/ lunes 5 de julio de 2021

El Michoacán de Aureoles: violencia desbordada

Parecería lógico pensar que para que exista una “narco-elección” se requiere un “narco-gobierno” que lo permita o, cuando menos, un gobierno incompetente que sea incapaz de impedir que grupos criminales asuman el control de los comicios. Este parece ser el escenario que plantea el actual gobernador Silvano Aureoles al denunciar públicamente que en su estado se concretó una “narco-elección”.

Lo cierto es que ni la violencia ni la fuerza que ha adquirido la delincuencia organizada en Michoacán iniciaron en el actual proceso electoral. Desde el comienzo de la administración encabezada por Silvano Aureoles Conejo la violencia en la entidad no ha podido ser controlada y aunque ha intentado culpar al actual gobierno federal por el aumento en los índices de criminalidad, desde hace años se advertía sobre este problema.

En el análisis “La geografía de la violencia en México 2015-2019”, Fausto Carvajal Glass advertía sobre el incremento de los homicidios dolosos en algunas entidades del país, entre ellas Michoacán que pasó de 681 homicidios –de enero a septiembre- en 2015 a mil 162 en 2018 en el mismo periodo. “La situación de inseguridad y violencia en el país es alarmante, especialmente en entidades como Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Baja California y Chihuahua, entidades que han concentrado un tercio de la violencia en estos últimos cinco años” y exponía la necesidad de brindar un tratamiento prioritario a estos estados.

Prácticamente desde el inicio de su administración, en febrero de 2017, medios de comunicación advertían sobre la aparición de grupos criminales que surgían como resultado de la fragmentación del otrora cártel hegemónico Los Caballeros Templarios. Esos grupos, que han permanecido en la entidad durante todo el sexenio, tienen el poder nuevamente de controlar una elección estatal e imponer un gobernador, según el propio mandatario michoacano.

Esos grupos tienen bajo su control, según el mapa que ha presentado ante medios de comunicación, cuando menos el 10 por ciento del territorio michoacano, cuiriosamente solo donde su candidato perdió de forma ostensible las elecciones. Convenientemente deja fuera otros municipios donde semanas antes de los comicios un cártel de la droga públicamente hizo acto de presencia el 10 de mayo regalando despensas y aparatos electrodomésticos –acompañados de una flor- en La Piedad, Numarán, Venustiano Carranza o Zacapu, donde ganaron los candidatos de la alianza Equipo por Michoacán o en solitario del PRI y PAN.

El problema de la violencia en Michoacán fue advertido meses antes de las elecciones por el propio Presidente de la República durante su visita a la entidad para la inauguración del cuartel de la Guardia Nacional en Maravatío. Advertía sobre la imperiosa necesidad de mejorar la coordinación entre los tres órdenes de gobierno: “Aprovechamos para hacer un exhorto a todas las autoridades estatales y municipales a que fortalezcamos de manera conjunta, coordinada, estos instrumentos que permiten crear estrategias locales focalizadas con participación ciudadana para generar condiciones de seguridad”.

Por lo pronto, ahí quedaron en el olvido las promesas de Silvano Aureoles para combatir al “narco”, según lo expuso en noviembre de 2016 al periódico El País: “Entramos con un plan integral de atención frontal a los problemas que generan violencia e inseguridad. Son una consecuencia. La generan la debilidad institucional, la impunidad, asociación del Gobierno con delincuentes... Yo armé un plan que tiene que ver con el uso de tecnología. Vamos a tener más cámaras de vigilancia per cápita que Londres o Nueva York. Arcos carreteros para vigilar todas las entradas y salidas de la ciudad con tecnología de punta. Vigilancia las 24 horas del día con un avión sigiloso. La construcción de 10 centros de inteligencia, uno en Morelia que será el más grande del país. Diez cuarteles para la policía. Una nueva policía, la mejor de México, adiestrada, con 4.000 cadetes. Estamos construyendo la red de comunicación más desarrollada del país, una red de fibra óptica de 200 kilómetros que va a conectar todos los puntos con cámara. La participación de la ciudadanía en la seguridad... Hemos puesto en marcha la Universidad de la Seguridad, con 150 peritos, policías... Michoacán será de los mejores Estados para hacer frente a la inseguridad”.

Este lunes continuará “litigando” los resultados de los comicios del 6 de junio para intentar anular las elecciones en las cuales su candidato, Carlos Herrera, perdió. Acudirá a la SCJN a emitir un mensaje, aunque cada día se debilita su posición.


