COLUMNA BURÓ DE CRÉDITO
Buró de Crédito tiene 22 años en México. Antes de que existieran las Sociedades de Información Crediticia, dar un crédito era una tarea complicadísima, tardada y de alto riesgo.
Una solicitud de crédito empezaba, hace más de dos décadas, cuando el cliente ingresaba a una sucursal o empresa. Ahí llenaba una solicitud de crédito y empezaba un arduo e impreciso proceso de evaluación de riesgo e investigación.
Para comenzar, la primera dificultad en el otorgamiento de crédito era que se daba subjetivamente conforme al criterio o humor de un empleado. Además se corrían muchos riesgos adicionales porque sucedía que los analistas recibían en casos documentación falsa u apócrifa que distorsionaba y torcía la realidad.
La evaluación era muy complicada porque, por ejemplo, se mandaban a hacer inspecciones oculares a los domicilios de los clientes, se recopilaba información del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, también de la Central de Información y Cobranzas, se acudía a revisar los juzgados, etcétera. Esto implicaba destinar mucho tiempo y dinero tan solo para conocer y evaluar al cliente.
En el pasado tampoco se contaban con referencias sólidas, objetivas e imparciales, lo que además incrementaba el riesgo de impago.
Previo a la existencia de Buró de Crédito las instituciones otorgantes de crédito no conocían el nivel de apalancamiento de un solicitante, lo que incrementaba además el riesgo de sobreendeudamiento y por ende, del deterioro de la cartera.
Si sumamos todos estos factores es fácil deducir por qué antes de la llegada de Buró de Crédito los financiamientos no fluían, ni eran tan atractivos como lo son hoy.
Ahora los otorgantes de crédito pueden realizar el análisis de forma parametrizable, automatizada, objetiva e imparcial. Hoy ellos pueden tomar decisiones con relación al riesgo de crédito que quieren tomar con conocimiento pleno del perfil del cliente que ha solicitado el financiamiento. Esto también es muy cierto en el ramo de personas morales, donde además se puede observar, por ejemplo, si el cliente potencial tiene compromisos como obligado solidario de algún crédito y si éste tiene accionistas que el otorgante de crédito también necesite conocer para tomar una decisión bien informada.
Si no existiera Buró de Crédito, muchas personas hoy no contarían con un crédito hipotecario, de automóvil, o en forma de tarjeta, por nombrar sólo tres.
Las empresas, especialmente las Mipymes, tendrían menos acceso al financiamiento y esto se traduciría en que México se hubiera rezagado en su desarrollo y también en la generación de empleos.
La buena noticia es que Buró de Crédito existe y que cada vez son más los otorgantes de crédito que usan y reportan su base a Buró de Crédito, lo que se traduce en que puedan crecer sus negocios sin exponer a los clientes al sobreendeudamiento.
Otros factores que han contribuido a que hoy exista en el mercado una gran oferta de productos crediticios para todos los perfiles y necesidades son: los avances tecnológicos, una mejor regulación, un mejor marco jurídico, la competencia y la solidez del país.
Ahora conoces que la evolución positiva de los precios y de los tipos de crédito disponibles ha sido posible por todo lo anterior. (F)