/ miércoles 17 de agosto de 2022

La mariposa

La fe es un salto de confianza Gerardo Escutia Dávalos.

Como padres de familia, como directivos o como maestros, deseamos a veces aligerar la carga a los hijos, a los empleados y a los estudiantes; haciendo el trabajo por ellos; evitándoles obstáculos y hasta interviniendo de más. Limitamos su crecimiento no obstante nuestra buena disposición y queremos, en ocasiones, experimentar y vivir episodios que no nos competen; porque el tránsito por la vida es tarea de cada quien, lo que no nos exenta de la vocación natural para servir al otro, especialmente a quien más lo necesita. Es cuestión de prudencia, riesgo y a veces, de paciencia. Esta pequeña historia de la mariposa resulta ilustrativa:

“Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a su casa para poder ver a la mariposa desplegar sus alas. Vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, constatando que la mariposa luchaba por abrirlo…hacerlo más grande y poder salir. El hombre se percató de que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de luchar, pues aparentemente no progresaba en su intento. Daba la impresión de que se había atascado. Entonces el hombre “en su bondad”, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó un lado del agujero para ampliarlo; la mariposa pudo al fin salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo flácido, hinchado y unas alas pequeñas y maltrechas. El hombre continuó mirando el proceso, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblaran e hicieran lo suficiente para soportar el peso del cuerpo de la mariposa. Pensó también que probablemente, se contraería al reducir la hinchazón que padecía. Ninguna de las dos situaciones sucedió y la mariposa solamente pudo arrastrarse en círculos… nunca pudo volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo requerido por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, eran la forma en que la naturaleza proveía de fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que éstas estuviesen fortalecidas, de modo que luego le permitieran volar.

La libertad y el volar solamente podían llegar luego de -la batalla”. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su vitalidad”

Son muchas las ocasiones en que optamos por los caminos cortos para intentar salvar dificultades y tomamos las tijeras y recortamos esfuerzos en la búsqueda de nuestros afanes. A través de nuestros empeños y caídas, somos fortalecidos. La madurez aparece a veces como un enigma intransitable. ¿Serán los años vividos, los que nos ubican en el camino de la madurez? ¿O será tal vez la agitada marcha de la vida que nos hizo brincar etapas para ser adultos antes de tiempo?

Caracterizan al verdadero proceso de madurez, algunos rasgos que bien vale la pena considerar:

  1. 1.Objetividad, rasgo que permite percibir las cosas tal como son; sin enmiendas ni exageraciones.
  2. 2.Responsabilidad, expresada en testimonios que dan cuenta de puntualidad y cumplimiento; es decir, capacidad de responder ante compromisos y situaciones que la vida nos presenta.
  3. 3.Congruencia, para hacer lo que se piensa y pensar lo que se hace. Este acto es fundamental en la vida del ser humano, en virtud de conductas y actitudes cambiantes en distintos contextos.
  4. 4.Sencillez, que también incluye una postura humilde, particularmente ante el éxito y el elogio. La simplicidad favorece buenas decisiones y la sana convivencia.
  5. 5.Sentido del buen humor, que significa una peculiar capacidad para reírnos de nosotros mismos. Reír es terapéutico.

La juventud acapara renglones en los análisis estadísticos y demográficos; es el blanco al que los afanes de mercadotecnia apuntan…es el sector que preocupa y también en él, se tienen depositadas las esperanzas de mejora y progreso.

Los jóvenes imponen sus formas de hablar, modas, gustos, aficiones y actividades en el concierto de la sociedad. Con toda su viva imaginación, su capacidad creadora, su chispa, reflejos, fácil memoria y su propensión al entusiasmo, viven en un mundo rígido, llevado por los mayores, a los cuales a menudo se enfrentan por ser -los jóvenes- en ocasiones, receptores de señalamientos descalificadores.

Es preciso generar puentes y líneas de vinculación y apoyo, a través de los programas educativos, impulsando sus ideas, comprendiendo sus desajustes naturales y legítimas búsquedas. La tarea es fascinante si aquilatamos el tesoro que significa su edad, su potencial, su vida y su presencia en el mundo. Una generación poseedora de grandes habilidades tecnológicas, que precisa del acompañamiento para encontrar y desarrollar el sentido de su propia vida actuando en comunidad. ¡La apuesta es por los jóvenes!

Dr. en Educ. J. Jesús Vázquez Estupiñán

Rector de la Universidad La Salle Morelia

jve@ulsamorelia.edu.mx


La fe es un salto de confianza Gerardo Escutia Dávalos.

