/ viernes 7 de enero de 2022

Retando a la cultura de la dieta

Friné Markakis Barriga

La mayoría de las mujeres no están satisfechas con su cuerpo.

De acuerdo a diversas estadísticas, y en particular con una encuesta que se llevó a cabo el año pasado, de una prestigiada marca de jabones y productos de higiene personal, se estimó que únicamente entre el 4 y el 8% de las mujeres están satisfechas con su apariencia física. Y la pregunta es: ¿por qué?, ¿qué desean cambiar las mujeres de sí mismas? y ¿para qué o para quién(es)?

De dichas estadísticas se alcanzaron los resultados que el 92% de las mujeres sienten que están pasadas de peso y argumentan que bajando de 3 a 5 kilos se sentirían con mejor estima propia.

Enero ya es bien conocido como el mes en el que todos los gimnasios se llenan. La gran mayoría de hombres pero especialmente mujeres se someten a rigurosos regímenes alimenticios después de las fiestas decembrinas, después de todo “hay que bajar lo que se subió” en vacaciones y estos es una conducta altamente peligrosa que puede terminar en un trastorno de la conducta alimentaria.

El típico propósito de año nuevo: bajar de peso. La mayoría de las mujeres hacemos dieta entrando el año porque como bien mencioné antes, después de las fiestas o de las vacaciones lo más “normal” sería esto. Pero la realidad es que las mujeres no hacemos dieta porque nos guste hacer dieta, hacemos dieta porque pensamos que tenemos que hacerla; porque tenemos la idea de que no somos nada más que nuestros cuerpos, y porque evidentemente no estamos conformes con lo que somos y cómo lucimos, y además sumémosle el hecho de “no encajar” con los estereotipos de belleza. Es como un círculo vicioso donde el vicio es eso elemental que no podemos simplemente quitar: la comida. Y una fobia social donde el mayor miedo es la grasa, el miedo a la gordura: gordofobia.

Algo desfavorable, es que está bien visto por la sociedad, incluso por nuestro núcleo familiar y el más cercano, el hecho tener conductas compensatorias y de riesgo, al hacer ayunos prolongados, dietas restrictivas y realizar ejercicio en extremo como un propósito de año nuevo.

La realidad es que ni siquiera nos preguntamos si realmente es algo que queremos. Y no quiero que me malentiendan, no pienso que este mal querer bajar de peso, o hacerlo, al contrario, creo que es una decisión que necesita demasiada fortaleza y amor propio; pero es justo eso, lograr darnos cuenta desde dónde queremos tomar esa determinación y porqué lo queremos hacer.

Ninguna mujer debería hacer ejercicio por que odia a su cuerpo, ninguna mujer debería de realizar una dieta extremamente restrictiva como castigo. Qué tal si mejor hacemos ejercicio como una forma de agradecer lo que nuestro cuerpo hace por nosotras y para sentirnos mejor, al igual que sería mejor el permitirnos disfrutar de los alimentos que más nos gustan y nos nutran, en lugar de torturarnos o sentir culpa de comerlos.

Para concluir, me gustaría hacer una reflexión de la cultura de la dieta desde la visión del patriarcado y del capitalismo, ya que son los principales beneficiados de que las mujeres estemos siempre en guerra con nuestro físico. Por su parte el patriarcado, que es el sistema social donde los hombres son los dominantes y predominan en roles de autoridad, dicta de maneras un tanto sugestivas, como es que deberían de verse las mujeres. Femeninas, bien vestidas, lo suficientemente delgadas para lucir tonificadas, pero no tanto porque si se te notan los huesos seguro estas enferma, y eso no es atractivo, al menos ya no, pero allá por los 2000 entre más se te vieran los huesos, más atractiva eras. Hoy en día el sistema patriarcal y el capitalismo dictan una belleza más voluptuosa, al estilo Kardashian. No por nada las cirugías estéticas han tenido un crecimiento importante en los últimos cinco años. Tan solo en 2019, en Latinoamérica se han realizado 35,7 millones de cirugías de este tipo.

Recuerda antes de seguir escribiendo en tu lista de propósitos de este año: bajar de peso, cuestionarte el por qué. Tal vez tu objetivo sea estar más saludable, o tener mejor condición física, o comer más nutritivo, entonces en sí bajar de peso no es tu propósito principal, es solo algo que podrás lograr como parte del proceso de amarte, cuidarte y respetarte más.

