/ martes 5 de octubre de 2021

Segunda vuelta, única vía para legitimidad electoral en México

A paso lento en la última década el tema de los derechos humanos y políticos ha evolucionado considerablemente, pero, los resultados no son los esperados, por ello, es que se pone en cuestionamiento si estas reformas trascendentales (Reforma de Derechos Humanos de 2011 y Reforma Político-Electoral de 2014) han cumplido con las demandas y necesidades que la sociedad demanda.

La reforma Político-Electoral, ha sido un gran avance para el sistema democrático en México, muestra de ello, son los resultados que se arrojaron en Julio de 2018, pero, se han dejado de lado temas elites para perfeccionar y reforzar la democracia mexicana. Muestra de ello, es el tema de la de Segunda Vuelta Electoral o Ballotage, como también es conocida.

Una Reforma Constitucional que establezca como obligatoriedad la segunda vuelta electoral, para todos los cargos de elección popular de todos los niveles de gobierno, es lo que se necesita para darle solución a la crisis de legitimidad de los gobernantes, a fin de que los candidatos electos para ocupar los cargos cuenten con el apoyo suficiente para estar en condiciones de realizar cambios reales para México durante su mandato.

Actualmente en México se vive una época de inestabilidad, quebrantamiento institucional, así como también, de desconfianza y desaprobación de algunos gobernantes por parte de la sociedad. Esto sin duda alguna pasa afectar de manera directa el tema de la democracia en nuestro país. Por ello, ante estas problemáticas el Estado ha hecho frente para solucionar de la mejor manera posible estos conflictos, pero, no ha podido hacerlo, ya que las soluciones que han propuesto son ineficaces y no son las idóneas, pues, siguen imperando los intereses políticos y económicos, por encima del interés y bienestar de la sociedad.

Al pueblo mexicano sin duda alguna se le ha dañado bastante, lo cual ha derivado en qué la sociedad mexicana, no acude en época de comicios a ejercer su derecho del sufragio, ya que, no creen ya en sus gobernantes, así como tampoco creen en las instituciones del Estado. Ante este tenor, podemos observar, que, estos factores constituyen una obstaculización en el quehacer de las nuevas administraciones (Presidente, Legisladores, Gobernadores) por existir una resistencia y desaprobación por parte de la sociedad hacia quien haya sido ganador; aunque, este malestar por parte de la sociedad se debe a la rezagada democracia imperante en nuestro país.

Apostar por la segunda vuelta electoral o ballotage es una de las alternativas más eficaces y garantes para reforzar la democracia en México, pero, fue algo por lo cual no se optó en la reforma político-electoral del año 2014, según la cual en caso de que ningún candidato lograra una mayoría absoluta en la primera vuelta o en caso de que la diferencia entre el primer lugar y el segundo sea inferior a 5%, se aplicaría. Sin embargo, nuestros legisladores tienden a dejar de lado asuntos importantes por razones de estrategias políticas, partidarias y económicas.

Los procesos electorales en el Estado mexicano se caracterizan por ser muy reñidos, muestra de ello, son las elecciones presidenciales del año 2006 y 2012, es ahí en esos comicios, donde se encuentra la importancia de contar con la figura de la segunda vuelta electoral, pues, es a partir de ese momento donde se empezó a cuestionar la idoneidad de las instituciones electorales del país, puesto que, el reconocimiento de los presidentes electos de éstos periodos alteró el tejido social y político. Lo que se manifestó en la elección presidencial de 2018, dando como resultado un fenómeno no visto, que fue un ganador con más de 50 por ciento de la votación a su favor. Sin embargo, este caso es la excepción y no la regla, por lo que debemos prevenir los futuros escenarios de división del voto.

Por ello, la segunda vuelta electoral es el eslabón faltante para perfeccionar el funcionamiento de la democracia en México, con el fin de que la sociedad sea participe y apoye de manera directa las funciones del presidente en turno. Para lo cual, es necesario voltear a ver a la comunidad internacional y atraer de ellos, las bases para adecuar dicha figura al sistema democrático mexicano y consolidar una democracia vanguardista en nuestro País y al interior de los Estados.

