/ martes 2 de noviembre de 2021

Cofepris alerta sobre copas menstruales "pirata" y daño que causan

Los materiales con que están hechas las copas "pirata" pueden dañar la salud de las mujeres

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Luego de que las copas menstruales llegaran a México en 2015 y su uso fuera cada vez más difundido, han comenzado a surgir clonaciones de este producto que ponen en riesgo la salud de las mujeres.

De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en México se han comenzado a detectar cada vez más una cantidad no determinada de “marcas” de copas menstruales que no cumplen con los estándares de calidad requeridos para su uso y que han sido establecidos en el país por la norma 241 (NOM 241) de la autoridades sanitarias.

Las copas menstruales están catalogadas como un dispositivo médico clase II que establece, entre otras cosas, el tipo de silicona que debe utilizarse para su fabricación dado que se introduce en el cuerpo por un periodo prolongado, generalmente más de 30 días.

Actualmente en México hay solo tres marcas registradas para comercializar copas menstruales, entre las que destaca Pro Femme, quien denunció recientemente la ilegalidad en la comercialización de estos productos.

En el 2016 y 2017, la propia Cofepris advirtió de la ilegalidad y riesgos de usar copas menstruales “pirata”.

Entre los peligros de usar copas menstruales “pirata” o no certificadas, las más frecuentes son las alteraciones que causan en el pH vaginal, los desgarres internos, las raspaduras internas o alergias, e incluso infecciones graves por alergia o reacción a alguno de los componentes de los materiales con los que son fabricadas y que evidentemente no cuentan con medidas clínicas.

¿Cómo distinguir una copa menstrual "pirata"?

La Cofepris advierte que la primera señal que debe de causarnos extrañeza es el precio, ya que un dispositivo original cuesta entre 700 y hasta 900 pesos, en tanto que las clonadas se pueden conseguir en el mercado hasta por 100 o 200 pesos.

Los empaques de las copas menstruales “pirata” suelen estar alterados y no tener los sellos y códigos establecidos en su envoltorio exterior.

Estos sellos suelen componerse de una combinación de letras y números que son claves para identificar el número de lote e información del fabricante así como la autorización de la propia Secretaria de Salud federal.

Sally Santiago, gerente de marca Pro Femme, destaca que las copas menstruales “pirata” en México provocan daños severos en la salud de las mujeres y éstas son muy identificables, ya que se venden en línea y generalmente al dos por uno, es decir que se dos copas hasta por 200 pesos.

“Hay muchos productos similares a nuestra marca Pro Femme, pero no están avaladas por organismos internacionales de la salud ni por COFEPRIS en México, además de que utilizan nombres genéricos”, indicó.

Te podría interesar: Ley de menstruación digna reduciría embarazo prematuro: CAMAR

Sally Santiago citó que, de acuerdo con ReportLinker, las copas menstruales se han posicionado como un mercado comercial muy atractivo a nivel mundial generando ganancias hasta de mil 155 millones de dólares sólo en el año 2020 y para 2023 se estima que alcance alrededor de mil 140 millones de dólares.

“En México existen solamente tres marcas de copas menstruales autorizadas por la Cofepris y las consecuencias de utilizar copas clonadas por el mercado negro son desafortunadas, con un alto riesgo de causar alteraciones en la salud vaginal de las mujeres. Sin embargo hasta ahora no se tiene reportado el deceso de ninguna persona”, afirmó.

Las copas menstruales certificadas están hechas con TPE (elastómero termoplástico), un material de grado médico certificado e hipoalergénico, que además es 100 por ciento reciclable, a diferencia del silicón o látex usado en muchas copas “pirata” que es lo que lastima la vagina.

Dijo que es un producto ecológico que ayuda al planeta y disminuye la huella ambiental.

Si se calcula que el promedio de toallas femeninas que se usan en un día, multiplicado por los días del periodo menstrual, multiplicado por los años, son alrededor de 10 mil toallas en una vida. Con una sola copa menstrual se ahorrará dinero, se disminuye la huella ecológica y mejora la salud.

Origen de las copas

Las copas menstruales fueron introducidas al mercado a principios del siglo 20, pero su invención data de 1937 luego de que la actriz estadounidense, Leona Chalmers, patentó el dispositivo.

Sin embargo se tiene registro de que desde los siglos 19 y 20 se fabricaron varios intentos de contenedores con materiales como caucho, látex e incluso metal. Hasta ahora es cuando la comercialización de las copas menstruales se ha comenzado a popularizar por razones de comodidad, conciencia ambiental y salud.