Como padres de familia, como directivos o como maestros, deseamos a veces aligerar la carga a los hijos, a los empleados y a los estudiantes; haciendo el trabajo por ellos; evitándoles obstáculos y hasta interviniendo de más. Limitamos su crecimiento no obstante nuestra buena disposición y queremos, en ocasiones, experimentar y vivir episodios que no nos competen; porque el tránsito por la vida es tarea de cada quien, lo que no nos exenta de la vocación natural para servir al otro, especialmente a quien más lo necesita. Es cuestión de prudencia, riesgo y a veces, de paciencia. Esta pequeña historia de la mariposa resulta ilustrativa:

“Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a su casa para poder ver a la mariposa desplegar sus alas. Vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, constatando que la mariposa luchaba por abrirlo…hacerlo más grande y poder salir. El hombre se percató de que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de luchar, pues aparentemente no progresaba en su intento. Daba la impresión de que se había atascado. Entonces el hombre “en su bondad”, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó un lado del agujero para ampliarlo; la mariposa pudo al fin salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo flácido, hinchado y unas alas pequeñas y maltrechas. El hombre continuó mirando el proceso, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblaran e hicieran lo suficiente para soportar el peso del cuerpo de la mariposa. Pensó también que probablemente, se contraería al reducir la hinchazón que padecía. Ninguna de las dos situaciones sucedió y la mariposa solamente pudo arrastrarse en círculos… nunca pudo volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo requerido por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, eran la forma en que la naturaleza proveía de fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que éstas estuviesen fortalecidas, de modo que luego le permitieran volar.

La libertad y el volar solamente podían llegar luego de -la batalla”. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su vitalidad”

Son muchas las ocasiones en que optamos por los caminos cortos para intentar salvar dificultades y tomamos las tijeras y recortamos esfuerzos en la búsqueda de nuestros afanes. A través de nuestros empeños y caídas, somos fortalecidos. La madurez aparece a veces como un enigma intransitable. ¿Serán los años vividos, los que nos ubican en el camino de la madurez? ¿O será tal vez la agitada marcha de la vida que nos hizo brincar etapas para ser adultos antes de tiempo?

Caracterizan al verdadero proceso de madurez, algunos rasgos que bien vale la pena considerar:

  1. 1.Objetividad, rasgo que permite percibir las cosas tal como son; sin enmiendas ni exageraciones.
  2. 2.Responsabilidad, expresada en testimonios que dan cuenta de puntualidad y cumplimiento; es decir, capacidad de responder ante compromisos y situaciones que la vida nos presenta.
  3. 3.Congruencia, para hacer lo que se piensa y pensar lo que se hace. Este acto es fundamental en la vida del ser humano, en virtud de conductas y actitudes cambiantes en distintos contextos.
  4. 4.Sencillez, que también incluye una postura humilde, particularmente ante el éxito y el elogio. La simplicidad favorece buenas decisiones y la sana convivencia.
  5. 5.Sentido del buen humor, que significa una peculiar capacidad para reírnos de nosotros mismos. Reír es terapéutico.

La juventud acapara renglones en los análisis estadísticos y demográficos; es el blanco al que los afanes de mercadotecnia apuntan…es el sector que preocupa y también en él, se tienen depositadas las esperanzas de mejora y progreso.

Los jóvenes imponen sus formas de hablar, modas, gustos, aficiones y actividades en el concierto de la sociedad. Con toda su viva imaginación, su capacidad creadora, su chispa, reflejos, fácil memoria y su propensión al entusiasmo, viven en un mundo rígido, llevado por los mayores, a los cuales a menudo se enfrentan por ser -los jóvenes- en ocasiones, receptores de señalamientos descalificadores.

Es preciso generar puentes y líneas de vinculación y apoyo, a través de los programas educativos, impulsando sus ideas, comprendiendo sus desajustes naturales y legítimas búsquedas. La tarea es fascinante si aquilatamos el tesoro que significa su edad, su potencial, su vida y su presencia en el mundo. Una generación poseedora de grandes habilidades tecnológicas, que precisa del acompañamiento para encontrar y desarrollar el sentido de su propia vida actuando en comunidad. ¡La apuesta es por los jóvenes!

Dr. en Educ. J. Jesús Vázquez Estupiñán

Rector de la Universidad La Salle Morelia

jve@ulsamorelia.edu.mx