/ viernes 24 de diciembre de 2021

México de ingobernabilidad

La crisis de ingobernabilidad, corrupción e impunidad que atraviesa el país tiene su explicación en causas que van desde la fragilidad institucional a la economía sumergida, el narcotráfico y la nula fiscalidad, es decir, la recaudación ordenada, coherente y proporcional de recursos para el gobierno que deberían ser utilizados para financiar sus actividades y que estas a su vez deriven en beneficios para la población desde la mantención del orden hasta la ayuda a las personas más desfavorecidas.

En México, existe una tendencia a atribuir la corrupción a una serie de prácticas que se remontan a la conquista española. Sin embargo, achacar los problemas actuales a una historia tan antigua es insostenible. El tipo de corrupción que abundaba en la colonia de la Nueva España, era similar a los existentes en Italia, Chile o Inglaterra. Y ésta, no prevalece en ninguno de los países antes mencionados ni sufren, actualmente, los problemas que tiene México.

En realidad, para comprender el marasmo de impunidad en que está sumido el país es necesario analizar la complicada historia de la debilidad del Estado mexicano. Desde el punto de vista económico, México perdió mucho terreno respecto a Estados Unidos, por otro lado, sus destructivas guerras de independencia asolaron la economía; el comercio interior era limitado y debido a toda esta inestabilidad, la primera línea de ferrocarril tardó 40 años en hacerse realidad.

La nueva República solo pudo desarrollar un Estado débil, y esa debilidad lo convirtió en terreno abonado para la corrupción. Desde entonces, la constante ha sido la exigencia de sobornos a cambio de favores y para la obstrucción de la justicia. Los bandoleros mexicanos de antaño, que fueron legendarios por cierto, no distan mucho de los actuales y forman parte de la historia de México como la narrativa del águila y la serpiente, que se debaten entre el mito y la realidad.

Estos son en gran medida, algunos de los orígenes de la corrupción y la impunidad mexicana, con consecuencias duraderas en el desarrollo nacional y que al mismo tiempo crearon una brecha importante entre el funcionamiento del Estado en México con respecto a otros países. No obstante, a estos, hay que sumar otros factores y acontecimientos más recientes sobre los que vale la pena reflexionar.

Uno de los más relevantes, la economía sumergida, ésta, se refiere al volumen total de dinero negro que circula en un país, o sea, el conjunto de transacciones monetarias no declaradas de forma correspondiente a las autoridades fiscales o monetarias competentes. Este tipo de economía reduce de manera importante el porcentaje de recaudación fiscal de un país y es especialmente peligrosa ya que impide a los Estados recaudar de forma justa y proporcional con respecto a su PIB real. Por lo cual, en ocasiones, las autoridades buscan resolver este problema aumentando la presión fiscal sobre la economía no sumergida.

Aunado a esto el volumen de la economía sumergida en México se encuentra entre un tercio y dos tercios de la población mexicana actual que vive de prácticas económicas toleradas pero al margen de la ley. En general suele tratarse de infracciones menores, como la ocupación de parcelas vacías en las periferias de las ciudades o el comercio ambulante. Lo que desemboca en la única forma de regularla, que lamentablemente, es la practica de pequeñas formas de corrupción. La existencia de economías sumergidas de gran tamaño con respecto al PIB suele evidenciar el atraso de un estado en materia fiscal, esto se da principalmente en los países subdesarrollados donde sus recursos tributarios se ven reducidos y la mayoría de las ocasiones deben recurrir a soluciones como el endeudamiento con acreedores extranjeros. Situación que no sería necesaria si estuvieran en la posibilidad de recurrir a los ingresos de su país si éstos se declararan legalmente.

Sin embargo, esto es solo una parte, existen otros factores importantes que generan que en el México de hoy exista el nivel de ingobernabilidad en el que vivimos, pero de ello, les estaré hablando la próxima semana.

La crisis de ingobernabilidad, corrupción e impunidad que atraviesa el país tiene su explicación en causas que van desde la fragilidad institucional a la economía sumergida, el narcotráfico y la nula fiscalidad, es decir, la recaudación ordenada, coherente y proporcional de recursos para el gobierno que deberían ser utilizados para financiar sus actividades y que estas a su vez deriven en beneficios para la población desde la mantención del orden hasta la ayuda a las personas más desfavorecidas.

En México, existe una tendencia a atribuir la corrupción a una serie de prácticas que se remontan a la conquista española. Sin embargo, achacar los problemas actuales a una historia tan antigua es insostenible. El tipo de corrupción que abundaba en la colonia de la Nueva España, era similar a los existentes en Italia, Chile o Inglaterra. Y ésta, no prevalece en ninguno de los países antes mencionados ni sufren, actualmente, los problemas que tiene México.

En realidad, para comprender el marasmo de impunidad en que está sumido el país es necesario analizar la complicada historia de la debilidad del Estado mexicano. Desde el punto de vista económico, México perdió mucho terreno respecto a Estados Unidos, por otro lado, sus destructivas guerras de independencia asolaron la economía; el comercio interior era limitado y debido a toda esta inestabilidad, la primera línea de ferrocarril tardó 40 años en hacerse realidad.

La nueva República solo pudo desarrollar un Estado débil, y esa debilidad lo convirtió en terreno abonado para la corrupción. Desde entonces, la constante ha sido la exigencia de sobornos a cambio de favores y para la obstrucción de la justicia. Los bandoleros mexicanos de antaño, que fueron legendarios por cierto, no distan mucho de los actuales y forman parte de la historia de México como la narrativa del águila y la serpiente, que se debaten entre el mito y la realidad.

Estos son en gran medida, algunos de los orígenes de la corrupción y la impunidad mexicana, con consecuencias duraderas en el desarrollo nacional y que al mismo tiempo crearon una brecha importante entre el funcionamiento del Estado en México con respecto a otros países. No obstante, a estos, hay que sumar otros factores y acontecimientos más recientes sobre los que vale la pena reflexionar.

Uno de los más relevantes, la economía sumergida, ésta, se refiere al volumen total de dinero negro que circula en un país, o sea, el conjunto de transacciones monetarias no declaradas de forma correspondiente a las autoridades fiscales o monetarias competentes. Este tipo de economía reduce de manera importante el porcentaje de recaudación fiscal de un país y es especialmente peligrosa ya que impide a los Estados recaudar de forma justa y proporcional con respecto a su PIB real. Por lo cual, en ocasiones, las autoridades buscan resolver este problema aumentando la presión fiscal sobre la economía no sumergida.

Aunado a esto el volumen de la economía sumergida en México se encuentra entre un tercio y dos tercios de la población mexicana actual que vive de prácticas económicas toleradas pero al margen de la ley. En general suele tratarse de infracciones menores, como la ocupación de parcelas vacías en las periferias de las ciudades o el comercio ambulante. Lo que desemboca en la única forma de regularla, que lamentablemente, es la practica de pequeñas formas de corrupción. La existencia de economías sumergidas de gran tamaño con respecto al PIB suele evidenciar el atraso de un estado en materia fiscal, esto se da principalmente en los países subdesarrollados donde sus recursos tributarios se ven reducidos y la mayoría de las ocasiones deben recurrir a soluciones como el endeudamiento con acreedores extranjeros. Situación que no sería necesaria si estuvieran en la posibilidad de recurrir a los ingresos de su país si éstos se declararan legalmente.

Sin embargo, esto es solo una parte, existen otros factores importantes que generan que en el México de hoy exista el nivel de ingobernabilidad en el que vivimos, pero de ello, les estaré hablando la próxima semana.