/ viernes 29 de julio de 2022

El liderazgo internacional de López Obrador

¿El presidente Andrés Manuel López Obrador es un líder en la región latinoamericana? No hay duda de que se trata de un político con un amplio respaldo social en México. Así lo demuestran los más de 30 millones de votos obtenidos en las elecciones de 2018 y una aprobación popular a junio de este año que fluctúa alrededor del 62%. Pero, ¿podría ejercer un liderazgo a nivel internacional?

Recientemente, el político francés Jean-Luc Mélenchon visitó México. El líder de la izquierda en Francia tiene una relación de amistad con López Obrador. Le reconoce su apoyo cuando estando en búsqueda de la Presidencia, en la oposición, Mélenchon siempre mostró interés en dialogar con el tabasqueño, en particular cuando visitó París hace algunos años.

Mélenchon declaró en México que López Obrador tiene un liderazgo en América Latina, que, sin embargo, no ejerce: “a mis ojos, Andrés Manuel López Obrador tiene un liderazgo natural porque es el más experimentado y el que tiene el punto de vista y la estrategia, la más equilibrada de relación con los norteamericanos, que es el problema central de toda América Latina”.

Para el francés, es de lamentar que el presidente mexicano no esté interesado en ejercer un liderazgo allende las fronteras de su país: “él no está interesado en asumir un liderazgo; lo asume, pero no está buscando un papel, me gustaría que sí. Se adelanta más porque es el país más importante, numeroso y con su posición particular, con 3 mil 500 kilómetros de frontera común con el imperio, disculpen, con los Estados Unidos. Y su punto de vista no alineado es muy importante para mí porque soy de la misma política”.

El asunto a destacar, empero, es que justamente la relación que más privilegia el presidente López Obrador es con los Estados Unidos, “el imperio”, como lo llama Mélenchon. Esto a juzgar por la cantidad de visitas oficiales realizadas a lo largo de sus cuatro años de gobierno.

López Obrador declaró en enero de 2021, en días previos a la toma de protesta de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos: “he decidido salir poco, desde que estoy en la presidencia sólo he hecho un viaje a Washington, a la Casa Blanca, porque era muy importante que se iniciara lo del Tratado de Libre Comercio; acabo de hablar de la importancia que tiene el tratado y por eso decidí salir. Siempre he pensado que la mejor política exterior es la interior”.

El presidente no realizó ningún viaje al extranjero en 2018 ni en 2019. Fue hasta el 7 de julio de 2020 que salió por primera vez del país en su calidad de cabeza del Estado mexicano. Lo hizo a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump en el marco de la entrada del Tratado de Libre Comercio Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC). Los siguientes dos viajes, en ese mismo año, fueron a Nueva York (Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) y a Washington D.C. (Cumbre de Líderes de América del Norte).

El 2022 es cuando López Obrador ha visitado más países, sin ser tan numerosos. Los primeros días de mayo viajó a Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba. Más recientemente, el 12 de julio, se reunió con Joe Biden, con quien abordó temas de migración, un plan antiinflacionario y la integración de América como región.

América Latina vive una nueva oleada de gobiernos de izquierda, pero sus liderazgos parecen constreñidos a sus propios países, en general mucho menos carismáticos que aquellos que comenzaron con la primera ola a partir de 1998 en Venezuela. Algunos presidentes incluso están más preocupados por la sobrevivencia política que por liderar a los presidentes de la zona. Quizá el caso más claro es el de Pedro Castillo en Perú, quien a apenas un año en el poder enfrenta un proceso de destitución.

La región latinoamericana se posiciona como una de gran relevancia para la izquierda en el mundo, sobre todo a partir de que en Europa ésta luce debilitada. Mélenchon y su partido, con el 22% de los votos, fue relegado al tercer lugar en las pasadas elecciones de su país, por ejemplo. De manera que existe un gran espacio para que México pudiera posicionarse como un importante referente. Pero ello no depende solamente de que alguien quiera o no asumir el liderazgo, sino también de los resultados que se entreguen a partir del ejercicio del gobierno en un entorno internacional bastante complicado.

