/ miércoles 6 de marzo de 2019

La acción humana

¿Te has puesto a pensar alguna vez cuál es el problema central que viene disparando tanto daño y sufrimiento en el mundo?, no sé si tu respuesta sería: las armas, la corrupción, las guerras, el crimen, las drogas, etcétera; pero tengamos en cuenta que las armas no se disparan solas, la corrupción y el crimen no suceden en el vacío, las guerras no se hacen solas, y las drogas no son consumidas o vendidas en el vacío.

Es decir, las armas son disparadas por alguien; la corrupción, las guerras y el crimen son perpetrados por alguien; y las drogas son producidas, puestas a la venta y consumidas por alguien. En otras palabras, es la acción humana la que pone en marcha estas cosas, pero también es la acción humana la que pone en marcha obras nobles, de gran compasión, patrióticas, de gran valor y heroísmo.

Es esta acción humana la que puede hacer mucho bien, o es esta misma acción humana la que puede hacer mucho mal.

Sin embargo, muchas veces para el grueso de la gente pasan desapercibidas sus malas acciones, porque vivimos dentro de una cultura que está acostumbrada a vivir de esta manera, por ejemplo: no se ve mal el llegar tarde a un compromiso, no se considera el daño que se causa a la persona a la que se le hace esperar, el agravio al tiempo de la persona no se considera importante.

Pero eso sí, cuando alguien más nos hace esperar “demasiado”, entonces sí lo consideramos un agravio a nuestra persona. Es interesante que sepamos muy bien lo que esperamos de los demás, pero que no nos responsabilicemos de lo que la vida espera de nosotros para el bien de otros. Sufrimos un robo a nuestra persona y lo consideramos un hecho condenable, pero no calificamos de la misma manera el hecho de que papá y mamá no se responsabilicen de sus hijos para hacerlos personas de bien, porque al fin y al cabo vivimos en una cultura donde lo más importante es conseguir dinero, y que a los hijos los eduquen otros, que puede ser la escuela, los amigos, el Internet, la música, etcétera.

Esta terrible actitud ante la vida, derivada de una manera errónea de pensar, es en sí el problema central en nuestros tiempos “modernos”, la cual viene a disparar todo tipo de malas acciones.

Pero como decía un buen amigo: “Todo problema viene acompañado con su solución”,aunque muchas veces las personas no quieren la solución porque no viene de la manera que ellas quieren o esperan, sin embargo la solución no deja de estar ahí.

La solución a este problema la definió asertivamente el apóstol Pablo en una de sus cartas, cuando escribió: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto (Romanos 12:2 DHH)”.

Sí, así es, todo cambio en la acción humana requiere primero un cambio en la actitud humana, y todo cambio en la actitud humana requiere primero un cambio en la manera de pensar. Dice el libro de Santiago 4:8: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes”. Todo ser humano necesita acercarse a Dios a través deJesucristo y de Su Palabra, para poder identificar y cambiar nuestras malas acciones, aprendiendo a desarrollar aquellas que son buenas, no sólo para nosotros mismos, sino también en nuestra relación con los demás y para un sano equilibrio social.

“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. (MT 7:12 NVI)”. (F)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: MetamorfosisCultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.comGracias.

¿Te has puesto a pensar alguna vez cuál es el problema central que viene disparando tanto daño y sufrimiento en el mundo?, no sé si tu respuesta sería: las armas, la corrupción, las guerras, el crimen, las drogas, etcétera; pero tengamos en cuenta que las armas no se disparan solas, la corrupción y el crimen no suceden en el vacío, las guerras no se hacen solas, y las drogas no son consumidas o vendidas en el vacío.

Es decir, las armas son disparadas por alguien; la corrupción, las guerras y el crimen son perpetrados por alguien; y las drogas son producidas, puestas a la venta y consumidas por alguien. En otras palabras, es la acción humana la que pone en marcha estas cosas, pero también es la acción humana la que pone en marcha obras nobles, de gran compasión, patrióticas, de gran valor y heroísmo.

Es esta acción humana la que puede hacer mucho bien, o es esta misma acción humana la que puede hacer mucho mal.

Sin embargo, muchas veces para el grueso de la gente pasan desapercibidas sus malas acciones, porque vivimos dentro de una cultura que está acostumbrada a vivir de esta manera, por ejemplo: no se ve mal el llegar tarde a un compromiso, no se considera el daño que se causa a la persona a la que se le hace esperar, el agravio al tiempo de la persona no se considera importante.

Pero eso sí, cuando alguien más nos hace esperar “demasiado”, entonces sí lo consideramos un agravio a nuestra persona. Es interesante que sepamos muy bien lo que esperamos de los demás, pero que no nos responsabilicemos de lo que la vida espera de nosotros para el bien de otros. Sufrimos un robo a nuestra persona y lo consideramos un hecho condenable, pero no calificamos de la misma manera el hecho de que papá y mamá no se responsabilicen de sus hijos para hacerlos personas de bien, porque al fin y al cabo vivimos en una cultura donde lo más importante es conseguir dinero, y que a los hijos los eduquen otros, que puede ser la escuela, los amigos, el Internet, la música, etcétera.

Esta terrible actitud ante la vida, derivada de una manera errónea de pensar, es en sí el problema central en nuestros tiempos “modernos”, la cual viene a disparar todo tipo de malas acciones.

Pero como decía un buen amigo: “Todo problema viene acompañado con su solución”,aunque muchas veces las personas no quieren la solución porque no viene de la manera que ellas quieren o esperan, sin embargo la solución no deja de estar ahí.

La solución a este problema la definió asertivamente el apóstol Pablo en una de sus cartas, cuando escribió: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto (Romanos 12:2 DHH)”.

Sí, así es, todo cambio en la acción humana requiere primero un cambio en la actitud humana, y todo cambio en la actitud humana requiere primero un cambio en la manera de pensar. Dice el libro de Santiago 4:8: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes”. Todo ser humano necesita acercarse a Dios a través deJesucristo y de Su Palabra, para poder identificar y cambiar nuestras malas acciones, aprendiendo a desarrollar aquellas que son buenas, no sólo para nosotros mismos, sino también en nuestra relación con los demás y para un sano equilibrio social.

“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. (MT 7:12 NVI)”. (F)

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