/ lunes 18 de julio de 2022

La agenda de la derecha y sus aliados.

Durante los últimos 13 años en el Congreso de Michoacán por lo menos se han impulsado mínimo dos iniciativas por legislatura para criminalizar a las mujeres por no querer reproducirnos y contar con opciones para hacerlo, independientemente de las razones por las que no queramos tener hijos o hijas, destacándose las prohibiciones hasta el endurecimiento de las leyes para que las mujeres no puedan gozar del ejercicio más importante que es la libertad, la libertad de elegir sobre nuestra sexualidad y reproducción, y eso marca una agenda política antiderechos de las mujeres, de todos los partidos políticos que le han compuesto desde la “izquierda” hasta la derecha.

Como sabemos la vida es lo que menos les importa, ese discurso anquilosado que data de algunos siglos atrás, nos ha querido convencer que les importa la vida de las mujeres, pero esto no es así, lo que les importa es el control de nuestra sexualidad, además de creerse dueños de la franquicia de “la vida”, pero tampoco, como sabemos la vida no es solo un momento, la vida es un proceso, pero su enfermiza obsesión en la fijación de la concepción, resulta aberrante, ya que no toda relación coital lleva a la unión de un espermatozoide con un ovulo y a su implantación, así como no toda relación sexual es para la reproducción afortunadamente.

Tan solo hay que detenernos un momento, imaginen que, por cada eyaculación, sea un delito, un delito agravado, que se considere un asesinato, porque en cada esperma hay vida, y que cada persona que ayude, aliente, manipule, engañe, seduzca, persuada y demás a la eyaculación será criminalizada, incluso si es por acto propio, tendría que auto inculparse por la realización de este “delito”, absurdo ¿no?, así los argumentos que estos grupos antiderechos imponen salvo conducto de una vocería que cuenta con poder y los recursos que le da un cargo y una tribuna, para establecer de manera violenta y oprobiosa, una serie de iniciativas irracionales y dolosas.

Y es que lo absurdo va de la mano de la ignorancia, como la prohibición a que en el sistema escolar les hable mínimamente a niños y niñas, de los cambios biológicos y físicos que enfrentaran durante la pubertad y la adolescencia, como también de la menstruación, la eyaculación y erección, y cómo el cuerpo debe ser respetado en su integridad, ya que tener conocimiento sobre estos temas es su derecho humano porque permite distinguir entre lo que incomoda, avergüenza y violenta.

Hablar se sexualidad y reproducción, permite entender que el aborto es un hecho natural y común en el cuerpo de las mujeres, si es que estas practican actividad sexual, casi sin darse cuenta pueden tener abortos, ya que muchos de ellos no se asocian en lo absoluto a la serie de características sanguinarias y de trastornos mentales a los que hacen referencia estos grupos antiderechos humanos, que han colocado incisivamente un discurso lleno de mentiras y falsos argumentos.

Obligar a niña o adolescente, a ser madre es un delito, el cual debe ser sancionado y rechazado socialmente, ya que afortunadamente la ley lo hace, a través de los delitos de índole sexual y que afectan el libre desarrollo de las mujeres, así como también debe sancionarse a las instituciones o personas que estigmatizan a las víctimas para que desistan de la denuncia porque el fin no es proteger a la víctima ni su vida, sino mantener este orden social que impone “la familia”, aunque en ella se viva el terror de una violencia brutal, y sea el padre quien agrede sexualmente y quede impune con tal de no desintegrar este núcleo social.

Argumentar que el movimiento feminista es violento, además de que desintegra el tejido social, y que impone una ideología es un delirio que raya en la locura, comparar las expresiones del feminismo con actos “vandálicos” y alentar al odio y la violencia en contra de nosotras, no es nuevo ni tampoco me sorprende, lo que si me preocupa es que se dejen pasar absurdos como esos. Es oportuno precisar que el feminismo no es una ideología, simplemente porque si lo fuera esta no permitiría pensar demasiado, se apoyaría en la generalización de supuestos que se caen en los debates porque usan eslóganes, sentencias que son amenazas morales y degradantes, así como moralejas culpógenas y consignas huecas, como los hacen los sistemas ideológicos ligados al totalitarismo y autoritarismo.

Estos argumentos y artilugios utilizados por estos diputados y diputadas del Congreso de Michoacán, son imposiciones que cuentan con todo el uso de los recursos y del poder para imponer su visión del mundo a la sociedad, con la finalidad de criminalizar a las mujeres que desean ejercer libremente su placer y sexualidad sin la reproducción o bien interrumpir el embarazo cuando sea o no por violencia o cuando así lo queramos.

El feminismo es una teoría filosófica y política, así como un movimiento que busca la emancipación y liberación de las mujeres, como también es un proceso personal que se emprende desde lo colectivo, el análisis de género nos permite evidenciar las opresiones que nos discriminan y violentan, que nos relegan y desapropian de nuestro cuerpo, sexualidad y reproducción, ser libres es el profundo miedo que le provocamos a estos grupos antiderechos, porque liberadas de su ideología de la culpa y del sacrificio, ya nada nos detendrá y eso es justamente lo que no quieren que suceda, para ello la criminalización contra nuestro derecho a decidir, mismo que defenderemos hasta donde sea necesario.

