/ miércoles 16 de enero de 2019

¿Cuál ley?

En un mundo con enormes desafíos, donde las crisis, la violencia, la insensatez, el desenfreno, la ignorancia, la incertidumbre, la desesperación, y tantas otras cosas se dejan ver en las naciones, se vuelve imperante girar la cabeza para tomar las enseñanzas atesoradas a través de la historia.

El ser humano necesita volver a los imperantes morales que nos transmiten entendimiento de las realidades que confrontamos. El libro de Proverbios que encontramos en el documento bíblico contiene gran cantidad de enseñanzas recopiladas, contenidas de manera sencilla para que toda persona con una mente dispuesta para obtener buen juicio pueda adquirirlo.

Uno de estos proverbios dice: “Donde no hay dirección divina, no hay orden, ¡feliz el pueblo que cumple la ley de Dios!” (Proverbios 29:18).

¿Alguna vez te has preguntado por qué cíclicamente las naciones se desploman, muy a pesar de que el deseo y planes del hombre en los sistemas sociales que construye, lo hace con miras a la felicidad y al progreso?

La historia tiene mucho qué revelarnos en respuesta a esta pregunta, nos revela cómo el ser humano busca establecer sus propias normas para ordenar sus sociedades, las cuales llegan a reglamentar cada aspecto de la vida humana asfixiando la libertad y el progreso.

Este es el resultado cuando el hombre hace a un lado la ley moral de Dios, cuando el hombre busca ponerse en lugar de Dios, y sobre su limitada naturaleza y conocimiento establece leyes que degeneran en volúmenes de leyes que no le otorgan la felicidad que busca, por eso constantemente se cambian, se anexan y se quitan leyes conforme a los intereses de la élite gobernante, y es un cuento de nunca acabar.

Tan solo en México, me pregunto si los abogados conocen con toda exactitud todas las leyes que rigen actualmente en todo el país, los estados y los municipios. Aunque también nos haría bien preguntarnos si estás leyes nos han brindado la paz, la felicidad y la prosperidad que buscamos.

México nunca ha conocido, ni mucho menos experimentado la ley moral de Dios, sin embargo, deberíamos considerar la influencia que esta ley moral de Dios ha tenido en el desarrollo de occidente, pues sin esta ley occidente jamás se habría desarrollado de la manera como lo conocemos, y aún tendríamos en su gran mayoría las clásicas monarquías, esto sólo por mencionar un ejemplo.

Otro ejemplo es que en ninguna cultura las personas se ponen contentas cuando les roban, les mienten o cuando atentan contra sus vidas, pues el no robar, no mentir y no matar son máximas morales establecidas en la ley moral de Dios para toda nación y raza; aún la perspectiva humanista secular que domina hoy en día ha venido tomando prestadas estas máximas morales que encontramos en La Biblia, aunque claro, las ha venido interpretando a su conveniencia.

Esto que estamos analizando nos recuerda el proverbio antes mencionado, que es imposible que pueda haber orden si desechamos la ley moral de Dios. El hombre podrá ignorar esta ley, rechazarla o llamarla retrógrada o arcaica, pero la realidad es que las leyes que el hombre ha venido poniendo, haciendo a un lado la normatividad de Dios revelada en La Biblia, si estas leyes de hombres fueran capaces de traernos el verdadero progreso y la felicidad, entonces, desde hace siglos este país fuera una maravilla, lo cual está muy lejos de la realidad en la que nos encontramos.

¿Cuánto desorden más será capaz de soportar el ser humano para abrir su mente y comprender que el cumplimiento de la ley moral de Dios es la clave para alcanzar su desarrollo y verdadera felicidad? (F)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

En un mundo con enormes desafíos, donde las crisis, la violencia, la insensatez, el desenfreno, la ignorancia, la incertidumbre, la desesperación, y tantas otras cosas se dejan ver en las naciones, se vuelve imperante girar la cabeza para tomar las enseñanzas atesoradas a través de la historia.

El ser humano necesita volver a los imperantes morales que nos transmiten entendimiento de las realidades que confrontamos. El libro de Proverbios que encontramos en el documento bíblico contiene gran cantidad de enseñanzas recopiladas, contenidas de manera sencilla para que toda persona con una mente dispuesta para obtener buen juicio pueda adquirirlo.

Uno de estos proverbios dice: “Donde no hay dirección divina, no hay orden, ¡feliz el pueblo que cumple la ley de Dios!” (Proverbios 29:18).

¿Alguna vez te has preguntado por qué cíclicamente las naciones se desploman, muy a pesar de que el deseo y planes del hombre en los sistemas sociales que construye, lo hace con miras a la felicidad y al progreso?

La historia tiene mucho qué revelarnos en respuesta a esta pregunta, nos revela cómo el ser humano busca establecer sus propias normas para ordenar sus sociedades, las cuales llegan a reglamentar cada aspecto de la vida humana asfixiando la libertad y el progreso.

Este es el resultado cuando el hombre hace a un lado la ley moral de Dios, cuando el hombre busca ponerse en lugar de Dios, y sobre su limitada naturaleza y conocimiento establece leyes que degeneran en volúmenes de leyes que no le otorgan la felicidad que busca, por eso constantemente se cambian, se anexan y se quitan leyes conforme a los intereses de la élite gobernante, y es un cuento de nunca acabar.

Tan solo en México, me pregunto si los abogados conocen con toda exactitud todas las leyes que rigen actualmente en todo el país, los estados y los municipios. Aunque también nos haría bien preguntarnos si estás leyes nos han brindado la paz, la felicidad y la prosperidad que buscamos.

México nunca ha conocido, ni mucho menos experimentado la ley moral de Dios, sin embargo, deberíamos considerar la influencia que esta ley moral de Dios ha tenido en el desarrollo de occidente, pues sin esta ley occidente jamás se habría desarrollado de la manera como lo conocemos, y aún tendríamos en su gran mayoría las clásicas monarquías, esto sólo por mencionar un ejemplo.

Otro ejemplo es que en ninguna cultura las personas se ponen contentas cuando les roban, les mienten o cuando atentan contra sus vidas, pues el no robar, no mentir y no matar son máximas morales establecidas en la ley moral de Dios para toda nación y raza; aún la perspectiva humanista secular que domina hoy en día ha venido tomando prestadas estas máximas morales que encontramos en La Biblia, aunque claro, las ha venido interpretando a su conveniencia.

Esto que estamos analizando nos recuerda el proverbio antes mencionado, que es imposible que pueda haber orden si desechamos la ley moral de Dios. El hombre podrá ignorar esta ley, rechazarla o llamarla retrógrada o arcaica, pero la realidad es que las leyes que el hombre ha venido poniendo, haciendo a un lado la normatividad de Dios revelada en La Biblia, si estas leyes de hombres fueran capaces de traernos el verdadero progreso y la felicidad, entonces, desde hace siglos este país fuera una maravilla, lo cual está muy lejos de la realidad en la que nos encontramos.

¿Cuánto desorden más será capaz de soportar el ser humano para abrir su mente y comprender que el cumplimiento de la ley moral de Dios es la clave para alcanzar su desarrollo y verdadera felicidad? (F)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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