/ lunes 9 de mayo de 2022

Sin resurrección, PRD cumple 33 años.

Aunque los postulados del Partido de la Revolución Democrática son tan vigentes hoy como hace 33 años, su distanciamiento de los movimientos sociales, sindicales, indigenistas, las causas populares y su entreguismo a quienes causaron los principales problemas que han aquejado al país tienen al partido del sol azteca al borde de la extinción. Su permanencia depende ahora de los partidos que criticó, descalificó y tachó de corruptos e infames.

Desde hace algunos años, prácticamente todos los fundadores y dirigentes nacionales del partido renunciaron a su militancia: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Leonel Godoy Rangel, Amalia García, Agustín Basave, Pablo Gómez, Leonel Cota Montaño, etc., por considerar que se había alejado de principios que le dieron origen, convirtiéndose ahora en una caterva de interesados solo en obtener beneficios personales o grupales.

Hoy resulta sumamente complicado diferenciarlo del PRI y PAN, partidos con los que ha conformado un sólido bloque desde hace algunos años. Ya es habitual ver a una misma persona enarbolar los banderines del PAN y PRD o PRD y PRI en los mítines que realizan juntos sin ningún rubor, alzándole la mano a quienes antaño acusaban y denostaban.

En los resultados obtenidos en los comicios federales del 2021, el partido del sol azteca solo ganó en 7 de 300 distritos electorales contra 123 de Morena; en tanto, su presencia en las elecciones estatales celebradas en junio de 2021, fue menos que anecdótica: en promedio alcanzó un 2 o 3 por ciento. En la Ciudad de México, otrora bastión perredista, obtuvo solo 5. 32%. Del 39.61 % que obtuvo la alianza PAN-PRI-PRD, el sol azteca solo aportó 3.64%.

Actualmente enfrenta una severa crisis de credibilidad en el último estado que gobernaba. En Michoacán, a pesar de ir en alianza con PRI y PAN, no pudo mantener el gobierno estatal, solo ganó 5 municipios cuando en 2018 había ganado 10 y alcanzó el triunfo en 18 pero con ayuda del Prian. A estos resultados habrá que sumarle el descrédito en que se encuentra sumida la anterior administración encabezada por Silvano Aureoles Conejo, quien ha sido acusado de dilapidar, desviar y malgastar miles de millones de pesos del erario público.

El descrédito es tal que quienes ayer formaron parte de las filas del sol azteca hoy son sus principales detractores. Lo abandonaron para irse a buscar fortuna a otros partidos políticos, lo cual muestra la falta de convicción en sus propios postulados, la ausencia total de formación de cuadros y la falta de claridad en las diferencias que lo distinguen de otros partidos políticos.

Un primer paso para reconocer que dejaron de ser un partido de izquierda ocurrió en diciembre de 2021 durante su XVIII Congreso Nacional, donde aprobaron una nueva declaración de principios asumiéndose desde entonces como “socialdemócratas”. Jesús Zambrano lo explicaba así: “(El partido) romperá con la herencia del viejo nacionalismo revolucionario, de corte autoritario (...) así como con esa versión de izquierda radical, que no tiene nada de izquierda ni de democrática, hoy instalada en la conducción del país”.

Hoy, después de 33 años, ya no son un partido nacional. Ahora solo tienen una ínfima presencia en 17 de 32 entidades federativas en las cuales corren el riesgo de no alcanzar siquiera el porcentaje mínimo para conservar el registro si contendieran solos. En los próximos meses se definirá cuántos partidos estatales surgen en Michoacán, lo que podría significar el último clavo en el ataúd del PRD.


Se consolida el frente opositor pero con el PRI como líder.

Después de los comicios del 2021 que derivaron en el cuestionado triunfo de Alfredo Ramírez Bedolla, se especuló que la alianza anti natura conformada por el PRI-PAN-PRD se debilitaría hasta desaparecer y con la llegada de Guillermo Valencia a la dirigencia del tricolor, severo crítico de esta coalición, se fortalecía la hipótesis.

Sin embargo, la falta de operación política dentro del Congreso estatal, la imposición de decisiones claramente antipopulares y la soberbia con que se han conducido muchos altos funcionarios han cohesionado y fortalecido la alianza opositora pero ahora con el PRI como conductor de la misma y ya no como mero espectador.

El cambio de postura de Guillermo Valencia obedece sin duda al acuerdo que tienen estos partidos a nivel nacional de mantener esta alianza hasta el 2024 pero con la diferencia de convertir al PRI en el líder de la alianza. Veremos si sus discrepancias abiertas con Alfonso Martínez no generan un distanciamiento, especialmente con el panismo.

