia, principalmente en los rubros de: vender bebidas alcohólicas a menores de edad, incumplir con el horario de cierre, bloquear las calles y banquetas y no contar con medidas de contención del sonido que causan ruido excesivo.

La decisión sería plausible si el Ayuntamiento hiciera cumplir el citado Reglamento. Todas y cada una de estas acciones se realizan de forma ampliamente visible sin que ningún inspector municipal haga cumplir la normatividad y esto no se entiende sin que medien actos de corrupción, ya sea por omisión o por acción. Han sido múltiples e insistentes las llamadas de auxilio que miles de vecinos, que viven cerca de bares, centros botaneros y cantinas, han hecho al gobierno municipal sin recibir ningún tipo de apoyo. Y para muestra un simple botón: todas esas violaciones al Reglamento las encuentran, todas juntas, en los bares del bulevar García de León y la calle Teniente Alemán de las colonia Chapultepec.


Ayuda genuina o protagonismo.

Desde hace unos días se reactivó nuevamente el trabajo legislativo para actualizar la Ley de Comunicaciones y Transportes del estado para reconocer las plataformas digitales del transporte público que lideran Uber y Didi, por mencionar las más importantes. Lo que llama la atención es que no sean los integrantes de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, sino el diputado Juan Carlos Barragán, quien abandera esta nueva propuesta.

Ya realizó reuniones con representantes de organizaciones de transportistas de plataformas digitales que están en la mejor disposición de pagar los mismos impuestos que los taxis concesionados con tal que los dejen trabajar sin la presión de ser perseguidos por la Cocotra y la Secretaría de Seguridad Pública. Pero esta intentona ya generó molestia entre los líderes del transporte que ven una competencia desleal y exigen participar en estos “foros” de análisis para exponer sus preocupaciones.

El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se ha convertido en el mayor propagandista del presidente Andrés Manuel López Obrador. En el olvido quedó aquel intento, al menos verbal, del entonces presidente Ernesto Zedillo, de mantener una “sana distancia” con su partido para evitar que los recursos públicos y los programas sociales fueran utilizados en beneficio de su partido y la oligarquía que gobernaba México. Hoy, nada ha cambiado, al menos en Michoacán.

Durante su visita a varios municipios de la Tierra Caliente, el mandatario michoacano repitió la misma arenga en todos y cada uno de ellos: comparó el presupuesto municipal con el monto de recursos federales destinados a los programas sociales y, en todos, pidió agradecer y brindarle un generoso aplauso al presidente Andrés Manuel López Obrador. Incluso, Ramírez Bedolla llamó al Presidente “ángel de la guarda”.

Si bien es cierto que el presupuesto destinado a los programas sociales por parte del Gobierno de la República en algunos casos cuadruplica los recursos municipales es por la anacrónica y abusiva fórmula de distribución del presupuesto a los diversos órdenes de gobierno implantada por el PRI cuando era el partido hegemónico pero que Morena ha preferido mantenerla dado el enorme control político y económico que le brinda ahora que están al frente de la Presidencia de la República.

Así, el Presidente se mantiene como el benefactor, el bienhechor, el benévolo, el generoso, el piadoso, el “ángel de la guarda” de los gobiernos municipales y estatales y, por supuesto, de las comunidades más necesitadas de recursos que se convierten en potenciales ejércitos de votantes en favor de quien los favorece, como sucedía antaño.

Morena tenía la posibilidad de transformar radical y estructuralmente el sistema de distribución presupuestal pero entendió que mantener el control de los recursos les permite destinarlos a todos esos programas sociales y obras faraónicas que tienen un impacto en la percepción de la ciudadanía. Pero, claro, también se requiere de un recordatorio permanente de quien es el “gran benefactor”. Como escribiera Orwell en su novela 1984: “…Esta era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión”.

Ayuntamiento y los cambios cosméticos

La semana pasada, el Cabildo de Morelia aprobó “endurecer” las sanciones a los establecimientos del Giro “C” que incumplan con el Reglamento para el Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles, Industriales y de Servicio en el Municipio de Morelia, principalmente en los rubros de: vender bebidas alcohólicas a menores de edad, incumplir con el horario de cierre, bloquear las calles y banquetas y no contar con medidas de contención del sonido que causan ruido excesivo.

La decisión sería plausible si el Ayuntamiento hiciera cumplir el citado Reglamento. Todas y cada una de estas acciones se realizan de forma ampliamente visible sin que ningún inspector municipal haga cumplir la normatividad y esto no se entiende sin que medien actos de corrupción, ya sea por omisión o por acción. Han sido múltiples e insistentes las llamadas de auxilio que miles de vecinos, que viven cerca de bares, centros botaneros y cantinas, han hecho al gobierno municipal sin recibir ningún tipo de apoyo. Y para muestra un simple botón: todas esas violaciones al Reglamento las encuentran, todas juntas, en los bares del bulevar García de León y la calle Teniente Alemán de las colonia Chapultepec.


Ayuda genuina o protagonismo.

Desde hace unos días se reactivó nuevamente el trabajo legislativo para actualizar la Ley de Comunicaciones y Transportes del estado para reconocer las plataformas digitales del transporte público que lideran Uber y Didi, por mencionar las más importantes. Lo que llama la atención es que no sean los integrantes de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, sino el diputado Juan Carlos Barragán, quien abandera esta nueva propuesta.

Ya realizó reuniones con representantes de organizaciones de transportistas de plataformas digitales que están en la mejor disposición de pagar los mismos impuestos que los taxis concesionados con tal que los dejen trabajar sin la presión de ser perseguidos por la Cocotra y la Secretaría de Seguridad Pública. Pero esta intentona ya generó molestia entre los líderes del transporte que ven una competencia desleal y exigen participar en estos “foros” de análisis para exponer sus preocupaciones.