Friné Markakis Barriga

La mayoría de las mujeres no están satisfechas con su cuerpo.

De acuerdo a diversas estadísticas, y en particular con una encuesta que se llevó a cabo el año pasado, de una prestigiada marca de jabones y productos de higiene personal, se estimó que únicamente entre el 4 y el 8% de las mujeres están satisfechas con su apariencia física. Y la pregunta es: ¿por qué?, ¿qué desean cambiar las mujeres de sí mismas? y ¿para qué o para quién(es)?

De dichas estadísticas se alcanzaron los resultados que el 92% de las mujeres sienten que están pasadas de peso y argumentan que bajando de 3 a 5 kilos se sentirían con mejor estima propia.

Enero ya es bien conocido como el mes en el que todos los gimnasios se llenan. La gran mayoría de hombres pero especialmente mujeres se someten a rigurosos regímenes alimenticios después de las fiestas decembrinas, después de todo “hay que bajar lo que se subió” en vacaciones y estos es una conducta altamente peligrosa que puede terminar en un trastorno de la conducta alimentaria.

El típico propósito de año nuevo: bajar de peso. La mayoría de las mujeres hacemos dieta entrando el año porque como bien mencioné antes, después de las fiestas o de las vacaciones lo más “normal” sería esto. Pero la realidad es que las mujeres no hacemos dieta porque nos guste hacer dieta, hacemos dieta porque pensamos que tenemos que hacerla; porque tenemos la idea de que no somos nada más que nuestros cuerpos, y porque evidentemente no estamos conformes con lo que somos y cómo lucimos, y además sumémosle el hecho de “no encajar” con los estereotipos de belleza. Es como un círculo vicioso donde el vicio es eso elemental que no podemos simplemente quitar: la comida. Y una fobia social donde el mayor miedo es la grasa, el miedo a la gordura: gordofobia.

Algo desfavorable, es que está bien visto por la sociedad, incluso por nuestro núcleo familiar y el más cercano, el hecho tener conductas compensatorias y de riesgo, al hacer ayunos prolongados, dietas restrictivas y realizar ejercicio en extremo como un propósito de año nuevo.

La realidad es que ni siquiera nos preguntamos si realmente es algo que queremos. Y no quiero que me malentiendan, no pienso que este mal querer bajar de peso, o hacerlo, al contrario, creo que es una decisión que necesita demasiada fortaleza y amor propio; pero es justo eso, lograr darnos cuenta desde dónde queremos tomar esa determinación y porqué lo queremos hacer.

Ninguna mujer debería hacer ejercicio por que odia a su cuerpo, ninguna mujer debería de realizar una dieta extremamente restrictiva como castigo. Qué tal si mejor hacemos ejercicio como una forma de agradecer lo que nuestro cuerpo hace por nosotras y para sentirnos mejor, al igual que sería mejor el permitirnos disfrutar de los alimentos que más nos gustan y nos nutran, en lugar de torturarnos o sentir culpa de comerlos.

Para concluir, me gustaría hacer una reflexión de la cultura de la dieta desde la visión del patriarcado y del capitalismo, ya que son los principales beneficiados de que las mujeres estemos siempre en guerra con nuestro físico. Por su parte el patriarcado, que es el sistema social donde los hombres son los dominantes y predominan en roles de autoridad, dicta de maneras un tanto sugestivas, como es que deberían de verse las mujeres. Femeninas, bien vestidas, lo suficientemente delgadas para lucir tonificadas, pero no tanto porque si se te notan los huesos seguro estas enferma, y eso no es atractivo, al menos ya no, pero allá por los 2000 entre más se te vieran los huesos, más atractiva eras. Hoy en día el sistema patriarcal y el capitalismo dictan una belleza más voluptuosa, al estilo Kardashian. No por nada las cirugías estéticas han tenido un crecimiento importante en los últimos cinco años. Tan solo en 2019, en Latinoamérica se han realizado 35,7 millones de cirugías de este tipo.

Recuerda antes de seguir escribiendo en tu lista de propósitos de este año: bajar de peso, cuestionarte el por qué. Tal vez tu objetivo sea estar más saludable, o tener mejor condición física, o comer más nutritivo, entonces en sí bajar de peso no es tu propósito principal, es solo algo que podrás lograr como parte del proceso de amarte, cuidarte y respetarte más.