/ martes 18 de enero de 2022

Pandemia sin fecha de caducidad

Pareciera que la pandemia no tiene una fecha de caducidad, en ocasiones los pronósticos optimistas se desdibujan ante la ola impresionante de contagios en el mundo, en México el asunto luce desbordado aun cuando se ha dicho que la nueva variante no es del grado letal como la anterior, no obstante la zozobra se ha enquistado en nuestra realidad.

Este año aún reciente reporta una escala de contagios que se clasifican en la denominada cuarta ola del Coronavirus, se aplica actualmente la vacuna de refuerzo para evitar mayores costos de salud a la población, aunque no está exento el pánico y la cancelación de actividades diversas como una medida de prevención ante el caos en materia de la salud pública.

Aunado a la compleja situación de la salud habría que agregar otros elementos que influyen para tener un cuadro oscuro, por ejemplo la violencia, inseguridad, homicidios dolosos; el bien común que es finalidad de la política y del derecho se percibe como una utopía porque los obituarios están interminables, la impunidad es evidente.

La clase política, en gran medida, está inmersa en el clima tóxico que marcan los desacuerdos, las confrontaciones infecundas que suelen carecer de argumentos porque no se debaten las ideas, más bien se insulta, se hostiga y la calidad termina por ser evaporada ante la industrial cantidad de exabruptos. Nuestra realidad exhibe un nivel político empobrecido.

Dentro de algunos meses se habrán de efectuar elecciones en varias entidades del país, se esperaría que hubiese proyectos políticos a contrastar y debatir, catálogos de políticas públicas, líneas de desarrollo económico aunque por lo regular lo que se exhibe son manifestaciones reventadoras en donde lo que menos se escucha es el debate, el tedio se empodera y al final observamos cuantiosos desatinos, eso lo enseña la historia reciente.

Resulta sintomático que la oposición en nuestro país está tocada desde hace casi cuatro años, no se ha repuesto y aunque perfila diversas alianzas para enfrentar a Morena no se percibe solidez, cierto, en política no hay propiamente un destino manifiesto, aunque tampoco se vislumbran grandes sorpresas. En esta actividad no se descartan los imponderables.

Morena es un movimiento que aún exhibe una precaria institucionalidad, aunque no ha dejado de mantener fortalezas, la más importante tiene su origen en Palacio Nacional, con frecuencia se cuentan más cuadros que de extracción opositora recalan en el partido guinda.

Retomando el asunto de la pandemia, las afectaciones en la economía no han terminado de contarse, muchos sitios de reunión como teatros, cines y espectáculos deportivos han disminuido sus aforos o se cancelaron, por ejemplo en la Ciudad de México se suspendieron las funciones de lucha libre hasta nuevo aviso, en otros puntos del país algunos partidos de fútbol de la liga mexicana han sido cancelados y reprogramados por el número de jugadores contagiados, se debate el regreso a las aulas. En fin, esto va para largo, al menos así parece.

Mientras se hacen los cálculos en la arena electoral, la pandemia continúa dejando su marca en el presente, vamos para dos años que la Covid-19 se constituyó como la primera pandemia del aún nuevo siglo XXI, las afectaciones son crecientes en diversos rubros, la salud y la economía en primer orden, por ello la incertidumbre no se alejó y es ya un componente típico en este proceso atípico.

Pareciera que la pandemia no tiene una fecha de caducidad, en ocasiones los pronósticos optimistas se desdibujan ante la ola impresionante de contagios en el mundo, en México el asunto luce desbordado aun cuando se ha dicho que la nueva variante no es del grado letal como la anterior, no obstante la zozobra se ha enquistado en nuestra realidad.

Este año aún reciente reporta una escala de contagios que se clasifican en la denominada cuarta ola del Coronavirus, se aplica actualmente la vacuna de refuerzo para evitar mayores costos de salud a la población, aunque no está exento el pánico y la cancelación de actividades diversas como una medida de prevención ante el caos en materia de la salud pública.

Aunado a la compleja situación de la salud habría que agregar otros elementos que influyen para tener un cuadro oscuro, por ejemplo la violencia, inseguridad, homicidios dolosos; el bien común que es finalidad de la política y del derecho se percibe como una utopía porque los obituarios están interminables, la impunidad es evidente.

La clase política, en gran medida, está inmersa en el clima tóxico que marcan los desacuerdos, las confrontaciones infecundas que suelen carecer de argumentos porque no se debaten las ideas, más bien se insulta, se hostiga y la calidad termina por ser evaporada ante la industrial cantidad de exabruptos. Nuestra realidad exhibe un nivel político empobrecido.

Dentro de algunos meses se habrán de efectuar elecciones en varias entidades del país, se esperaría que hubiese proyectos políticos a contrastar y debatir, catálogos de políticas públicas, líneas de desarrollo económico aunque por lo regular lo que se exhibe son manifestaciones reventadoras en donde lo que menos se escucha es el debate, el tedio se empodera y al final observamos cuantiosos desatinos, eso lo enseña la historia reciente.

Resulta sintomático que la oposición en nuestro país está tocada desde hace casi cuatro años, no se ha repuesto y aunque perfila diversas alianzas para enfrentar a Morena no se percibe solidez, cierto, en política no hay propiamente un destino manifiesto, aunque tampoco se vislumbran grandes sorpresas. En esta actividad no se descartan los imponderables.

Morena es un movimiento que aún exhibe una precaria institucionalidad, aunque no ha dejado de mantener fortalezas, la más importante tiene su origen en Palacio Nacional, con frecuencia se cuentan más cuadros que de extracción opositora recalan en el partido guinda.

Retomando el asunto de la pandemia, las afectaciones en la economía no han terminado de contarse, muchos sitios de reunión como teatros, cines y espectáculos deportivos han disminuido sus aforos o se cancelaron, por ejemplo en la Ciudad de México se suspendieron las funciones de lucha libre hasta nuevo aviso, en otros puntos del país algunos partidos de fútbol de la liga mexicana han sido cancelados y reprogramados por el número de jugadores contagiados, se debate el regreso a las aulas. En fin, esto va para largo, al menos así parece.

Mientras se hacen los cálculos en la arena electoral, la pandemia continúa dejando su marca en el presente, vamos para dos años que la Covid-19 se constituyó como la primera pandemia del aún nuevo siglo XXI, las afectaciones son crecientes en diversos rubros, la salud y la economía en primer orden, por ello la incertidumbre no se alejó y es ya un componente típico en este proceso atípico.

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