/ jueves 28 de octubre de 2021

Las mujeres, la brujería y el parto

Mildred Baltazar Navarro

Desde hace tiempo escuchamos hablar de las brujas, pero, ¿quiénes eran ellas?

No eran en si personas malas y feas como nos decían, las brujas eran mujeres con conocimiento, mujeres que desde tiempo atrás antes de que existiera la educación superior en el siglo XIX al XX, ya existían. Mujeres que adquieren conocimientos sobre plantas, animales, minerales y creaban recetas para curar.

Las brujas eran parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras, hasta podría decirse que fueron las primeras mujeres científicas en los siglos XIV al XVII tenían conocimientos en campos como, la anatomía, la botánica, la sexualidad, las relaciones y la reproducción y prestaban un importante servicio a la comunidad. Sobre todo, las elites políticas y económicas pensaban que las mujeres que sabían de sexualidad y reproducción eran una amenaza, porque estas mujeres comenzaron a almacenar conocimiento muy importante sobre el control de la reproducción y sabían preparar diversos abortivos, por ello comenzaron a colgarlas y quemarlas. Mas adelante las mujeres que tenían conocimiento en aborto, fertilidad y sexualidad ocuparon espacios importantes. sobre todo, en las ciencias naturales y en la salud.

Entre las brujas se encontraban las parteras, quienes eran acompañantes del proceso de crear y dar vida, ellas más allá de atender las implicaciones físicas y biológicas, se encargaban de preparar el hogar para el trabajo de parto de la mujer, su cuerpo y el ser respetados, hacían que la transición del útero al hogar fuera lo más cordial y armoniosa posible, celebrando la llegada de la vida proporcionando así el parto humanizado.

Hoy en día siguen existiendo las mujeres con este conocimiento y tiene su lugar indiscutible en la memoria cultural colectiva como un saber ancestral sobre el origen de la vida y una práctica que mantiene su relevancia en la sociedad actual, la importancia de este conocimiento despierta el interés de la investigación etnográfica.

Actualmente hay mujeres en las varias regiones comunitarias que siguen practicando el arte de partear. Defienden y se mantienen unidas por fortalecer y fomentar la tradición, califican al parterismo como mágico, para ellas existen diferentes maneras de construir el cuerpo humano y como tal son otras las técnicas y maneras de interpretar su funcionamiento, estados y transformaciones.

Al final traer vida al mundo será un conocimiento heredado de abuelas, madres e hijas, que también este va acompañando a las mujeres en la menstruación, gestación, parto y puerperio. Es decir, en todos los ciclos biológicos, físicos y hasta espirituales que atraviesan por los cuerpos de las mujeres.

En lo personal me siento atraída con los conocimientos de estas mujeres porque ellas veían más allá, se encargaban de todos los cambios que pasamos las mujeres en el embarazo y esto hacia más agradable todo lo que implica no solo físicamente sino internamente, el traer una vida no es fácil nadie más podría saberlo que nosotras mismas (las mujeres), por eso es muy importante que realmente sea algo que decidas tu misma.

El compartir tu “alma” con la de otro ser es realmente mágico, tan solo nuestro cuerpo que contiene tantos misterios y secretos viendo más allá de la ciencia y la medicina la forma espiritual y el estar en contacto con esta forma de nuestra naturaleza, somos un mar de emociones y en nuestras emociones existe la sabiduría para poder crear, este conocimiento, nos convirtió en brujas, el decidir, esta posibilidad de ser independientes y fuertes. Por eso es importante seguirnos manteniendo de esta manera, criar y crear con fuerza. Fortalecernos a nosotras mismas y a futuras generaciones, amigas, hermanas, hijas etc... seguir creando conocimiento, viviéndolo desde nuestras raíces, pienso que es muy importante.

Porque al estar conscientes de nosotras mismas. Nuestros cuerpos y de cómo funcionamos podernos sanarnos, y crear un ambiente sano en nuestro alrededor.