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Luego de que las copas menstruales llegaran a México en 2015 y su uso fuera cada vez más difundido, han comenzado a surgir clonaciones de este producto que ponen en riesgo la salud de las mujeres.

De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en México se han comenzado a detectar cada vez más una cantidad no determinada de “marcas” de copas menstruales que no cumplen con los estándares de calidad requeridos para su uso y que han sido establecidos en el país por la norma 241 (NOM 241) de la autoridades sanitarias.

Las copas menstruales están catalogadas como un dispositivo médico clase II que establece, entre otras cosas, el tipo de silicona que debe utilizarse para su fabricación dado que se introduce en el cuerpo por un periodo prolongado, generalmente más de 30 días.

Actualmente en México hay solo tres marcas registradas para comercializar copas menstruales, entre las que destaca Pro Femme, quien denunció recientemente la ilegalidad en la comercialización de estos productos.

En el 2016 y 2017, la propia Cofepris advirtió de la ilegalidad y riesgos de usar copas menstruales “pirata”.

Entre los peligros de usar copas menstruales “pirata” o no certificadas, las más frecuentes son las alteraciones que causan en el pH vaginal, los desgarres internos, las raspaduras internas o alergias, e incluso infecciones graves por alergia o reacción a alguno de los componentes de los materiales con los que son fabricadas y que evidentemente no cuentan con medidas clínicas.

¿Cómo distinguir una copa menstrual "pirata"?

La Cofepris advierte que la primera señal que debe de causarnos extrañeza es el precio, ya que un dispositivo original cuesta entre 700 y hasta 900 pesos, en tanto que las clonadas se pueden conseguir en el mercado hasta por 100 o 200 pesos.

Los empaques de las copas menstruales “pirata” suelen estar alterados y no tener los sellos y códigos establecidos en su envoltorio exterior.

Estos sellos suelen componerse de una combinación de letras y números que son claves para identificar el número de lote e información del fabricante así como la autorización de la propia Secretaria de Salud federal.

Sally Santiago, gerente de marca Pro Femme, destaca que las copas menstruales “pirata” en México provocan daños severos en la salud de las mujeres y éstas son muy identificables, ya que se venden en línea y generalmente al dos por uno, es decir que se dos copas hasta por 200 pesos.

“Hay muchos productos similares a nuestra marca Pro Femme, pero no están avaladas por organismos internacionales de la salud ni por COFEPRIS en México, además de que utilizan nombres genéricos”, indicó.

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Sally Santiago citó que, de acuerdo con ReportLinker, las copas menstruales se han posicionado como un mercado comercial muy atractivo a nivel mundial generando ganancias hasta de mil 155 millones de dólares sólo en el año 2020 y para 2023 se estima que alcance alrededor de mil 140 millones de dólares.

“En México existen solamente tres marcas de copas menstruales autorizadas por la Cofepris y las consecuencias de utilizar copas clonadas por el mercado negro son desafortunadas, con un alto riesgo de causar alteraciones en la salud vaginal de las mujeres. Sin embargo hasta ahora no se tiene reportado el deceso de ninguna persona”, afirmó.

Las copas menstruales certificadas están hechas con TPE (elastómero termoplástico), un material de grado médico certificado e hipoalergénico, que además es 100 por ciento reciclable, a diferencia del silicón o látex usado en muchas copas “pirata” que es lo que lastima la vagina.

Dijo que es un producto ecológico que ayuda al planeta y disminuye la huella ambiental.

Si se calcula que el promedio de toallas femeninas que se usan en un día, multiplicado por los días del periodo menstrual, multiplicado por los años, son alrededor de 10 mil toallas en una vida. Con una sola copa menstrual se ahorrará dinero, se disminuye la huella ecológica y mejora la salud.

Origen de las copas

Las copas menstruales fueron introducidas al mercado a principios del siglo 20, pero su invención data de 1937 luego de que la actriz estadounidense, Leona Chalmers, patentó el dispositivo.

Sin embargo se tiene registro de que desde los siglos 19 y 20 se fabricaron varios intentos de contenedores con materiales como caucho, látex e incluso metal. Hasta ahora es cuando la comercialización de las copas menstruales se ha comenzado a popularizar por razones de comodidad, conciencia ambiental y salud.

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