Durante los últimos 13 años en el Congreso de Michoacán por lo menos se han impulsado mínimo dos iniciativas por legislatura para criminalizar a las mujeres por no querer reproducirnos y contar con opciones para hacerlo, independientemente de las razones por las que no queramos tener hijos o hijas, destacándose las prohibiciones hasta el endurecimiento de las leyes para que las mujeres no puedan gozar del ejercicio más importante que es la libertad, la libertad de elegir sobre nuestra sexualidad y reproducción, y eso marca una agenda política antiderechos de las mujeres, de todos los partidos políticos que le han compuesto desde la “izquierda” hasta la derecha.

Como sabemos la vida es lo que menos les importa, ese discurso anquilosado que data de algunos siglos atrás, nos ha querido convencer que les importa la vida de las mujeres, pero esto no es así, lo que les importa es el control de nuestra sexualidad, además de creerse dueños de la franquicia de “la vida”, pero tampoco, como sabemos la vida no es solo un momento, la vida es un proceso, pero su enfermiza obsesión en la fijación de la concepción, resulta aberrante, ya que no toda relación coital lleva a la unión de un espermatozoide con un ovulo y a su implantación, así como no toda relación sexual es para la reproducción afortunadamente.

Tan solo hay que detenernos un momento, imaginen que, por cada eyaculación, sea un delito, un delito agravado, que se considere un asesinato, porque en cada esperma hay vida, y que cada persona que ayude, aliente, manipule, engañe, seduzca, persuada y demás a la eyaculación será criminalizada, incluso si es por acto propio, tendría que auto inculparse por la realización de este “delito”, absurdo ¿no?, así los argumentos que estos grupos antiderechos imponen salvo conducto de una vocería que cuenta con poder y los recursos que le da un cargo y una tribuna, para establecer de manera violenta y oprobiosa, una serie de iniciativas irracionales y dolosas.

Y es que lo absurdo va de la mano de la ignorancia, como la prohibición a que en el sistema escolar les hable mínimamente a niños y niñas, de los cambios biológicos y físicos que enfrentaran durante la pubertad y la adolescencia, como también de la menstruación, la eyaculación y erección, y cómo el cuerpo debe ser respetado en su integridad, ya que tener conocimiento sobre estos temas es su derecho humano porque permite distinguir entre lo que incomoda, avergüenza y violenta.

Hablar se sexualidad y reproducción, permite entender que el aborto es un hecho natural y común en el cuerpo de las mujeres, si es que estas practican actividad sexual, casi sin darse cuenta pueden tener abortos, ya que muchos de ellos no se asocian en lo absoluto a la serie de características sanguinarias y de trastornos mentales a los que hacen referencia estos grupos antiderechos humanos, que han colocado incisivamente un discurso lleno de mentiras y falsos argumentos.

Obligar a niña o adolescente, a ser madre es un delito, el cual debe ser sancionado y rechazado socialmente, ya que afortunadamente la ley lo hace, a través de los delitos de índole sexual y que afectan el libre desarrollo de las mujeres, así como también debe sancionarse a las instituciones o personas que estigmatizan a las víctimas para que desistan de la denuncia porque el fin no es proteger a la víctima ni su vida, sino mantener este orden social que impone “la familia”, aunque en ella se viva el terror de una violencia brutal, y sea el padre quien agrede sexualmente y quede impune con tal de no desintegrar este núcleo social.

Argumentar que el movimiento feminista es violento, además de que desintegra el tejido social, y que impone una ideología es un delirio que raya en la locura, comparar las expresiones del feminismo con actos “vandálicos” y alentar al odio y la violencia en contra de nosotras, no es nuevo ni tampoco me sorprende, lo que si me preocupa es que se dejen pasar absurdos como esos. Es oportuno precisar que el feminismo no es una ideología, simplemente porque si lo fuera esta no permitiría pensar demasiado, se apoyaría en la generalización de supuestos que se caen en los debates porque usan eslóganes, sentencias que son amenazas morales y degradantes, así como moralejas culpógenas y consignas huecas, como los hacen los sistemas ideológicos ligados al totalitarismo y autoritarismo.

Estos argumentos y artilugios utilizados por estos diputados y diputadas del Congreso de Michoacán, son imposiciones que cuentan con todo el uso de los recursos y del poder para imponer su visión del mundo a la sociedad, con la finalidad de criminalizar a las mujeres que desean ejercer libremente su placer y sexualidad sin la reproducción o bien interrumpir el embarazo cuando sea o no por violencia o cuando así lo queramos.

El feminismo es una teoría filosófica y política, así como un movimiento que busca la emancipación y liberación de las mujeres, como también es un proceso personal que se emprende desde lo colectivo, el análisis de género nos permite evidenciar las opresiones que nos discriminan y violentan, que nos relegan y desapropian de nuestro cuerpo, sexualidad y reproducción, ser libres es el profundo miedo que le provocamos a estos grupos antiderechos, porque liberadas de su ideología de la culpa y del sacrificio, ya nada nos detendrá y eso es justamente lo que no quieren que suceda, para ello la criminalización contra nuestro derecho a decidir, mismo que defenderemos hasta donde sea necesario.