/ domingo 19 de julio de 2020

U2 y Bono engrosan su cartera en medio de la pandemia

Con una fortuna que rebasa los 700 millones de dólares, el líder de la banda irlandesa, ha llevado al grupo hasta la cima de la abundancia

Si en este momento alguien ingresa a Facebook o guarda un archivo en Dropbox, hará a Bono un poco más rico.Con la misma seguridad que agenda citas en El Vaticano, combate el SIDA y critica la desigualdad en la ONU, Bono, como Dios, es omnipresente.

Sólo que su omnipresencia dista mucho de la mística del nazareno. Su Biblia es, por llamarlo de algún modo, más terrenal: el libre mercado, ese que permite saltar de la música a la política y de la política a la filantropía con apenas poco más que buenas intenciones. Un truco que, queda claro, sólo es realizable si tu nombre aparece en las ostentosas listas de Forbes.

Y es que si algo sabe hacer el vocalista de U2 son negocios. El pasado 10 de mayo, el de Dublín llegó a sus 60 años con una fortuna superior a los 700 millones de dólares, sólo detrás de Paul McCartney, quien le lleva 18 años de ventaja en el mundo artístico.

Todo ello explica por qué U2 no es una banda que quiera —o pueda— quedarse atrás.

U2 está ahí. Como cuando en 2014 Apple decidió qué música debían escuchar sus 500 millones de usuarios, algo así como el 7% de la población mundial. En una de las estrategias de marketing más innovadoras de aquel año en la industria musical, la firma pagó a la agrupación irlandesa 100 millones de dólares por el derecho de incluir el álbum Songs of innocence en todos sus iPhone 6. Así, la música de U2 quedó grabada en el iCloud para siempre. Un gesto que no fue bien tomado por todos y que incluso llevó a Bono —con mucha ironía— a pedir disculpas en el programa The Graham Norton Show.

No es extraño que, en plena pandemia, Bono conserve ese olfato tan suyo para detectar, como dicen los mercadólogos, nuevas áreas de oportunidad. Y una de ellas fue justamente la radio digital, que en Estados Unidos tiene una penetración del 90%, según iBiquity Digital Corp.

El nuevo negocio de U2 es su canal en SiriusXM, la estación de radio online más poderosa del mundo, con 81 millones de usuarios y ganancias de casi 2 mil millones de dólares por trimestre. En ese canal, Bono tendrá un programa que se llamará Bono calling, en el que hablará sobre “la vida, el trabajo, la esperanza y el futuro”.

Foto: U2 Oficial

Así es Paul David Hewson: hoy imparte cátedra sobre el cambio climático, mañana charla sobre rock con Noel Gallagher y pasado mañana pide el fin de la explotación infantil en África.

LA INCONGRUENCIA

En su libro Bono. En el nombre del poder (Sexto Piso), el periodista Harry Browne es despiadado al señalar los equívocos del cantante: “Bono representa algo más que la mera práctica de la caridad; en realidad, su fama en este campo no tiene nada qué ver con el gasto de su considerable fortuna en las necesidades de los pobres. Es, más bien, un 'abogado defensor' de los desfavorecidos, y como tal, se haconvertido en un símbolo del carácter esencialmente benéfico de la élite rica de Occidente, siempre dispuesta a ayudar a los pobres del mundo, y que sólo espera un poco de ánimo y algunas buenas ideas para eliminar para siempre el hambre y la pobreza. Esto le convierte en un líder idóneo para un sistema de explotación y guerra imperialistas cuya depredación y depravación siguen siendo tan salvajes como siempre”.

Para muchos, resulta paradójico que una figura tan beneficiada por el capitalismo tenga la audacia de criticar la desigualdad social, la hambruna y el cambio climático, que no son otra cosa que las consecuencias del capitalismo más despiadado. Una situación que lo ha llevado a momentos incómodos, como cuando a principios de los 2000, durante un concierto de U2 en Glasgow, Bono dijo: “Cada vez que doy una palmada con mis manos, muere un niño en África”. Entonces del público emergió una voz: “¡Pues deja de hacerlo, pendejo!”.

El crítico de The Guardian, Terry Eagleton, asegura que Bono es cómplice de los banqueros y los neoconservadores. Un fiel reflejo de lo que Harry Browne llama “filantrocapitalismo”. Y es que aunque Bono siempre se ufanó de su “irish proud”, un buen día de 2006 decidió sacar sus negocios de Irlanda, luego de que el congreso de ese país aprobara una ley fiscal que obligaba a los artistas a pagar más impuestos. Entonces se llevó su dinero a Holanda, donde los artistas sólo deben tributar el 5% de sus ingresos.

