Los eventos en Venezuela vienen desarrollándose uno tras otro, así que sólo me referiré a los acontecidos al momento de redactar este artículo; los cuales es importante que les prestemos atención aquí enMéxico, porque si los analizamos con una mente crítica nos ayudan a comprender sobre qué estamos parados en este país.
Quienes estuvimos siguiendo la cobertura en vivo transmitida por algunos medios de comunicación, de la marcha del 23 de enero, pudimos ver la multitud de venezolanos que salieron a las calles de manera pacífica y voluntaria, en números impresionantes, respondiendo al plan presentado por su Asamblea Nacional, única institución política elegida libremente por el pueblo venezolano, para apoyar el plan constitucional presentado por su Asamblea Nacional para salir del régimen socialista de Maduro.
Vimos la juramentación de Juan Guaidó como presidente encargado, o como diríamos en México, presidente interino, para posteriormente convocar a elecciones libres, así que no se trata de una “autoproclamación” de Guaidó, como algunos medios han osado tergiversarlo, se trató de una acción legítima de asumir su deber como lo establece la Constitución de ese país.
El valor que mostró el pueblo venezolano que salió alas calles es digno de reconocerse, pues lo hicieron a pesar de lo que representa para ellos la represión del régimen de Maduro, la amenaza de poder morir atravesados por una bala, o ser heridos por bombas lacrimógenas.
Estos venezolanos prefirieron asumir estos riesgos a continuar viviendo el infierno en el que la ideología del socialismo ha sumergido al país. Fue de mi particular atención la declaración de una manifestante al ser entrevistada, la cual dijo “ya no queremos que nos den una bolsa de comida, queremos la libertad de trabajar para ganarnos nuestra comida”.
No creas que el socialismo murió con la caída del muro de Berlín, el socialismo vive en la mente de las personas que creen que el gobierno debe darles esto, aquello y lo otro, y que votan por aquellos que les dan esas dádivas, y que paulatinamente terminan convirtiéndose en sus dictadores. Lo que la manifestante dijo, habla de que hay venezolanos que están despertando y siendo conscientes de las mentiras del socialismo, diciendo que ya no quieren recibir las bolsas de comida que les da el gobierno, quieren libertad para poder trabajar y disfrutar de las recompensas de su esfuerzo, eso es mucho más digno que el estirar la mano para recibir las miserias del gobierno; confío y es mi oración para que sean más y más los venezolanos que sean conscientes de esto y para que la dura experiencia que han vivido con el régimen socialista no sea en vano.
Quienes hemos podido escuchar en vivo las posteriores declaraciones de los diferentes países ante la OEA, escuchamos su postura en cuanto a su apoyo o rechazo a la tiranía de Nicolás Maduro. Al escuchar o leer queMéxico se ha declarado “neutral” en este asunto, te recomiendo busques su declaración hecha ante la OEA y la leas o escuches completa, y a su vez leas o escuches la declaración de los países que se alinearon en apoyo a la tiranía deMaduro, y hagas una comparativa de los argumentos que presentaron, y notes la similitud de sus declaraciones en dos puntos clave: derechos y soberanía.
Y las preguntas que te dejo a tu consideración, son las siguientes: ¿Por qué, si basan su postura de seguir reconociendo la tiranía de Maduro en el respeto que tienen a los derechos y la soberanía de las naciones, por qué entonces, pasan por alto el derecho y la soberanía de las multitudes de venezolanos que salieron el 23 de enero a las calles para expresar de manera voluntaria y pacífica su respaldo a las acciones legítimas de su Asamblea Nacional y la juramentación de su nuevo presidente interino?,¿por qué si tienen tal apego al respeto de los derechos y la soberanía como dicen, no escuchamos que se pronuncien con la misma indignación ante la injerencia de agentes de la inteligencia cubana en Venezuela?
¿En verdad vas a creer que México es “neutral” en este asunto?, para quienes quieren verlo, este hecho destapa con mucha claridad la posición ideológica socialista en la que está parado el gobierno actual mexicano. El pueblo mexicano tiene que ser consciente de esto, pero jamás cayendo en una actitud desalentadora, sino como cuando caemos enfermos, el primer paso es diagnosticarnos la enfermedad (nombrar la enfermedad, saber qué tenemos) y comprender qué la ocasionó, antes de poder tomar el tratamiento adecuado que dirija hacia nuestra recuperación, esto último lo analizaremos en otro artículo.
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Licenciada en Ciencias de la Familia. (L)
