/ martes 12 de marzo de 2019

No puede haber 4T sin la participación de las mujeres

A lo largo de la historia, las mujeres hemos luchado de forma incansable por el reconocimiento de nuestros derechos, y el Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una fecha especial para recordarlo, pues en este día se hace una invitación a pensar y reflexionar sobre lo que hemos avanzado y los temas que aún tenemos pendientes de alcanzar.

El pasado 8 de marzo se cumplieron 109 años de que se aprobara conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como un día para reivindicar su lucha por el derecho al voto y por su emancipación política, a esta conmemoración se han sumado millones de voces de mujeres en todo el mundo para dar forma a nuestra historia, y en estos movimientos las mexicanas no hemos sido la excepción; nos hemos organizado y manifestado en busca de mejores condiciones de vida, mujeres como Rosario Ibarra de Piedra son las que desde los 60 han exigido un alto a las desapariciones y han sumado sus voces para clamar por la presentación con vida de todas y todos los desaparecidos.

Somos las mujeres mexicanas las que hemos salido a las calles para exigir un alto a los feminicidios, somos más que una voz aislada en una geografía dispersa en el mundo, formamos parte de una tradición diversa de lucha, que en sus diferencias hemos sabido encontrar el camino para dialogar y construir, somos parte además de un momento histórico en el que las mujeres del mundo salen a luchar para exigir un fin a la violencia impuesta por el patriarcado.

En nuestro país, la voluntad popular eligió la transformación, pero ese cambio no es realizable sin las mujeres, si no nos hacemos escuchar, si no estamos atentas a exigir, en pocas palabras, no puede haber Cuarta Transformación sin la participación de las mujeres; y en este nuevo contexto es imposible no hablar sobre los servicios que requieren las madres trabajadoras, como las guarderías, o sobre los refugios para mujeres que viven situaciones de violencia, ambos temas, aunque con problemáticas distintas, afectan a las mujeres, principalmente a las trabajadoras.

Es necesario reconocer a todas las mujeres y organizaciones que expresaron su preocupación por las declaraciones realizadas desde la administración federal, con relación a estos temas, sin embargo, también quiero señalar a quienes han manejado estos temas desde intereses partidistas o económicos, pues durante los gobiernos de Fox y Calderón se dejaron de apoyar las guarderías del Seguro Social, se subrogaron servicios a particulares y se buscó abandonar esta responsabilidad del Estado. Hoy cuatro de cada 10 guarderías no cuentan con las condiciones óptimas para atender a las y los menores en la primera infancia y, casualmente, quienes protestan desde los partidos, son los mismos que abandonaron esta responsabilidad.

En el caso de los refugios, los recursos etiquetados continúan, pero como lo ha dicho el Gobierno de la República, es necesaria una política de Estado para atender esta necesidad, que por desgracia miles de mexicanas tienen en el país. Por ello, mi posición en estos temas es de respeto y reconocimiento para las mujeres que luchan y se organizan, y para las que han fundado estos centros desde una legítima voluntad de servicio, pero no así para los integrantes de los partidos que durante sus sexenios abandonaron a las mujeres y dejaron sin atender la grave situación de violencia de género que estaban generando.

En esta Cuarta Transformación las mujeres estamos más presentes que nunca, en el Gabinete de la Presidencia de la República, de las 16 secretarías, ocho son encabezadas por mujeres, y por primera vez, en la Secretaría de Gobernación está al frente una mujer, en el Senado de la República tenemos una representación de 49.2%, y en la Cámara de Diputados 48.2%.

Esta presencia no es un privilegio, es una responsabilidad que pusieron en nuestras manos las mujeres que nos antecedieron, para continuar con pasos firmes en la lucha y hacernos escuchar, para lograr un mundo donde el nacer mujer no represente una desventaja en ningún sentido, para exigir nuestro lugar en todos los espacios, tanto en lo público como en lo privado, para llevar el mensaje a las próximas generaciones de que ¡Sin nosotras no hay transformación, ni antes, ni ahora, ni nunca!

