Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- A causa de la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria causada por Covid-19, la escuela Foto Viva cerrará sus puertas de manera temporal después de seis años de vida.
En entrevista para El Sol de Morelia, Sebastián Portillo Contreras, director de la institución, confirmó que la incertidumbre económica generada por la crisis sanitaria, además de la rescisión de contrato con el arrendador del inmueble donde estuvo establecida la escuela durante seis años, lo orillaron a hacer una pausa.
“Tengo que entregar la propiedad y está la incertidumbre sobre qué pasará si nosotros rentamos otro lugar y esto no se sigue moviendo por las indicaciones de no reunirse y no abrir centros culturales”, dijo luego de advertir que la escuela en la que se impartieron alrededor de 540 cursos de fotografía y cinematografía “se encuentra en proceso de cambio”.
Desde mediados de marzo que se implementaran las medidas de distanciamiento –las cuales incluyeron el cierre de giros con carácter no prioritario– Foto Viva, al igual que decenas de centros culturales en la capital, se mantuvo en vilo a la espera de mejores condiciones para trabajar.
Sin embargo, a más de tres meses de no recibir ingresos por concepto de inscripción, se suma la entrega de la casa, “el pago de servicios, nóminas atrasadas y devolución de inscripciones”, situación que –refirió Portillo Contreras– “nos dejó en números rojos”.
“Bajo estas circunstancias es que Foto Viva decide hacer una pausa y cuestionar qué va a suceder: cambiar los formatos, los giros, los propios métodos respecto a cómo financiábamos un proyecto de esta magnitud”, dijo al señalar que por el giro de la institución no ha podido acceder a créditos gubernamentales, razón por la cual busca conformar una asociación civil.
Sin dejar de reconocer que la Secretaría de Cultura de Morelia (SeCultura), incluyó a la escuela en un padrón de espacios culturales que recibirán material de prevención (gel, cubrebocas, cloro, etc.) y una sanitización, el también fotógrafo advirtió que la SeCultura se tardó en emprender programas de apoyo a centros culturales locales para buscar alternativas de rescate. “Yo hubiera querido un acercamiento mayor”, señaló.
En busca de donativos
Desde finales de mayo la escuela emprendió una campaña de fondeo a través de la plataforma Donadora (https://donadora.org/campanas/fotoviva), la cual continúa activa, a la espera de que más personas apoyen a la directiva y planta docente a hacerle frente a la situación mencionado con anterioridad.
“Nos interesa poder entrar a la donadora y de ahí poder obtener recursos por si no obtenemos ningún tipo de crédito ni apoyo directo, de ahí sacar un ingreso que nos esté ayudando lo que no vamos a obtener durante algunos meses”, dijo Portillo Contreras al explicar que Foto Viva “depende del flujo y el tráfico de gente, que es justo lo que está detenido”.
“El sector cultural –que es una de las columnas de distención, libertad, relajación y unidad– se encuentra en el hoyo del problema, porque es justo donde la propia epidemia y las normativas no dan oportunidad de reunirse a celebrar la vida y el arte”, explicó.
Asimismo, advirtió que él y su plantilla docente “se encuentran en un segundo esfuerzo”, puesto que durante el periodo de confinamiento lograron mantener activa la escuela mediante entrevistas –vía redes sociales–, con realizadores y artistas visuales de Alemania, Argentina, España y Estados Unidos, además de ofrecer talleres virtuales.
Sea lo que venga, vamos a dividir y a hacer servicios mixtos, tanto digitales como presenciales y estaremos virando hacia uno o hacia el otro, según lo permita la situación que se plantea para casi dos años”, dijo Portillo Contreras al advertir que el cierre no sólo afectará a quienes ahí laboran, sino “a cientos o miles de personas
En cifras proporcionadas por el entrevistado, a lo largo de seis años Foto Viva ha brindado sus servicios a cerca de dos mil personas, con un estimado de 540 talleres, cursos, charlas y actividades –dijo– “teniendo una oferta cultural más amplia y más activa que cualquier centro cultural o institución educativa de la ciudad”.
Su plantilla docente llegó conformarse por 20 profesores regulares y decenas más de invitados, entre los que destacó al guionista y director australiano Michel Rowe y a la actriz mexicana Mónica del Carmen.
