/ martes 28 de septiembre de 2021

Nuevos paradigmas de gobernabilidad

La experiencia del proceso electoral en su parte de la transición, debe de llevarnos a reflexionar sobre diversos aspectos, entre los que se encuentran, las formas de ejercer el poder por parte de las instituciones públicas y sus titulares, y sobre todo, el para qué ejercerlo o bien, el sentido del ejercicio del poder político.

Ante ello, las conclusiones son evidentes, el modelo de gobernabilidad local se acabó, se agotó, por lo que resulta necesario e indispensable, que se generen nuevos paradígmas de atención de las necesidades y problemáticas sociales de un Estado, pirncipalmente del ejecutivo del Estado.

Para ello, los insumos son claros, derechos humanos, respeto a la diversidad y empatía institucional frente a la necesidad social, con lo que se puede canalizar el cumplimiento de los principios de eficacia y eficiencia presupuestal para que los pocos recursos económicos disponibles estén canalizados en un presupuesto que reivindique la gobernabilidad a partir de nuevas secuencias institucionales que satisfaga las peticiones sociales.

Sin lugar a dudas que los cambios en los modelos que se han tenido para atender las problemáticas sociales deben de cambiar y es necesario construir nuevos paradigmas de la gobernabilidad, razón por la cual, el reto será que los nuevos operadores políticos conciban la importancia de empatía hacia diversos grupos sociales que impacten en nuevas formas de relación con esos grupos y con ello, emitir nuevas políticas públicas.

La oportunidad de nuevas formas de ejercer el poder político, requiere de innovadores objetivos y mecanismos de operación política. En otros palabras, la operación política del nuevo gobierno del estado debe de empezar por la empatía y conocimiento de los derechos humanos de los grupos con los que estará trabajando, para con ello, canalizar las demandas y generar espacios de políticas públicas, que de igual forma, tendrá nuevas oportunidades de producir un impacto más benefico para la sociedad.

La realidad en la sociedad michoacana debe de contar con nuevas formas de visualizarlas para poder entenderlas, y sobre todo, de resolverlas, por lo que la gobernabilidad es el primer contacto con los grupos sociales que demandan intervención gubernamental y resolución de problemas. Pero de la mano con la gobernabilidad, tendrá que ir nuevas formas de resolver los problemas sociales, por lo que, el acompañamiento de cada área del ejecutivo local, que construya las soluciones a los problemas sociales para emitir políticas públicas para atajar esos problemas, será determinante.

La necesidad de cambiar las formas de operación política es inmediata, pero no solamente por la situación de cada grupo y la tendencia del respeto de los derechos humanos, sino por los pocos resultados que ha tenido la vieja forma de gobernabilidad en la que, no solamente no se han resuelto los problemas si no que se han ampliado a partir de los operadores encargados de resolverlos.

La experiencia del proceso electoral en su parte de la transición, debe de llevarnos a reflexionar sobre diversos aspectos, entre los que se encuentran, las formas de ejercer el poder por parte de las instituciones públicas y sus titulares, y sobre todo, el para qué ejercerlo o bien, el sentido del ejercicio del poder político.

Ante ello, las conclusiones son evidentes, el modelo de gobernabilidad local se acabó, se agotó, por lo que resulta necesario e indispensable, que se generen nuevos paradígmas de atención de las necesidades y problemáticas sociales de un Estado, pirncipalmente del ejecutivo del Estado.

Para ello, los insumos son claros, derechos humanos, respeto a la diversidad y empatía institucional frente a la necesidad social, con lo que se puede canalizar el cumplimiento de los principios de eficacia y eficiencia presupuestal para que los pocos recursos económicos disponibles estén canalizados en un presupuesto que reivindique la gobernabilidad a partir de nuevas secuencias institucionales que satisfaga las peticiones sociales.

Sin lugar a dudas que los cambios en los modelos que se han tenido para atender las problemáticas sociales deben de cambiar y es necesario construir nuevos paradigmas de la gobernabilidad, razón por la cual, el reto será que los nuevos operadores políticos conciban la importancia de empatía hacia diversos grupos sociales que impacten en nuevas formas de relación con esos grupos y con ello, emitir nuevas políticas públicas.

La oportunidad de nuevas formas de ejercer el poder político, requiere de innovadores objetivos y mecanismos de operación política. En otros palabras, la operación política del nuevo gobierno del estado debe de empezar por la empatía y conocimiento de los derechos humanos de los grupos con los que estará trabajando, para con ello, canalizar las demandas y generar espacios de políticas públicas, que de igual forma, tendrá nuevas oportunidades de producir un impacto más benefico para la sociedad.

La realidad en la sociedad michoacana debe de contar con nuevas formas de visualizarlas para poder entenderlas, y sobre todo, de resolverlas, por lo que la gobernabilidad es el primer contacto con los grupos sociales que demandan intervención gubernamental y resolución de problemas. Pero de la mano con la gobernabilidad, tendrá que ir nuevas formas de resolver los problemas sociales, por lo que, el acompañamiento de cada área del ejecutivo local, que construya las soluciones a los problemas sociales para emitir políticas públicas para atajar esos problemas, será determinante.

La necesidad de cambiar las formas de operación política es inmediata, pero no solamente por la situación de cada grupo y la tendencia del respeto de los derechos humanos, sino por los pocos resultados que ha tenido la vieja forma de gobernabilidad en la que, no solamente no se han resuelto los problemas si no que se han ampliado a partir de los operadores encargados de resolverlos.