/ jueves 20 de septiembre de 2018

Fama mexicana

Estefanía Riveros Figueroa

En el marco del mes patrio, te invito lector a que hagamos una reflexión sobre tres productos vinculados con México que lo llevaron a la fama mundial, el chicozapote, el jitomate y el aguacate.

Comencemos por recordar que a México se le considera un país mega-diverso, lo cual implica que es un país que destaca a nivel mundial por la gran diversidad que posee en cantidad de flora y fauna. Se considera que son doce países los que se encuentran catalogados dentro de esta designación, a saber: México, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Congo, Madagascar, China, India, Malasia, Indonesia y Australia.

Entre los factores que se consideran para catalogar a un país como mega-diverso, se toma en cuenta su posición geográfica, el “aislamiento” que refiere a la separación que ese territorio tuvo por ser antes una isla o alejado de otros continentes, lo cual proveyó en dado momento las bases para el desarrollo de especies únicas, así como la domesticación, por mencionar sólo algunos.

En ese sentido, México se ubica geográficamente en el trópico de Cáncer, lo cual implica que posee gran cantidad de especies tropicales, pero a su vez su territorio norte fusiona otro tipo de especies que se consideran emplazadas en la ecozona neártica, misma que es una zona que comprende desde Groenlandia hasta las montañas de México, de modo que cuando se dice que en México hay “de todo”: montañas, playas, selvas y desiertos, se está diciendo la verdad.

Con respecto a la domesticación, debido a la gran cantidad de plantas comestibles, en México se desarrolló una verdadera cultura de la domesticación, misma que se ha forjado como un conocimiento autóctono sobre muchos elementos de su riquísima variedad de plantas, donde son apreciados desde sus frutos, troncos y raíces para fines comestibles, medicinales e incluso de entretenimiento, como veremos a continuación con el caso del chicle.

El chicozapote es un árbol tropical del sur de México y presente en Sudamérica y América Central, de donde se obtiene el chicle o goma de mascar. La savia que emana de este árbol, era utilizada por los mayas toda vez que tras hacer una incisión en la corteza del árbol, obtenían de él una goma masticable que empleaban en la higiene bucal, así como inhibidor del hambre cuando era requerido para ciertos rituales.

Los mayas le llamaban a esta savia “sicte” que quiere decir sangre o fluido vital y su variante náhuatl fue “tzictli” que al día de hoy nosotros llamamos chicle. El lanzamiento mundial de este chicle ocurrió a partir de que el multi vituperado Antonio López de Santa Ana mientras se hallaba en Estados Unidos conoció a un tal fotógrafo de apellido Adams a quien le comentó sobre esta resina tropical y aunque Adams al principio investigó con ella con el propósito de generar neumáticos para carros, descubrió en su lugar su potencial para usarlo como lo que era: goma de mascar. A partir de ahí nacieron los famosos chicles Adams y el resto es historia…

Continuemos con el jitomate, ese redondo y coloradito amigo proviene del vocablo náhuatl “xictlitomatl” y quiere decir “tomate de ombligo”, también suele llamársele tomate rojo, coatomate o tomate bola. Aunque es una especie original de Sudamérica, su domesticación se llevó a cabo en México y después de la papa, se considera el vegetal más importante en el mundo. Pero la historia no siempre fue así, porque los europeos al principio le tenían mucho recelo pues tuvieron malas experiencias en su primer consumo, al cual incluso le atribuían propiedades afrodisiacas. Lo que no sabían es que el jitomate sin madurar posee solanina, un veneno letal si se consume pero los italianos no tuvieron reparo, lo estudiaron antes y lo emplearon como base para gran cantidad de sus platillos.

Y hablando de ingredientes que hoy se han mezclado con las recetas más emblemáticas del mundo está sin lugar a dudas el aguacate, una fruta de origen mexicano cuyo nombre proviene del náhuatl “ahuácatl” que significa testículo y al que también se le atribuían propiedades viriles. El aguacate, curiosamente llamado “pera cocodrilo” en traducciones inglesas o francesas o “fruta de mantequilla” por quienes lo cultivan en India, es un cultivo famoso a nivel mundial y junto con los otros dos mencionados, llevan un pedacito de México a donde quiera que vayan. (M)

Estefanía Riveros Figueroa

En el marco del mes patrio, te invito lector a que hagamos una reflexión sobre tres productos vinculados con México que lo llevaron a la fama mundial, el chicozapote, el jitomate y el aguacate.