Como cada semana, quedo a sus órdenes en el correo electrónico: blanca.pina@senado.gob.mx, y en mis redes sociales Facebook: Blanca Piña, Twitter: BlancaPinaG e Instagram: Blancaepina (F)

A lo largo de la historia, las mujeres hemos luchado de forma incansable por el reconocimiento de nuestros derechos, y el Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una fecha especial para recordarlo, pues en este día se hace una invitación a pensar y reflexionar sobre lo que hemos avanzado y los temas que aún tenemos pendientes de alcanzar.

El pasado 8 de marzo se cumplieron 109 años de que se aprobara conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como un día para reivindicar su lucha por el derecho al voto y por su emancipación política, a esta conmemoración se han sumado millones de voces de mujeres en todo el mundo para dar forma a nuestra historia, y en estos movimientos las mexicanas no hemos sido la excepción; nos hemos organizado y manifestado en busca de mejores condiciones de vida, mujeres como Rosario Ibarra de Piedra son las que desde los 60 han exigido un alto a las desapariciones y han sumado sus voces para clamar por la presentación con vida de todas y todos los desaparecidos.

Somos las mujeres mexicanas las que hemos salido a las calles para exigir un alto a los feminicidios, somos más que una voz aislada en una geografía dispersa en el mundo, formamos parte de una tradición diversa de lucha, que en sus diferencias hemos sabido encontrar el camino para dialogar y construir, somos parte además de un momento histórico en el que las mujeres del mundo salen a luchar para exigir un fin a la violencia impuesta por el patriarcado.

En nuestro país, la voluntad popular eligió la transformación, pero ese cambio no es realizable sin las mujeres, si no nos hacemos escuchar, si no estamos atentas a exigir, en pocas palabras, no puede haber Cuarta Transformación sin la participación de las mujeres; y en este nuevo contexto es imposible no hablar sobre los servicios que requieren las madres trabajadoras, como las guarderías, o sobre los refugios para mujeres que viven situaciones de violencia, ambos temas, aunque con problemáticas distintas, afectan a las mujeres, principalmente a las trabajadoras.

Es necesario reconocer a todas las mujeres y organizaciones que expresaron su preocupación por las declaraciones realizadas desde la administración federal, con relación a estos temas, sin embargo, también quiero señalar a quienes han manejado estos temas desde intereses partidistas o económicos, pues durante los gobiernos de Fox y Calderón se dejaron de apoyar las guarderías del Seguro Social, se subrogaron servicios a particulares y se buscó abandonar esta responsabilidad del Estado. Hoy cuatro de cada 10 guarderías no cuentan con las condiciones óptimas para atender a las y los menores en la primera infancia y, casualmente, quienes protestan desde los partidos, son los mismos que abandonaron esta responsabilidad.

En el caso de los refugios, los recursos etiquetados continúan, pero como lo ha dicho el Gobierno de la República, es necesaria una política de Estado para atender esta necesidad, que por desgracia miles de mexicanas tienen en el país. Por ello, mi posición en estos temas es de respeto y reconocimiento para las mujeres que luchan y se organizan, y para las que han fundado estos centros desde una legítima voluntad de servicio, pero no así para los integrantes de los partidos que durante sus sexenios abandonaron a las mujeres y dejaron sin atender la grave situación de violencia de género que estaban generando.

En esta Cuarta Transformación las mujeres estamos más presentes que nunca, en el Gabinete de la Presidencia de la República, de las 16 secretarías, ocho son encabezadas por mujeres, y por primera vez, en la Secretaría de Gobernación está al frente una mujer, en el Senado de la República tenemos una representación de 49.2%, y en la Cámara de Diputados 48.2%.

Esta presencia no es un privilegio, es una responsabilidad que pusieron en nuestras manos las mujeres que nos antecedieron, para continuar con pasos firmes en la lucha y hacernos escuchar, para lograr un mundo donde el nacer mujer no represente una desventaja en ningún sentido, para exigir nuestro lugar en todos los espacios, tanto en lo público como en lo privado, para llevar el mensaje a las próximas generaciones de que ¡Sin nosotras no hay transformación, ni antes, ni ahora, ni nunca!

Como cada semana, quedo a sus órdenes en el correo electrónico: blanca.pina@senado.gob.mx, y en mis redes sociales Facebook: Blanca Piña, Twitter: BlancaPinaG e Instagram: Blancaepina (F)

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