Eso sí, cuando la prensa británica lo cuestionó por el cambio de dirección fiscal, respondió: “lo que es realmente hipócrita es la idea de que no se pueden usar servicios financieros en Holanda”. Por entonces el grupo se encontraba en su Vertigo Tour, una de las giras más exitosas de la historia del rock, con ingresos que alcanzaron los 389 millones de dólares.

NO SIEMPRE FUE ASÍ

U2 se cocinó con los hervores del punk y algunos ingredientes rebeldes más. Quizás por eso mantuvo una línea combativa bastante creíble desde su primer disco, Boy (1980), hasta por lo menos The Joshua tree (1987). Después ya fue otro cantar.

“La historia de Bono y de todo U2 está muy enmarcada en la turbulenta historia de Irlanda”, asegura en entrevista el crítico musical Octavio Echávarri. “Fueron músicos que crecieron con una responsabilidad social y una idea combativa de la vida. Sus primeras canciones tienen mucho qué ver con las guerras de Irlanda; incluso algunos definieron su música como 'guitarras bélicas', porque simulaban ser marchas de guerra”, agrega el también promotor musical.

Foto: U2 Oficial

U2 no siempre fue una idea cosmética de la transgresión. El disco The unforgettable fire (1984), por ejemplo, contiene amplias referencias a Martin Luther King. Bajo el mismo cariz de grabó The Joshua tree (1987), que fue una producción surgida a raíz del intervencionismo de Estados Unidos en las guerrillas centroamericanas.

“El grupo siempre estuvo inscrito en este discurso, pero hubo un momento en que Bono se asumió como el líder moral de la banda y exageró su postura. Fue así que nació el hombre mesiánico y medio chocante que hoy conocemos”, comenta Echávarri. “Bono ahora es un líder político que no quiere comprometerse con nadie, pero que quiere quedar bien con todo el mundo”.

Pero nadie mejor que las bromas populares del pueblo irlandés para describir a Bono de cuerpo entero:“La diferencia entre Dios y Bono es que Dios no va por ahí creyéndose Bono”.


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Si en este momento alguien ingresa a Facebook o guarda un archivo en Dropbox, hará a Bono un poco más rico.Con la misma seguridad que agenda citas en El Vaticano, combate el SIDA y critica la desigualdad en la ONU, Bono, como Dios, es omnipresente.

Sólo que su omnipresencia dista mucho de la mística del nazareno. Su Biblia es, por llamarlo de algún modo, más terrenal: el libre mercado, ese que permite saltar de la música a la política y de la política a la filantropía con apenas poco más que buenas intenciones. Un truco que, queda claro, sólo es realizable si tu nombre aparece en las ostentosas listas de Forbes.

Y es que si algo sabe hacer el vocalista de U2 son negocios. El pasado 10 de mayo, el de Dublín llegó a sus 60 años con una fortuna superior a los 700 millones de dólares, sólo detrás de Paul McCartney, quien le lleva 18 años de ventaja en el mundo artístico.

Todo ello explica por qué U2 no es una banda que quiera —o pueda— quedarse atrás.

U2 está ahí. Como cuando en 2014 Apple decidió qué música debían escuchar sus 500 millones de usuarios, algo así como el 7% de la población mundial. En una de las estrategias de marketing más innovadoras de aquel año en la industria musical, la firma pagó a la agrupación irlandesa 100 millones de dólares por el derecho de incluir el álbum Songs of innocence en todos sus iPhone 6. Así, la música de U2 quedó grabada en el iCloud para siempre. Un gesto que no fue bien tomado por todos y que incluso llevó a Bono —con mucha ironía— a pedir disculpas en el programa The Graham Norton Show.

No es extraño que, en plena pandemia, Bono conserve ese olfato tan suyo para detectar, como dicen los mercadólogos, nuevas áreas de oportunidad. Y una de ellas fue justamente la radio digital, que en Estados Unidos tiene una penetración del 90%, según iBiquity Digital Corp.

