/ martes 16 de marzo de 2021

IGUALDAD SALARIAL

A pesar de que nuestra Constitución establece en la fracción VII del artículo 123, que: " para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad ", en nuestro país la brecha salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo puede llegar al 19 por ciento.

De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se observa que en enero del año pasado, los hombres inscritos a un empleo formal ganaban en promedio 416.4 pesos y las mujeres 363.5; existiendo una diferencia de 52.9 pesos.

Bajo este contexto, para el mismo mes de 2021, los indicadores fueron de 449.6 y 395.5 pesos, respectivamente, con una diferencia salarial de 54.1 pesos.

Ante este escenario es incuestionable que las mujeres se incorporan al mercado laboral en condiciones de mayor precariedad salarial que los hombres, generando un fenómeno con impacto en la población femenina económicamente activa como consecuencia de la brecha salarial por motivos de sexo.

Aunado a lo anterior las mujeres trabajadoras seguimos soportando la carga del trabajo de cuidados no remunerados, lo que se traduce en una prolongación de la jornada laboral en una mayor precarización y en el deterioro de nuestras vidas.

Así pues, era necesario realizar acciones legislativas para que esta injusticia no continuara afectando a las mujeres, por lo que, el pasado 10 de marzo en el Senado de la República aprobamos por unanimidad una reforma a 13 artículos de la Ley Federal del Trabajo y de la Ley General para la Igualdad de Género entre Hombres y Mujeres, con la finalidad de establecer la igualdad salarial y prohibir la discriminación por sexo en las remuneraciones de trabajadoras del sector público y privado, además de obligar a los patrones a brindar las mismas oportunidades de ascender de puesto a mujeres y hombres.

La aprobación de estos ordenamientos sentarán las bases para mejorar las condiciones de vida de millones de trabajadoras mexicanas.

Seguiremos luchando hasta que en toda nuestra patria se cumpla que, a igual trabajo, debe de existir igual salario, sin importar si eres hombre o mujer.

A pesar de que nuestra Constitución establece en la fracción VII del artículo 123, que: " para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad ", en nuestro país la brecha salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo puede llegar al 19 por ciento.

De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se observa que en enero del año pasado, los hombres inscritos a un empleo formal ganaban en promedio 416.4 pesos y las mujeres 363.5; existiendo una diferencia de 52.9 pesos.

Bajo este contexto, para el mismo mes de 2021, los indicadores fueron de 449.6 y 395.5 pesos, respectivamente, con una diferencia salarial de 54.1 pesos.

Ante este escenario es incuestionable que las mujeres se incorporan al mercado laboral en condiciones de mayor precariedad salarial que los hombres, generando un fenómeno con impacto en la población femenina económicamente activa como consecuencia de la brecha salarial por motivos de sexo.

Aunado a lo anterior las mujeres trabajadoras seguimos soportando la carga del trabajo de cuidados no remunerados, lo que se traduce en una prolongación de la jornada laboral en una mayor precarización y en el deterioro de nuestras vidas.

Así pues, era necesario realizar acciones legislativas para que esta injusticia no continuara afectando a las mujeres, por lo que, el pasado 10 de marzo en el Senado de la República aprobamos por unanimidad una reforma a 13 artículos de la Ley Federal del Trabajo y de la Ley General para la Igualdad de Género entre Hombres y Mujeres, con la finalidad de establecer la igualdad salarial y prohibir la discriminación por sexo en las remuneraciones de trabajadoras del sector público y privado, además de obligar a los patrones a brindar las mismas oportunidades de ascender de puesto a mujeres y hombres.

La aprobación de estos ordenamientos sentarán las bases para mejorar las condiciones de vida de millones de trabajadoras mexicanas.

Seguiremos luchando hasta que en toda nuestra patria se cumpla que, a igual trabajo, debe de existir igual salario, sin importar si eres hombre o mujer.