/ jueves 30 de septiembre de 2021

En México y el mundo las mujeres decidimos

Maricela Montero Andrade

Fb: Incendiarias

Acabamos de ver pasar la marea verde por el centro de la ciudad, recorrió con un saldo blanco desde las tarascas hasta enfrente del congreso, durante toda una tarde el cielo, las calles y las paredes se pintaron de verde, se escucharon consignas feministas y cantos de alegría, pero sobre todo de exigencia por la despenalización y legalización del aborto.

En los tiempos que vivimos no hay persona que no tenga opinión acerca del tema, y cada vez más la sociedad debate sobre la pregunta de si se debe legalizar el aborto o no. Nunca antes se había hablado sobre el tema de forma tan publica, pero además de forma tan libre, lo vemos en la televisión, en las pláticas entre amigas, en las redes, en los periódicos, en revistas, en todos los medios y plataformas se publican artículos, se marcha en las calles por su despenalización, se discute en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y bueno, hasta en los congresos de los estados más conservadores es un tema en discusión.

Actualmente, el aborto es ilegal en México, con las únicas excepciones de los casos de una violación o de riesgo de vida o salud de la mujer embarazada o del producto, y únicamente en el estado de Michoacán, también está la excepción del factor socioeconómico. Sin embargo, se estima que en México se realizan alrededor de 1 millón de abortos por año, y de esos, 40 000 se realizan en Michoacán, la gran mayoría de ellos en condiciones de clandestinidad y en gran parte sin las condiciones higiénicas necesarias. Estos hechos evidencian el rechazo de una gran parte de la sociedad y de las instituciones estatales hacia la práctica del aborto, a la vez que queda claro que las mujeres, a pesar de todo, lo llevan a cabo. Lo que nos deja ver que no importa que el aborto esté penalizado las mujeres abortamos si así lo deseamos. No tenemos el derecho, pero tenemos el poder, las mujeres abortamos con o sin permiso del estado y lo seguiremos haciendo, así que la discusión no es aborto si o aborto no, la discusión es aborto clandestino o aborto legal y seguro.

Y si vamos a hablar de clandestinidad, yo les puedo decir de que va esta, la clandestinidad te pasa por el cuerpo, te atraviesa la mente, el corazón, los miedos, te sientes sola y aunque tengas dinero para pagarlo, el aborto es clandestino y eso, el hacerlo en soledad, a escondidas y con temor es lo que de verdad duele. Quienes votan en contra votan por un sistema de opacidad, de inseguridad para las mujeres, no por las dos vidas como dicen en su falso discurso, hablemos con la verdad no defienden las dos vidas, penalizan a la mujer por ejercer su libertad.


Como legisladoras y legisladores, la única obligación que tienen es ser capaces de representar el sujeto que mejor exprese el mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad en un determinado momento y ese mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad hoy, somos las mujeres con un pañuelo verde. No se les vota para legislar con base en su religión, se les vota para legislar en pro de los derechos humanos, y en el ejercicio de su cargo tienen que pensar desde la laicidad.

En un estado de derecho, los derechos humanos son universales, pero sobre todo son progresivos, y si en los tratados internacionales que tienen rango constitucional es tan claro que las mujeres tenemos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos ¿por qué es tan difícil que se apruebe en México? Les voy a decir porque, es porque tenemos un país que pone a la mujer en un lugar de encierro solo para criar a sus hijos. ¿Por qué cuando hablamos de aborto por violación todos están de acuerdo? ¿por qué a las mujeres que abortan de manera espontánea y no querida no se les condena socialmente? Porque la diferencia entre el aborto voluntario y el aborto involuntario es el deseo y lo que no quieren discutir es que las mujeres tenemos derecho a ejercer nuestro deseo, tenemos derecho a ejercer nuestra libertad, lo que no quieren discutir es que las mujeres tenemos derecho a elegir nuestro poder, y no lo quieren discutir porque hombres y mujeres en el patriarcado se niegan a soltar un poco de ese poder porque creen que queremos gobernar sobre los hombres, y no queremos gobernar sobre otros; queremos gobernar sobre nosotras mismas, no queremos gobernar sobre hombres ni mujeres, queremos gobernar sobre nuestro deseo, sobre nuestros sueños, sobre nuestro proyecto de vida, queremos gobernar sobre nuestros cuerpos.

Las mujeres no creemos que el poder es una ecuación cero, y que hay que quitarle al otro para tener poder, las mujeres sabemos que somos el poder, que tenemos el poder, que el poder está en nosotras y que no se lo quitamos a nadie.

La discusión que hoy estamos dando es que cada uno puede vivir la vida a su manera y que las mujeres tenemos derecho a poder ejercer nuestra libertad y nuestro deseo, y que nuestro cuerpo, este cuerpo gestante no es una incubadora.

Las mujeres michoacanas exigimos “educación sexual para conocer, anticonceptivos para gozar, aborto legal para decidir”.