El nuevo negocio de U2 es su canal en SiriusXM, la estación de radio online más poderosa del mundo, con 81 millones de usuarios y ganancias de casi 2 mil millones de dólares por trimestre. En ese canal, Bono tendrá un programa que se llamará Bono calling, en el que hablará sobre “la vida, el trabajo, la esperanza y el futuro”.

Foto: U2 Oficial

Así es Paul David Hewson: hoy imparte cátedra sobre el cambio climático, mañana charla sobre rock con Noel Gallagher y pasado mañana pide el fin de la explotación infantil en África.

LA INCONGRUENCIA

En su libro Bono. En el nombre del poder (Sexto Piso), el periodista Harry Browne es despiadado al señalar los equívocos del cantante: “Bono representa algo más que la mera práctica de la caridad; en realidad, su fama en este campo no tiene nada qué ver con el gasto de su considerable fortuna en las necesidades de los pobres. Es, más bien, un 'abogado defensor' de los desfavorecidos, y como tal, se haconvertido en un símbolo del carácter esencialmente benéfico de la élite rica de Occidente, siempre dispuesta a ayudar a los pobres del mundo, y que sólo espera un poco de ánimo y algunas buenas ideas para eliminar para siempre el hambre y la pobreza. Esto le convierte en un líder idóneo para un sistema de explotación y guerra imperialistas cuya depredación y depravación siguen siendo tan salvajes como siempre”.

Para muchos, resulta paradójico que una figura tan beneficiada por el capitalismo tenga la audacia de criticar la desigualdad social, la hambruna y el cambio climático, que no son otra cosa que las consecuencias del capitalismo más despiadado. Una situación que lo ha llevado a momentos incómodos, como cuando a principios de los 2000, durante un concierto de U2 en Glasgow, Bono dijo: “Cada vez que doy una palmada con mis manos, muere un niño en África”. Entonces del público emergió una voz: “¡Pues deja de hacerlo, pendejo!”.

El crítico de The Guardian, Terry Eagleton, asegura que Bono es cómplice de los banqueros y los neoconservadores. Un fiel reflejo de lo que Harry Browne llama “filantrocapitalismo”. Y es que aunque Bono siempre se ufanó de su “irish proud”, un buen día de 2006 decidió sacar sus negocios de Irlanda, luego de que el congreso de ese país aprobara una ley fiscal que obligaba a los artistas a pagar más impuestos. Entonces se llevó su dinero a Holanda, donde los artistas sólo deben tributar el 5% de sus ingresos.

Eso sí, cuando la prensa británica lo cuestionó por el cambio de dirección fiscal, respondió: “lo que es realmente hipócrita es la idea de que no se pueden usar servicios financieros en Holanda”. Por entonces el grupo se encontraba en su Vertigo Tour, una de las giras más exitosas de la historia del rock, con ingresos que alcanzaron los 389 millones de dólares.

NO SIEMPRE FUE ASÍ

U2 se cocinó con los hervores del punk y algunos ingredientes rebeldes más. Quizás por eso mantuvo una línea combativa bastante creíble desde su primer disco, Boy (1980), hasta por lo menos The Joshua tree (1987). Después ya fue otro cantar.

“La historia de Bono y de todo U2 está muy enmarcada en la turbulenta historia de Irlanda”, asegura en entrevista el crítico musical Octavio Echávarri. “Fueron músicos que crecieron con una responsabilidad social y una idea combativa de la vida. Sus primeras canciones tienen mucho qué ver con las guerras de Irlanda; incluso algunos definieron su música como 'guitarras bélicas', porque simulaban ser marchas de guerra”, agrega el también promotor musical.

Foto: U2 Oficial

U2 no siempre fue una idea cosmética de la transgresión. El disco The unforgettable fire (1984), por ejemplo, contiene amplias referencias a Martin Luther King. Bajo el mismo cariz de grabó The Joshua tree (1987), que fue una producción surgida a raíz del intervencionismo de Estados Unidos en las guerrillas centroamericanas.

“El grupo siempre estuvo inscrito en este discurso, pero hubo un momento en que Bono se asumió como el líder moral de la banda y exageró su postura. Fue así que nació el hombre mesiánico y medio chocante que hoy conocemos”, comenta Echávarri. “Bono ahora es un líder político que no quiere comprometerse con nadie, pero que quiere quedar bien con todo el mundo”.

Pero nadie mejor que las bromas populares del pueblo irlandés para describir a Bono de cuerpo entero:“La diferencia entre Dios y Bono es que Dios no va por ahí creyéndose Bono”.


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