Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hilda Tenorio va a volver al ruedo. No tiene dudas. Se ha convencido de ello aunque ni siquiera haya pasado un año todavía de aquella tarde-noche de Puebla, en la que un toro de 150 kilos y bautizado como "Querido Viejo" la embistió por el rostro y le dejó 17 fracturas.
Y es que a la moreliana la mueve en su día a día una idea que se ha convertido en filosofía y convicción pura:
La vida es para hacer lo que te gusta... aunque ello implique un riesgo
Bajo esa máxima, la torera de 33 años de edad se confiesa ante El Sol de Morelia. Todavía con algunas dificultades para hablar, refiere que no ve la hora de que termine la pandemia del coronavirus para volver a tener sobre sus manos la espada, la muleta y el capote.
Racionalmente no es la mejor decisión, admite. Los doctores fueron claros con ella. Le hicieron saber que su rostro ya no es el mismo y que cualquier golpe podría generar consecuencias que han calificado como "desastrosas".
Estoy tomando una decisión conociendo los riesgos de antemano, sabiendo que ese riesgo es morir, pero siempre he sabido que en la vida hay ciclos, ciclos para ser abogada, ciclos para tu familia, el mío es seguir siendo torera
Disfrutar. Dice que ésa es la palabra clave. Inclusive, lejos de lo que se pueda pensar por fuera, relata que su recuperación anímica ha sido sencilla, a pasos agigantados y en el que se ha acompañado de viejos y nuevos amigos.
Desde el minuto cero en que dejó el ruedo arriba de una camilla, Hilda ha tratado de no perder el sentido del humor. Por aquellos días, ella misma fue la encargada de dar a conocer a la opinión pública su situación a través de las redes sociales.
"Han dicho los doctores, después de hacer una tomografía, que tengo fracturado el maxilar superior (se siente el paladar roto por completo...). También están fracturados los pómulos desde la órbita de los ojos. Bueno... Ya tendré una nueva cara de platino. (Ojalá valiera más... Como los Grammy)".
Por qué o para qué le sucedió aquella fatídica cornada. A 10 meses de distancia, se lo piensa. Lo reflexiona y entiende que en ese momento necesitaba tomar una pausa en su carrera, volver a identificar lo que ella denomina como los "pequeños detalles de la vida".
A veces nos olvidamos de esas cosas mínimas, pero creo que cuando tienes una experiencia así de fuerte, comienzas a tomarle más amor a esos detalles que antes se te cruzaban como insignificantes y que ahora los ves como la grandeza de la vida
Son pocas las personas que apoyan su decisión de volver a mirarse cara a cara con un toro. Hilda Tenorio comprende el sufrimiento por el que ha de pasar su familia cuando se para en una plaza, "ha de ser complicado concebir esa idea de que estoy a punto de perder la vida".
La preocupación ajena la asume como una muestra de cariño de los suyos, pero también pide que la acepten a ella y a sus ganas de seguir haciendo lo mismo. Es una decisión individual e irrefutable.
El regreso estaba planeado para que se diera en España. Un virus que se presentó en China y que se ha expandido por el mundo entero se lo impidió. Pero no importa, expresa que es una oportunidad para seguir entrenando. "Hay que verle el lado positivo a las cosas, ¿no?".