Comencemos por recordar que a México se le considera un país mega-diverso, lo cual implica que es un país que destaca a nivel mundial por la gran diversidad que posee en cantidad de flora y fauna. Se considera que son doce países los que se encuentran catalogados dentro de esta designación, a saber: México, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Congo, Madagascar, China, India, Malasia, Indonesia y Australia.

Entre los factores que se consideran para catalogar a un país como mega-diverso, se toma en cuenta su posición geográfica, el “aislamiento” que refiere a la separación que ese territorio tuvo por ser antes una isla o alejado de otros continentes, lo cual proveyó en dado momento las bases para el desarrollo de especies únicas, así como la domesticación, por mencionar sólo algunos.

En ese sentido, México se ubica geográficamente en el trópico de Cáncer, lo cual implica que posee gran cantidad de especies tropicales, pero a su vez su territorio norte fusiona otro tipo de especies que se consideran emplazadas en la ecozona neártica, misma que es una zona que comprende desde Groenlandia hasta las montañas de México, de modo que cuando se dice que en México hay “de todo”: montañas, playas, selvas y desiertos, se está diciendo la verdad.

Con respecto a la domesticación, debido a la gran cantidad de plantas comestibles, en México se desarrolló una verdadera cultura de la domesticación, misma que se ha forjado como un conocimiento autóctono sobre muchos elementos de su riquísima variedad de plantas, donde son apreciados desde sus frutos, troncos y raíces para fines comestibles, medicinales e incluso de entretenimiento, como veremos a continuación con el caso del chicle.

El chicozapote es un árbol tropical del sur de México y presente en Sudamérica y América Central, de donde se obtiene el chicle o goma de mascar. La savia que emana de este árbol, era utilizada por los mayas toda vez que tras hacer una incisión en la corteza del árbol, obtenían de él una goma masticable que empleaban en la higiene bucal, así como inhibidor del hambre cuando era requerido para ciertos rituales.

Los mayas le llamaban a esta savia “sicte” que quiere decir sangre o fluido vital y su variante náhuatl fue “tzictli” que al día de hoy nosotros llamamos chicle. El lanzamiento mundial de este chicle ocurrió a partir de que el multi vituperado Antonio López de Santa Ana mientras se hallaba en Estados Unidos conoció a un tal fotógrafo de apellido Adams a quien le comentó sobre esta resina tropical y aunque Adams al principio investigó con ella con el propósito de generar neumáticos para carros, descubrió en su lugar su potencial para usarlo como lo que era: goma de mascar. A partir de ahí nacieron los famosos chicles Adams y el resto es historia…

Continuemos con el jitomate, ese redondo y coloradito amigo proviene del vocablo náhuatl “xictlitomatl” y quiere decir “tomate de ombligo”, también suele llamársele tomate rojo, coatomate o tomate bola. Aunque es una especie original de Sudamérica, su domesticación se llevó a cabo en México y después de la papa, se considera el vegetal más importante en el mundo. Pero la historia no siempre fue así, porque los europeos al principio le tenían mucho recelo pues tuvieron malas experiencias en su primer consumo, al cual incluso le atribuían propiedades afrodisiacas. Lo que no sabían es que el jitomate sin madurar posee solanina, un veneno letal si se consume pero los italianos no tuvieron reparo, lo estudiaron antes y lo emplearon como base para gran cantidad de sus platillos.

Y hablando de ingredientes que hoy se han mezclado con las recetas más emblemáticas del mundo está sin lugar a dudas el aguacate, una fruta de origen mexicano cuyo nombre proviene del náhuatl “ahuácatl” que significa testículo y al que también se le atribuían propiedades viriles. El aguacate, curiosamente llamado “pera cocodrilo” en traducciones inglesas o francesas o “fruta de mantequilla” por quienes lo cultivan en India, es un cultivo famoso a nivel mundial y junto con los otros dos mencionados, llevan un pedacito de México a donde quiera que vayan. (M)

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