Mildred Baltazar Navarro

Desde hace tiempo escuchamos hablar de las brujas, pero, ¿quiénes eran ellas?

No eran en si personas malas y feas como nos decían, las brujas eran mujeres con conocimiento, mujeres que desde tiempo atrás antes de que existiera la educación superior en el siglo XIX al XX, ya existían. Mujeres que adquieren conocimientos sobre plantas, animales, minerales y creaban recetas para curar.

Las brujas eran parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras, hasta podría decirse que fueron las primeras mujeres científicas en los siglos XIV al XVII tenían conocimientos en campos como, la anatomía, la botánica, la sexualidad, las relaciones y la reproducción y prestaban un importante servicio a la comunidad. Sobre todo, las elites políticas y económicas pensaban que las mujeres que sabían de sexualidad y reproducción eran una amenaza, porque estas mujeres comenzaron a almacenar conocimiento muy importante sobre el control de la reproducción y sabían preparar diversos abortivos, por ello comenzaron a colgarlas y quemarlas. Mas adelante las mujeres que tenían conocimiento en aborto, fertilidad y sexualidad ocuparon espacios importantes. sobre todo, en las ciencias naturales y en la salud.

Entre las brujas se encontraban las parteras, quienes eran acompañantes del proceso de crear y dar vida, ellas más allá de atender las implicaciones físicas y biológicas, se encargaban de preparar el hogar para el trabajo de parto de la mujer, su cuerpo y el ser respetados, hacían que la transición del útero al hogar fuera lo más cordial y armoniosa posible, celebrando la llegada de la vida proporcionando así el parto humanizado.

Hoy en día siguen existiendo las mujeres con este conocimiento y tiene su lugar indiscutible en la memoria cultural colectiva como un saber ancestral sobre el origen de la vida y una práctica que mantiene su relevancia en la sociedad actual, la importancia de este conocimiento despierta el interés de la investigación etnográfica.

Actualmente hay mujeres en las varias regiones comunitarias que siguen practicando el arte de partear. Defienden y se mantienen unidas por fortalecer y fomentar la tradición, califican al parterismo como mágico, para ellas existen diferentes maneras de construir el cuerpo humano y como tal son otras las técnicas y maneras de interpretar su funcionamiento, estados y transformaciones.

Al final traer vida al mundo será un conocimiento heredado de abuelas, madres e hijas, que también este va acompañando a las mujeres en la menstruación, gestación, parto y puerperio. Es decir, en todos los ciclos biológicos, físicos y hasta espirituales que atraviesan por los cuerpos de las mujeres.

En lo personal me siento atraída con los conocimientos de estas mujeres porque ellas veían más allá, se encargaban de todos los cambios que pasamos las mujeres en el embarazo y esto hacia más agradable todo lo que implica no solo físicamente sino internamente, el traer una vida no es fácil nadie más podría saberlo que nosotras mismas (las mujeres), por eso es muy importante que realmente sea algo que decidas tu misma.

El compartir tu “alma” con la de otro ser es realmente mágico, tan solo nuestro cuerpo que contiene tantos misterios y secretos viendo más allá de la ciencia y la medicina la forma espiritual y el estar en contacto con esta forma de nuestra naturaleza, somos un mar de emociones y en nuestras emociones existe la sabiduría para poder crear, este conocimiento, nos convirtió en brujas, el decidir, esta posibilidad de ser independientes y fuertes. Por eso es importante seguirnos manteniendo de esta manera, criar y crear con fuerza. Fortalecernos a nosotras mismas y a futuras generaciones, amigas, hermanas, hijas etc... seguir creando conocimiento, viviéndolo desde nuestras raíces, pienso que es muy importante.

Porque al estar conscientes de nosotras mismas. Nuestros cuerpos y de cómo funcionamos podernos sanarnos, y crear un ambiente sano en nuestro alrededor.