Parecería lógico pensar que para que exista una “narco-elección” se requiere un “narco-gobierno” que lo permita o, cuando menos, un gobierno incompetente que sea incapaz de impedir que grupos criminales asuman el control de los comicios. Este parece ser el escenario que plantea el actual gobernador Silvano Aureoles al denunciar públicamente que en su estado se concretó una “narco-elección”.

Lo cierto es que ni la violencia ni la fuerza que ha adquirido la delincuencia organizada en Michoacán iniciaron en el actual proceso electoral. Desde el comienzo de la administración encabezada por Silvano Aureoles Conejo la violencia en la entidad no ha podido ser controlada y aunque ha intentado culpar al actual gobierno federal por el aumento en los índices de criminalidad, desde hace años se advertía sobre este problema.

En el análisis “La geografía de la violencia en México 2015-2019”, Fausto Carvajal Glass advertía sobre el incremento de los homicidios dolosos en algunas entidades del país, entre ellas Michoacán que pasó de 681 homicidios –de enero a septiembre- en 2015 a mil 162 en 2018 en el mismo periodo. “La situación de inseguridad y violencia en el país es alarmante, especialmente en entidades como Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Baja California y Chihuahua, entidades que han concentrado un tercio de la violencia en estos últimos cinco años” y exponía la necesidad de brindar un tratamiento prioritario a estos estados.

Prácticamente desde el inicio de su administración, en febrero de 2017, medios de comunicación advertían sobre la aparición de grupos criminales que surgían como resultado de la fragmentación del otrora cártel hegemónico Los Caballeros Templarios. Esos grupos, que han permanecido en la entidad durante todo el sexenio, tienen el poder nuevamente de controlar una elección estatal e imponer un gobernador, según el propio mandatario michoacano.

Esos grupos tienen bajo su control, según el mapa que ha presentado ante medios de comunicación, cuando menos el 10 por ciento del territorio michoacano, cuiriosamente solo donde su candidato perdió de forma ostensible las elecciones. Convenientemente deja fuera otros municipios donde semanas antes de los comicios un cártel de la droga públicamente hizo acto de presencia el 10 de mayo regalando despensas y aparatos electrodomésticos –acompañados de una flor- en La Piedad, Numarán, Venustiano Carranza o Zacapu, donde ganaron los candidatos de la alianza Equipo por Michoacán o en solitario del PRI y PAN.

El problema de la violencia en Michoacán fue advertido meses antes de las elecciones por el propio Presidente de la República durante su visita a la entidad para la inauguración del cuartel de la Guardia Nacional en Maravatío. Advertía sobre la imperiosa necesidad de mejorar la coordinación entre los tres órdenes de gobierno: “Aprovechamos para hacer un exhorto a todas las autoridades estatales y municipales a que fortalezcamos de manera conjunta, coordinada, estos instrumentos que permiten crear estrategias locales focalizadas con participación ciudadana para generar condiciones de seguridad”.

Por lo pronto, ahí quedaron en el olvido las promesas de Silvano Aureoles para combatir al “narco”, según lo expuso en noviembre de 2016 al periódico El País: “Entramos con un plan integral de atención frontal a los problemas que generan violencia e inseguridad. Son una consecuencia. La generan la debilidad institucional, la impunidad, asociación del Gobierno con delincuentes... Yo armé un plan que tiene que ver con el uso de tecnología. Vamos a tener más cámaras de vigilancia per cápita que Londres o Nueva York. Arcos carreteros para vigilar todas las entradas y salidas de la ciudad con tecnología de punta. Vigilancia las 24 horas del día con un avión sigiloso. La construcción de 10 centros de inteligencia, uno en Morelia que será el más grande del país. Diez cuarteles para la policía. Una nueva policía, la mejor de México, adiestrada, con 4.000 cadetes. Estamos construyendo la red de comunicación más desarrollada del país, una red de fibra óptica de 200 kilómetros que va a conectar todos los puntos con cámara. La participación de la ciudadanía en la seguridad... Hemos puesto en marcha la Universidad de la Seguridad, con 150 peritos, policías... Michoacán será de los mejores Estados para hacer frente a la inseguridad”.

Este lunes continuará “litigando” los resultados de los comicios del 6 de junio para intentar anular las elecciones en las cuales su candidato, Carlos Herrera, perdió. Acudirá a la SCJN a emitir un mensaje, aunque cada día se debilita su posición.