Aunque los postulados del Partido de la Revolución Democrática son tan vigentes hoy como hace 33 años, su distanciamiento de los movimientos sociales, sindicales, indigenistas, las causas populares y su entreguismo a quienes causaron los principales problemas que han aquejado al país tienen al partido del sol azteca al borde de la extinción. Su permanencia depende ahora de los partidos que criticó, descalificó y tachó de corruptos e infames.

Desde hace algunos años, prácticamente todos los fundadores y dirigentes nacionales del partido renunciaron a su militancia: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Leonel Godoy Rangel, Amalia García, Agustín Basave, Pablo Gómez, Leonel Cota Montaño, etc., por considerar que se había alejado de principios que le dieron origen, convirtiéndose ahora en una caterva de interesados solo en obtener beneficios personales o grupales.

Hoy resulta sumamente complicado diferenciarlo del PRI y PAN, partidos con los que ha conformado un sólido bloque desde hace algunos años. Ya es habitual ver a una misma persona enarbolar los banderines del PAN y PRD o PRD y PRI en los mítines que realizan juntos sin ningún rubor, alzándole la mano a quienes antaño acusaban y denostaban.

En los resultados obtenidos en los comicios federales del 2021, el partido del sol azteca solo ganó en 7 de 300 distritos electorales contra 123 de Morena; en tanto, su presencia en las elecciones estatales celebradas en junio de 2021, fue menos que anecdótica: en promedio alcanzó un 2 o 3 por ciento. En la Ciudad de México, otrora bastión perredista, obtuvo solo 5. 32%. Del 39.61 % que obtuvo la alianza PAN-PRI-PRD, el sol azteca solo aportó 3.64%.

Actualmente enfrenta una severa crisis de credibilidad en el último estado que gobernaba. En Michoacán, a pesar de ir en alianza con PRI y PAN, no pudo mantener el gobierno estatal, solo ganó 5 municipios cuando en 2018 había ganado 10 y alcanzó el triunfo en 18 pero con ayuda del Prian. A estos resultados habrá que sumarle el descrédito en que se encuentra sumida la anterior administración encabezada por Silvano Aureoles Conejo, quien ha sido acusado de dilapidar, desviar y malgastar miles de millones de pesos del erario público.

El descrédito es tal que quienes ayer formaron parte de las filas del sol azteca hoy son sus principales detractores. Lo abandonaron para irse a buscar fortuna a otros partidos políticos, lo cual muestra la falta de convicción en sus propios postulados, la ausencia total de formación de cuadros y la falta de claridad en las diferencias que lo distinguen de otros partidos políticos.

Un primer paso para reconocer que dejaron de ser un partido de izquierda ocurrió en diciembre de 2021 durante su XVIII Congreso Nacional, donde aprobaron una nueva declaración de principios asumiéndose desde entonces como “socialdemócratas”. Jesús Zambrano lo explicaba así: “(El partido) romperá con la herencia del viejo nacionalismo revolucionario, de corte autoritario (...) así como con esa versión de izquierda radical, que no tiene nada de izquierda ni de democrática, hoy instalada en la conducción del país”.

Hoy, después de 33 años, ya no son un partido nacional. Ahora solo tienen una ínfima presencia en 17 de 32 entidades federativas en las cuales corren el riesgo de no alcanzar siquiera el porcentaje mínimo para conservar el registro si contendieran solos. En los próximos meses se definirá cuántos partidos estatales surgen en Michoacán, lo que podría significar el último clavo en el ataúd del PRD.


Se consolida el frente opositor pero con el PRI como líder.

Después de los comicios del 2021 que derivaron en el cuestionado triunfo de Alfredo Ramírez Bedolla, se especuló que la alianza anti natura conformada por el PRI-PAN-PRD se debilitaría hasta desaparecer y con la llegada de Guillermo Valencia a la dirigencia del tricolor, severo crítico de esta coalición, se fortalecía la hipótesis.

Sin embargo, la falta de operación política dentro del Congreso estatal, la imposición de decisiones claramente antipopulares y la soberbia con que se han conducido muchos altos funcionarios han cohesionado y fortalecido la alianza opositora pero ahora con el PRI como conductor de la misma y ya no como mero espectador.

El cambio de postura de Guillermo Valencia obedece sin duda al acuerdo que tienen estos partidos a nivel nacional de mantener esta alianza hasta el 2024 pero con la diferencia de convertir al PRI en el líder de la alianza. Veremos si sus discrepancias abiertas con Alfonso Martínez no generan un distanciamiento, especialmente con el panismo.