Maricela Montero Andrade

Fb: Incendiarias

Acabamos de ver pasar la marea verde por el centro de la ciudad, recorrió con un saldo blanco desde las tarascas hasta enfrente del congreso, durante toda una tarde el cielo, las calles y las paredes se pintaron de verde, se escucharon consignas feministas y cantos de alegría, pero sobre todo de exigencia por la despenalización y legalización del aborto.

En los tiempos que vivimos no hay persona que no tenga opinión acerca del tema, y cada vez más la sociedad debate sobre la pregunta de si se debe legalizar el aborto o no. Nunca antes se había hablado sobre el tema de forma tan publica, pero además de forma tan libre, lo vemos en la televisión, en las pláticas entre amigas, en las redes, en los periódicos, en revistas, en todos los medios y plataformas se publican artículos, se marcha en las calles por su despenalización, se discute en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y bueno, hasta en los congresos de los estados más conservadores es un tema en discusión.

Actualmente, el aborto es ilegal en México, con las únicas excepciones de los casos de una violación o de riesgo de vida o salud de la mujer embarazada o del producto, y únicamente en el estado de Michoacán, también está la excepción del factor socioeconómico. Sin embargo, se estima que en México se realizan alrededor de 1 millón de abortos por año, y de esos, 40 000 se realizan en Michoacán, la gran mayoría de ellos en condiciones de clandestinidad y en gran parte sin las condiciones higiénicas necesarias. Estos hechos evidencian el rechazo de una gran parte de la sociedad y de las instituciones estatales hacia la práctica del aborto, a la vez que queda claro que las mujeres, a pesar de todo, lo llevan a cabo. Lo que nos deja ver que no importa que el aborto esté penalizado las mujeres abortamos si así lo deseamos. No tenemos el derecho, pero tenemos el poder, las mujeres abortamos con o sin permiso del estado y lo seguiremos haciendo, así que la discusión no es aborto si o aborto no, la discusión es aborto clandestino o aborto legal y seguro.

Y si vamos a hablar de clandestinidad, yo les puedo decir de que va esta, la clandestinidad te pasa por el cuerpo, te atraviesa la mente, el corazón, los miedos, te sientes sola y aunque tengas dinero para pagarlo, el aborto es clandestino y eso, el hacerlo en soledad, a escondidas y con temor es lo que de verdad duele. Quienes votan en contra votan por un sistema de opacidad, de inseguridad para las mujeres, no por las dos vidas como dicen en su falso discurso, hablemos con la verdad no defienden las dos vidas, penalizan a la mujer por ejercer su libertad.


Como legisladoras y legisladores, la única obligación que tienen es ser capaces de representar el sujeto que mejor exprese el mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad en un determinado momento y ese mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad hoy, somos las mujeres con un pañuelo verde. No se les vota para legislar con base en su religión, se les vota para legislar en pro de los derechos humanos, y en el ejercicio de su cargo tienen que pensar desde la laicidad.

En un estado de derecho, los derechos humanos son universales, pero sobre todo son progresivos, y si en los tratados internacionales que tienen rango constitucional es tan claro que las mujeres tenemos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos ¿por qué es tan difícil que se apruebe en México? Les voy a decir porque, es porque tenemos un país que pone a la mujer en un lugar de encierro solo para criar a sus hijos. ¿Por qué cuando hablamos de aborto por violación todos están de acuerdo? ¿por qué a las mujeres que abortan de manera espontánea y no querida no se les condena socialmente? Porque la diferencia entre el aborto voluntario y el aborto involuntario es el deseo y lo que no quieren discutir es que las mujeres tenemos derecho a ejercer nuestro deseo, tenemos derecho a ejercer nuestra libertad, lo que no quieren discutir es que las mujeres tenemos derecho a elegir nuestro poder, y no lo quieren discutir porque hombres y mujeres en el patriarcado se niegan a soltar un poco de ese poder porque creen que queremos gobernar sobre los hombres, y no queremos gobernar sobre otros; queremos gobernar sobre nosotras mismas, no queremos gobernar sobre hombres ni mujeres, queremos gobernar sobre nuestro deseo, sobre nuestros sueños, sobre nuestro proyecto de vida, queremos gobernar sobre nuestros cuerpos.

Las mujeres no creemos que el poder es una ecuación cero, y que hay que quitarle al otro para tener poder, las mujeres sabemos que somos el poder, que tenemos el poder, que el poder está en nosotras y que no se lo quitamos a nadie.

La discusión que hoy estamos dando es que cada uno puede vivir la vida a su manera y que las mujeres tenemos derecho a poder ejercer nuestra libertad y nuestro deseo, y que nuestro cuerpo, este cuerpo gestante no es una incubadora.

Las mujeres michoacanas exigimos “educación sexual para conocer, anticonceptivos para gozar, aborto legal para decidir”.