A paso lento en la última década el tema de los derechos humanos y políticos ha evolucionado considerablemente, pero, los resultados no son los esperados, por ello, es que se pone en cuestionamiento si estas reformas trascendentales (Reforma de Derechos Humanos de 2011 y Reforma Político-Electoral de 2014) han cumplido con las demandas y necesidades que la sociedad demanda.

La reforma Político-Electoral, ha sido un gran avance para el sistema democrático en México, muestra de ello, son los resultados que se arrojaron en Julio de 2018, pero, se han dejado de lado temas elites para perfeccionar y reforzar la democracia mexicana. Muestra de ello, es el tema de la de Segunda Vuelta Electoral o Ballotage, como también es conocida.

Una Reforma Constitucional que establezca como obligatoriedad la segunda vuelta electoral, para todos los cargos de elección popular de todos los niveles de gobierno, es lo que se necesita para darle solución a la crisis de legitimidad de los gobernantes, a fin de que los candidatos electos para ocupar los cargos cuenten con el apoyo suficiente para estar en condiciones de realizar cambios reales para México durante su mandato.

Actualmente en México se vive una época de inestabilidad, quebrantamiento institucional, así como también, de desconfianza y desaprobación de algunos gobernantes por parte de la sociedad. Esto sin duda alguna pasa afectar de manera directa el tema de la democracia en nuestro país. Por ello, ante estas problemáticas el Estado ha hecho frente para solucionar de la mejor manera posible estos conflictos, pero, no ha podido hacerlo, ya que las soluciones que han propuesto son ineficaces y no son las idóneas, pues, siguen imperando los intereses políticos y económicos, por encima del interés y bienestar de la sociedad.

Al pueblo mexicano sin duda alguna se le ha dañado bastante, lo cual ha derivado en qué la sociedad mexicana, no acude en época de comicios a ejercer su derecho del sufragio, ya que, no creen ya en sus gobernantes, así como tampoco creen en las instituciones del Estado. Ante este tenor, podemos observar, que, estos factores constituyen una obstaculización en el quehacer de las nuevas administraciones (Presidente, Legisladores, Gobernadores) por existir una resistencia y desaprobación por parte de la sociedad hacia quien haya sido ganador; aunque, este malestar por parte de la sociedad se debe a la rezagada democracia imperante en nuestro país.

Apostar por la segunda vuelta electoral o ballotage es una de las alternativas más eficaces y garantes para reforzar la democracia en México, pero, fue algo por lo cual no se optó en la reforma político-electoral del año 2014, según la cual en caso de que ningún candidato lograra una mayoría absoluta en la primera vuelta o en caso de que la diferencia entre el primer lugar y el segundo sea inferior a 5%, se aplicaría. Sin embargo, nuestros legisladores tienden a dejar de lado asuntos importantes por razones de estrategias políticas, partidarias y económicas.

Los procesos electorales en el Estado mexicano se caracterizan por ser muy reñidos, muestra de ello, son las elecciones presidenciales del año 2006 y 2012, es ahí en esos comicios, donde se encuentra la importancia de contar con la figura de la segunda vuelta electoral, pues, es a partir de ese momento donde se empezó a cuestionar la idoneidad de las instituciones electorales del país, puesto que, el reconocimiento de los presidentes electos de éstos periodos alteró el tejido social y político. Lo que se manifestó en la elección presidencial de 2018, dando como resultado un fenómeno no visto, que fue un ganador con más de 50 por ciento de la votación a su favor. Sin embargo, este caso es la excepción y no la regla, por lo que debemos prevenir los futuros escenarios de división del voto.

Por ello, la segunda vuelta electoral es el eslabón faltante para perfeccionar el funcionamiento de la democracia en México, con el fin de que la sociedad sea participe y apoye de manera directa las funciones del presidente en turno. Para lo cual, es necesario voltear a ver a la comunidad internacional y atraer de ellos, las bases para adecuar dicha figura al sistema democrático mexicano y consolidar una democracia vanguardista en nuestro País y al interior de los Estados.