Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- A diferencia de Oaxaca, en Michoacán no se puede identificar un estilo pictórico, pero en vez de que esto sea una cuestión negativa, representa una gran diversidad creativa, expresó el pintor Rafael Flores Correa.
En entrevista con uno de los tres ganadores del Premio Estatal a las Artes Eréndira de este año, el artista expone cuestiones relacionadas con sus obsesiones creativas y el horizonte que percibe con las nuevas generaciones:
—¿Cuáles han sido las búsquedas de Rafael Flores? ¿Cómo se han modificado?
Es muy notorio el asunto de que está la figura humana, podría decirse que soy un pintor de cuerpos, pero no necesariamente de una manera realista, es decir, el realismo sí ha predominado, pero también he tenido etapas donde me he ido hacia el surrealismo, lo onírico y la fantasía.
En otra época también trabajé lo corporal, pero de modo expresionista, también me fui hacia lo abstracto. Digamos que he pasado por varios estilos, pero a todos les vincula el tema del cuerpo humano.
—¿Se trata principalmente de un asunto celebratorio?
Sí, en varios sentidos. Por un lado, la belleza del cuerpo, aunque también está el lado del sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Entonces no siempre busco pintar cuerpos bonitos y jóvenes, sino también viejos, adolescentes, un registro del cuerpo humano.
Trato de hablar de muchas cosas a través del cuerpo, de erotismo, sufrimiento, de vitalidad, de energía, de la condición humana. Es un tema que no se acaba, es infinito y entre más le escarbo salen más cosas; además, la corporalidad es medular en la pintura de todas las épocas, hasta aquellas que se podrían considerar restrictivas.
Ahora estoy produciendo obra donde se liga el cuerpo con la naturaleza, con elementos como animales, lo orgánico, el paisaje; también cambio las proporciones, por ejemplo, con una cara grandota llena de plantas para expresar un sentido de vitalidad.
—¿Cómo se ve a la pintura michoacana respecto a la del resto del país y del mundo?
No hay un estilo que podamos definir como michoacano, el estado es muy variado en sus estilos; en otras partes de la República sí hay casi una definición estatal, como la pintura oaxaqueña, o los del norte que tienden a la abstracción.
Michoacán tiene desde los pintores como los del Jardín del Arte, que son muy tradicionales; también hay abstractos, hay quienes reivindican el realismo, entonces hay mucho. Lo que me sorprende es la efervescencia con los pintores jóvenes, veinteañeros y treintañeros. Están empujando la pintura desde abajo.
—Hay mucha producción, pero pocas galerías y pocos museos.
Sí, pero ellos mismos están inventado sus espacios. Hay bares que se acondicionan como galerías o de repente abren un espacio de su casa y exponen, o se juntan varios y muestran su trabajo en lugares inusitados, le buscan.
Conozco varios lugares en el Centro, casas adaptadas como círculo cultural, café o bar, son espacios que quizá duran un rato y desaparecen, pero bueno, es indicativo de que si ellos no pueden exponer en un panorama raquítico, buscan el modo.
Sobre el pintor
Rafael Flores Correa, galardonado en la categoría de Artes Visuales, estudió en la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue alumno de Manuel Felguérez, Gilberto Aceves Navarro y Luis Nishizawa.
Ha expuesto en foros y galerías locales, nacionales e internacionales como el Museo de Arte de Querétaro, el Centro Cultural Clavijero, el Teatro Juárez de Guanajuato, el Centro Cultural Las Calas, en Guadalajara, Jalisco; Galería El Ágora, en San Luis Potosí; Polyforum Cultural Siqueiros, en la Ciudad de México, entre otras.