Hace unos días se reunió el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla con un grupo de empresarios michoacanos que promueven una alianza con estados vecinos para impulsar el desarrollo económico de la región denominado Gran Bajío. La reunión, efectuada en uno de los clubes más exclusivos de la ciudad, muestra el interés del sector empresarial michoacano de olvidar filias y fobias políticas para trabajar en favor de la entidad.
El proyecto de trabajar en forma coordinada los estados ubicados en la región centro-occidente del país, específicamente en el bajío, no es nueva ya que desde hace aproximadamente una década los gobiernos de algunas entidades como Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí han establecido alianzas para impulsar de proyectos de infraestructura que mejoren la conectividad para facilitar el comercio.
Michoacán sería una pieza esencial para fortalecer el desarrollo de la región por varias razones: su ubicación estratégica como puerta de entrada del Pacífico para todas las mercancías provenientes del extranjero; su cercanía con las principales ciudades de la zona –Ciudad de México, Toluca, Guadalajara, León- y su alta calidad en productos agropecuarios. Los representantes del proyecto de el Gran Bajío resumen en 12 razones las características de la región que la hacen la mejor de América Latina: “Es el centro neurálgico de empresas globales; el centro logístico de México; el gran polo automotriz; líder en biotecnología y la potencia agroalimentaria en el país.
“es el gran clúster aeronáutico de América Latina; líder de la industria 4.0; el gran corredor de parques industriales; la zona con la mejor calidad de vida en México; es la capital colonial de las Américas; tiene el más grande circuito ecuestre y de campos de golf de toda América Latina; lidera el turismo de negocios; posee un lugar privilegiado en el sector agroindustrial y es el principal corredor vitivinícola del país”.
Está previsto que el próximo 18 de noviembre sea presentado en San Miguel de Allende este proyecto que, cuando menos en el papel, luce prometedor pero que requerirá, además de inversiones públicas y privadas, una participación activa y decidida de los gobiernos estatales para garantizar seguridad pública y jurídica. Al día de hoy en Michoacán permanecen bloqueados varios tramos de vías de tren desde hace tres meses que se suman al bloqueo registrado en 2020 por 60 días y que generó, según estimaciones de las cámaras empresariales e industriales pérdidas multimillonarias.
Además de la incertidumbre generada por los movimientos sociales y sindicales, el gobierno de Michoacán –en coordinación con el Gobierno de México- deberá explicar cómo atenderán el gravísimo problema de inseguridad causado, en gran medida, por los 12 grupos criminales que operan en la entidad y que representan un riesgo para la seguridad.
Pero más allá de todos estos “inconvenientes”, la reunión del mandatario michoacano parece enviar un mensaje de cordialidad al sector empresarial luego de que una parte importante de éste se decantara abiertamente a favor de su contrincante, Carlos Herrera Tello, en aquella histórica reunión del pasado 18 de mayo convocada por el adversario número 1 del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Claudio X González.
“¡El gobernador miente!”
Luego del anuncio efectuado por el Gobierno de Michoacán del pago pendiente al sindicato magisterial –que comprendió las quincenas 17/21, el bono de inicio del ciclo escolar, el bono de estímulo a la superación educativa, la compensación nacional única y el bono de superación salarial- y la petición de regresar a las aulas, Poder de Base asegura que todavía quedan pendientes varios adeudos que en total rondan los mil millones de pesos, entre los que destacan: el pago retroactivo del aumento salarial de 2021 y las compensaciones salariales o bonos del 2020; sin descartar que incluyan las exigencias de los normalistas.
Será esta semana cuando los integrantes de este grupo magisterial decidan si regresan a las aulas y levantan los bloqueos a las vías férreas o mantienen lo que ellos denominan su jornada de lucha. Por lo pronto, más allá del invaluable daño a la educación, las pérdidas económicas por los bloqueos a las vías del tren se calculan en más de cinco mil millones de dólares en perjuicio de industrias como la alimenticia, petrolera, metalúrgica y automotriz, por mencionar algunas.
