/ lunes 15 de febrero de 2021

UMSNH ¿Y el aguinaldo?

Uno de los principales argumentos esgrimidos por las autoridades nicolaitas para impulsar la reforma a su sistema de pensiones y jubilaciones, además del compromiso adquirido por la anterior administración, fue que se brindaría mayor certeza económica y estabilidad financiera. Hoy, después de un año, la llamada máxima casa de estudios del estado sigue sin pagar el 75 % del aguinaldo a sus trabajadores.

Además de este adeudo, la Universidad ha incumplido con el pago a profesores de diversas facultades, como en el caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, a quienes les adeudan materias interinas, lo que ocasionó que la sección sindical alzara la voz para exigir respeto a sus derechos laborales, especialmente ante la timorata posición del titular del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana, Jorge Luis Ávila Rojas, de quien se han quejado por su “falta de acompañamiento y respaldo”. De cualquier forma, el emplazamiento a huelga está previsto para el 15 de febrero.

Aunado a estos problemas, el conflicto que mantienen las autoridades universitarias con el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana ha ocasionado que muchos trabajadores nicolaitas no hayan podido cobrar sus prestaciones desde diciembre de 2019 y todo el 2020, más lo que se está acumulando en el presente año. La apuesta era tronar al sindicato liderado por Eduardo Tena Flores –que los ha llevado a sumar 20 despidos de personal sindicalizado, incluidos tres integrantes del Comité-, de ser posible antes de concluir el actual gobierno. El monto se va acumulando porque se trata de la ayuda sindical, cuotas sindicales, caja de crédito, uniformes, material de trabajo, tiempos extraordinarios y compensaciones, etc.

Muchos dentro de la Universidad Michoacana comienzan a especular cómo será el cierre del rectorado de Raúl Cárdenas Navarro ya sin contar con el respaldo de su amigo, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, quien mostró dos caras con la Casa de Hidalgo: una muy crítica y severa cuando estuvo el Dr. Medardo Serna y otra extremadamente colaborativa y complaciente con la actual administración.

Lo cierto es que la reforma al sistema de pensiones y jubilaciones no representó un avance sustancial para estabilizar las finanzas universitarias, aun con el programa de austeridad impulsado por Cárdenas Navarro porque mientras no se incremente sustancialmente el presupuesto que requiere la Universidad, la situación de la Casa de Hidalgo será crítica.

Si bien, el sistema de pensiones y jubilaciones no era el problema principal, sí uno muy significativo porque representaba el 30 por ciento del presupuesto actual, pero con un crecimiento progresivo que lo convertiría en un futuro cercano en “el problema”. Pero lo que no ha podido resolver la actual administración universitaria es el reconocimiento presupuestario a las casas del estudiante y el bachillerato nicolaita –que en conjunto requieren 500 millones de pesos para su operación- además del costo por alumno que es significativamente más bajo en comparación con el de otras universidades públicas.

Pero ese es precisamente trabajo del rector Raúl Cárdenas Navarro. Exigir o convencer a quienes elaboran y aprueban los presupuestos para que reconozcan el verdadero valor de la UMSNH. Pero el tiempo se le agota y el conflicto que sostiene con el SUEM y la posible llegada de un gobernador “menos cercano”, pueden convulsionar la Casa de Hidalgo.

Uno de los principales argumentos esgrimidos por las autoridades nicolaitas para impulsar la reforma a su sistema de pensiones y jubilaciones, además del compromiso adquirido por la anterior administración, fue que se brindaría mayor certeza económica y estabilidad financiera. Hoy, después de un año, la llamada máxima casa de estudios del estado sigue sin pagar el 75 % del aguinaldo a sus trabajadores.

Además de este adeudo, la Universidad ha incumplido con el pago a profesores de diversas facultades, como en el caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, a quienes les adeudan materias interinas, lo que ocasionó que la sección sindical alzara la voz para exigir respeto a sus derechos laborales, especialmente ante la timorata posición del titular del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana, Jorge Luis Ávila Rojas, de quien se han quejado por su “falta de acompañamiento y respaldo”. De cualquier forma, el emplazamiento a huelga está previsto para el 15 de febrero.

Aunado a estos problemas, el conflicto que mantienen las autoridades universitarias con el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana ha ocasionado que muchos trabajadores nicolaitas no hayan podido cobrar sus prestaciones desde diciembre de 2019 y todo el 2020, más lo que se está acumulando en el presente año. La apuesta era tronar al sindicato liderado por Eduardo Tena Flores –que los ha llevado a sumar 20 despidos de personal sindicalizado, incluidos tres integrantes del Comité-, de ser posible antes de concluir el actual gobierno. El monto se va acumulando porque se trata de la ayuda sindical, cuotas sindicales, caja de crédito, uniformes, material de trabajo, tiempos extraordinarios y compensaciones, etc.

Muchos dentro de la Universidad Michoacana comienzan a especular cómo será el cierre del rectorado de Raúl Cárdenas Navarro ya sin contar con el respaldo de su amigo, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, quien mostró dos caras con la Casa de Hidalgo: una muy crítica y severa cuando estuvo el Dr. Medardo Serna y otra extremadamente colaborativa y complaciente con la actual administración.

Lo cierto es que la reforma al sistema de pensiones y jubilaciones no representó un avance sustancial para estabilizar las finanzas universitarias, aun con el programa de austeridad impulsado por Cárdenas Navarro porque mientras no se incremente sustancialmente el presupuesto que requiere la Universidad, la situación de la Casa de Hidalgo será crítica.

Si bien, el sistema de pensiones y jubilaciones no era el problema principal, sí uno muy significativo porque representaba el 30 por ciento del presupuesto actual, pero con un crecimiento progresivo que lo convertiría en un futuro cercano en “el problema”. Pero lo que no ha podido resolver la actual administración universitaria es el reconocimiento presupuestario a las casas del estudiante y el bachillerato nicolaita –que en conjunto requieren 500 millones de pesos para su operación- además del costo por alumno que es significativamente más bajo en comparación con el de otras universidades públicas.

Pero ese es precisamente trabajo del rector Raúl Cárdenas Navarro. Exigir o convencer a quienes elaboran y aprueban los presupuestos para que reconozcan el verdadero valor de la UMSNH. Pero el tiempo se le agota y el conflicto que sostiene con el SUEM y la posible llegada de un gobernador “menos cercano”, pueden convulsionar la Casa de Hidalgo.