/ lunes 28 de diciembre de 2020

Morena y las Encuestas

Justo cuando la reputación de las casas encuestadoras se encuentra en entredicho luego de los tropiezos que han registrado en los últimos años durante los comicios presidenciales en México y Estados Unidos, el partido oficialista Morena decidió elegir este método para la selección de sus 15 candidatos a las gubernaturas que estarán en disputa en el 2021.

Todavía está fresco el conflicto interno protagonizado entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, luego de la confrontación generada por los resultados de las encuestas para elegir al presidente nacional de Morena. Luego de un tercer sondeo -realizado por Parametría, Demotecnia 2.0 y Covarrubias y Asociados- ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y organizado por el INE, se obtuvo finalmente a un ganador, no sin quedar vulnerada la credibilidad y transparencia del partido en el poder y dejando tensiones internas que aún prevalecen.

La metodología empleada en las primeras encuestas realizadas para elegir al dirigente nacional, específicamente en el tipo de preguntas, generaron dudas y desconfianza entre los morenistas porque consideraron que no brindaban certeza respecto al objetivo que se buscaba, es decir, elegir al mejor perfil para dirigir el destino del partido. En el primer ejercicio se hacía referencia a “si las personas conocían al candidato, pero no sobre su preferencia para dirigir Morena”, según explicó Andrés Levy a la revista Forbes.

En ese primer ejercicio orientado al conocimiento que se tenía de los candidatos, Porfirio Muñoz Ledo obtuvo el 41.7% contra el 27.1% de Mario Delgado. Al final, en la tercera y definitiva encuesta y con preguntas distintas, el actual dirigente obtuvo el 58.6% mientras que Muñoz Ledo el 41.4%.

Por esta razón resulta fundamental que Mario Delgado transparente la metodología de las encuestas que realiza para elegir a sus candidatos a la gubernatura y evitar confrontaciones internas, tal como sucedió durante el proceso de selección de la dirigencia nacional porque hoy suenan los tambores de guerra en Michoacán.

Esta falta de claridad ha generado que dos de los aspirantes, Cristóbal Arias Solís y Raúl Morón Orozco, se asuman como ganadores de la encuesta interna sin que hasta el momento haya un posicionamiento claro y firme de la dirigencia nacional al respecto.

Llama la atención que las casas encuestadoras más serias del país coloquen a Cristóbal Arias Solís en la primera posición, seguido en un lejano segundo lugar por Raúl Morón pero de acuerdo con la información publicada –pero sin verificar- de algunos medios locales, el acalde moreliano superaría por más de 10 puntos al Senador. Tal diferencia resulta inexplicable y genera suspicacias sobre el proceso interno.

Esto abre la puerta a todo tipo de especulaciones y rumores respecto a una designación que no tendría sustento precisamente en las encuestas sino en la vieja figura del otrora partido en el poder: el dedazo. Y surgen preguntas: ¿Existe animadversión de Cárdenas hacia Cristóbal Arias? ¿A quién beneficia lanzar un candidato débil en Michoacán?

Y, respecto a la posibilidad de postular a una mujer en Michoacán y tercera en discordia, prácticamente quedaría erosionada con la designación de una candidata en San Luis Potosí.


Justo cuando la reputación de las casas encuestadoras se encuentra en entredicho luego de los tropiezos que han registrado en los últimos años durante los comicios presidenciales en México y Estados Unidos, el partido oficialista Morena decidió elegir este método para la selección de sus 15 candidatos a las gubernaturas que estarán en disputa en el 2021.

Todavía está fresco el conflicto interno protagonizado entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, luego de la confrontación generada por los resultados de las encuestas para elegir al presidente nacional de Morena. Luego de un tercer sondeo -realizado por Parametría, Demotecnia 2.0 y Covarrubias y Asociados- ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y organizado por el INE, se obtuvo finalmente a un ganador, no sin quedar vulnerada la credibilidad y transparencia del partido en el poder y dejando tensiones internas que aún prevalecen.

La metodología empleada en las primeras encuestas realizadas para elegir al dirigente nacional, específicamente en el tipo de preguntas, generaron dudas y desconfianza entre los morenistas porque consideraron que no brindaban certeza respecto al objetivo que se buscaba, es decir, elegir al mejor perfil para dirigir el destino del partido. En el primer ejercicio se hacía referencia a “si las personas conocían al candidato, pero no sobre su preferencia para dirigir Morena”, según explicó Andrés Levy a la revista Forbes.

En ese primer ejercicio orientado al conocimiento que se tenía de los candidatos, Porfirio Muñoz Ledo obtuvo el 41.7% contra el 27.1% de Mario Delgado. Al final, en la tercera y definitiva encuesta y con preguntas distintas, el actual dirigente obtuvo el 58.6% mientras que Muñoz Ledo el 41.4%.

Por esta razón resulta fundamental que Mario Delgado transparente la metodología de las encuestas que realiza para elegir a sus candidatos a la gubernatura y evitar confrontaciones internas, tal como sucedió durante el proceso de selección de la dirigencia nacional porque hoy suenan los tambores de guerra en Michoacán.

Esta falta de claridad ha generado que dos de los aspirantes, Cristóbal Arias Solís y Raúl Morón Orozco, se asuman como ganadores de la encuesta interna sin que hasta el momento haya un posicionamiento claro y firme de la dirigencia nacional al respecto.

Llama la atención que las casas encuestadoras más serias del país coloquen a Cristóbal Arias Solís en la primera posición, seguido en un lejano segundo lugar por Raúl Morón pero de acuerdo con la información publicada –pero sin verificar- de algunos medios locales, el acalde moreliano superaría por más de 10 puntos al Senador. Tal diferencia resulta inexplicable y genera suspicacias sobre el proceso interno.

Esto abre la puerta a todo tipo de especulaciones y rumores respecto a una designación que no tendría sustento precisamente en las encuestas sino en la vieja figura del otrora partido en el poder: el dedazo. Y surgen preguntas: ¿Existe animadversión de Cárdenas hacia Cristóbal Arias? ¿A quién beneficia lanzar un candidato débil en Michoacán?

Y, respecto a la posibilidad de postular a una mujer en Michoacán y tercera en discordia, prácticamente quedaría erosionada con la designación de una candidata en San Luis Potosí.