¿El presidente Andrés Manuel López Obrador es un líder en la región latinoamericana? No hay duda de que se trata de un político con un amplio respaldo social en México. Así lo demuestran los más de 30 millones de votos obtenidos en las elecciones de 2018 y una aprobación popular a junio de este año que fluctúa alrededor del 62%. Pero, ¿podría ejercer un liderazgo a nivel internacional?

Recientemente, el político francés Jean-Luc Mélenchon visitó México. El líder de la izquierda en Francia tiene una relación de amistad con López Obrador. Le reconoce su apoyo cuando estando en búsqueda de la Presidencia, en la oposición, Mélenchon siempre mostró interés en dialogar con el tabasqueño, en particular cuando visitó París hace algunos años.

Mélenchon declaró en México que López Obrador tiene un liderazgo en América Latina, que, sin embargo, no ejerce: “a mis ojos, Andrés Manuel López Obrador tiene un liderazgo natural porque es el más experimentado y el que tiene el punto de vista y la estrategia, la más equilibrada de relación con los norteamericanos, que es el problema central de toda América Latina”.

Para el francés, es de lamentar que el presidente mexicano no esté interesado en ejercer un liderazgo allende las fronteras de su país: “él no está interesado en asumir un liderazgo; lo asume, pero no está buscando un papel, me gustaría que sí. Se adelanta más porque es el país más importante, numeroso y con su posición particular, con 3 mil 500 kilómetros de frontera común con el imperio, disculpen, con los Estados Unidos. Y su punto de vista no alineado es muy importante para mí porque soy de la misma política”.

El asunto a destacar, empero, es que justamente la relación que más privilegia el presidente López Obrador es con los Estados Unidos, “el imperio”, como lo llama Mélenchon. Esto a juzgar por la cantidad de visitas oficiales realizadas a lo largo de sus cuatro años de gobierno.

López Obrador declaró en enero de 2021, en días previos a la toma de protesta de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos: “he decidido salir poco, desde que estoy en la presidencia sólo he hecho un viaje a Washington, a la Casa Blanca, porque era muy importante que se iniciara lo del Tratado de Libre Comercio; acabo de hablar de la importancia que tiene el tratado y por eso decidí salir. Siempre he pensado que la mejor política exterior es la interior”.

El presidente no realizó ningún viaje al extranjero en 2018 ni en 2019. Fue hasta el 7 de julio de 2020 que salió por primera vez del país en su calidad de cabeza del Estado mexicano. Lo hizo a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump en el marco de la entrada del Tratado de Libre Comercio Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC). Los siguientes dos viajes, en ese mismo año, fueron a Nueva York (Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) y a Washington D.C. (Cumbre de Líderes de América del Norte).

El 2022 es cuando López Obrador ha visitado más países, sin ser tan numerosos. Los primeros días de mayo viajó a Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba. Más recientemente, el 12 de julio, se reunió con Joe Biden, con quien abordó temas de migración, un plan antiinflacionario y la integración de América como región.

América Latina vive una nueva oleada de gobiernos de izquierda, pero sus liderazgos parecen constreñidos a sus propios países, en general mucho menos carismáticos que aquellos que comenzaron con la primera ola a partir de 1998 en Venezuela. Algunos presidentes incluso están más preocupados por la sobrevivencia política que por liderar a los presidentes de la zona. Quizá el caso más claro es el de Pedro Castillo en Perú, quien a apenas un año en el poder enfrenta un proceso de destitución.

La región latinoamericana se posiciona como una de gran relevancia para la izquierda en el mundo, sobre todo a partir de que en Europa ésta luce debilitada. Mélenchon y su partido, con el 22% de los votos, fue relegado al tercer lugar en las pasadas elecciones de su país, por ejemplo. De manera que existe un gran espacio para que México pudiera posicionarse como un importante referente. Pero ello no depende solamente de que alguien quiera o no asumir el liderazgo, sino también de los resultados que se entreguen a partir del ejercicio del gobierno en un entorno internacional bastante complicado.

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