Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Cuando la noche asalta a la ciudad, en el Bosque Cuauhtémoc aparecen los búhos para darle paso a la práctica ancestral de la Uárukua Chanakua, también conocida como pelota purépecha, un juego que actualmente ya se realiza en 22 estados del país.

En el año 2005, cuando Francisco Manuel Sánchez Lemus llegó a Morelia para estudiar, decidió reunirse con amigos en común para practicar el juego, más por recreación que por otra cosa; sin embargo, la cosa se fue volviendo más formal hasta que decidieron bautizar el proyecto como Búhos del Bosque.

“Siempre que entrenábamos nos visitaban dos lechuzas blancas, era algo muy loco porque nos venían a ver y de repente todavía las encontramos, entonces por eso decidimos adoptar el nombre de búhos y desde entonces, junto al equipo que tiene la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, somos el más antiguo de la ciudad”.

A partir de que en los años 90 se hizo un rescate de esta actividad, Francisco Lemus señala que además de mantenerse vigente, ha registrado un crecimiento considerable, pues en varias partes de Michoacán se ha vuelto a practicar y otras comunidades se han incluido, de tal manera que al año se juegan 12 torneos en distintos sitios de la entidad.

En lo que respecta a nivel nacional, relata que se tienen diversos campeonatos, siendo el Encuentro Deportivo Indígena uno de los más importantes y el cual ya ha sido absorbido en la parte de la organización por la Comisión Nacional del Deporte (Conade).

Para practicar la Uárukua Chanakua se utiliza un bastón de tecojote y una pelota conocida como zapandukua. Originalmente, se jugaba dándole la vuelta a la manzana de pueblo a pueblo en las comunidades purépechas, pero en la actualidad se puede desarrollar en una calle o una cancha que tenga una medida de cien metros de largo por 16 de ancho.

En la mitad de la cancha, se parte una línea imaginaria donde comienza el juego con tres golpes al bastón y posteriormente los jugadores disputarán la posesión de la zapandukua. Dentro de las reglas básicas, se encuentra que siempre se juega por el lado derecho y al no ser un deporte de contacto, se desarrolla siempre con el bastón a media altura y el ganador es el equipo que realice más anotaciones.

“Lo que tiene este juego como características particulares son los valores que promueven, desde la igualdad, el equilibrio y sobre todo la honestidad, porque nadie se aventaja más que otros. Los propios jugadores son los que marcan sus faltas y entonces de alguna manera cada uno es su juez”, dice Lemus.

Pese al repunte que tuvo el juego, Francisco Lemus expone que ha sido complicado hacer que trascienda en el terreno social y educativo, pues al no ser un deporte popular como lo es el futbol y el baloncesto, lamenta que la falta de recursos siempre es un obstáculo.

“Hace 10 años intentamos hacer una liga estatal, nuestra intención era que cada alcalde apoyara a su equipo local con traslados cuando les tocara viajar a otros municipios, pero es difícil porque no existe el recurso y los jugadores no pueden estarse pagando de su bolsillo los viajes cada fin de semana”.

Dentro del aspecto escolar, señala que en las comunidades es donde más se imparte la enseñanza de la Uárukua Chanakua, pero en el caso de Morelia, pese a que existe interés de algunos profesores, subraya que se vuelve complejo concretarlo porque no se les dota del material adecuado.

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“Lo que tiene este juego como características particulares son los valores que promueven, desde la igualdad, el equilibrio y sobre todo la honestidad..."

Francisco Lemus

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“Nosotros vamos a meter un proyecto el próximo año con el ayuntamiento de Morelia, donde la intención es que vayamos a 10 colonias de la ciudad para enseñar el deporte, dotaremos del material a un responsable y luego replicaremos el formato en otros barrios, de tal manera que cuando ya todos tengan el conocimiento, se puedan organizar torneos entre ellos”.

Actualmente el equipo Búhos del Bosque que entrena los martes, jueves y sábado a partir de las 20:00 horas, se conforma por 25 personas, pero Francisco Lemus aclara que siempre están en la búsqueda de más interesados que estén dispuestos a ser una lechuza más.