/ miércoles 3 de febrero de 2021

En Michoacán, pasantes de medicina son usados por crimen organizado

Los doctores en formación son secuestrados por células delictivas para atender emergencias médicas tal como heridas de bala o primeros auxilios

Morelia, Michoacán-(OEM Infomex). -Los pasantes de medicina en Michoacán están expuestos del crimen organizado “desde siempre”, aseguró el director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Arturo Valencia Ortiz.

Este martes, jóvenes internos en hospitales y clínicas de Michoacán se unieron al paro nacional por la muerte de la doctora Mariana de Lourdes Sánchez Dávalos el pasado 29 de enero en Chiapas, donde denunciaron ser retenidos por el crimen organizado en algunas zonas del estado para atender a sus integrantes.

En entrevista, el director señaló que en cada generación de la Facultad de Medicina de la UMSNH reciben entre 15 y 20 quejas de estudiantes que denuncian haber sido víctimas de esta situación, de los cuales 10 manifiestan haber recibido agresiones físicas.

Actualmente, la Facultad de Medicina tiene 475 estudiantes que realizan servicio social en diferentes partes del estado, en plazas de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), el Instituto del Seguro Social (IMSS), así como en los ayuntamientos y hospitales particulares.

Las plazas son entregadas a los alumnos según su desempeño académico; los primeros lugares que se solicitan son los de vinculación, donde hacen investigación los estudiantes en hospitales de Morelia, así como en la UMSNH.

Te puede interesar: Estudiantes de Medicina exigen servicio social digno

Los centros de salud en municipios donde hay focos rojos son los que menos quieren los estudiantes, ya que están alejados de la urbe; en algunos casos son lugares riesgosos, como en Tierra Caliente y Costa, ejemplificó.

El director reveló que la UMSNH no tiene el número suficiente de personal para darle seguimiento a cada uno de los estudiantes que salen de la ciudad, tampoco hay comunicación con los coordinadores pese a que tienen procesos académicos para continuar con las clases teóricas a distancia.

Por lo anterior, estudiantes como Karen Itzel, quien salió de la comunidad donde labora para solicitar apoyo con el director porque se siente insegura, realizan procedimientos oficiales en la dirección para pedir el cambio de su plaza.

“Nosotros no los podemos cambiar, primero porque hay un consejo y se tiene que evaluar; luego porque no hay más lugares y tampoco porque no se puede quedar sin pasante la población”, mencionó el director.

Valencia Ortiz reconoció que es una situación preocupante para los pasantes de medicina porque se arriesgan en todos los sentidos, ahora más con la pandemia, mientras que el salario que reciben a cambio es de apenas 2 mil 050 pesos a la quincena, pese que tienen que pagar comida, pasaje y renta en el caso de los pasantes que están en lugares alejados.

Al respecto, una estudiante que prefirió no dar su nombre por temor a las represalias mencionó que los pasantes de medicina no tienen el respaldo de la institución medica donde trabajan porque les dicen que es la UMSNH quien debe darles seguridad de su integridad, como tampoco tienen el apoyo en la casa de estudios que pertenecen porque los envían con los directores de la jurisdicción donde trabajan.

Foto: Iván Arias | El Sol de Morelia

“La UMSNH no se preocupa, ni nos preguntan cómo estamos ni si necesitamos algo para trabajar”, indicó la estudiante.

Hasta ahora, ningún estudiante de medicina en Michoacán, en esta generación, ha presentado denuncia oficial de agresiones físicas o de amenazas por el crimen organizado, sin embargo, es conocido por el director de la facultad y por todos los estudiantes de medicina que los pasantes son capturados para atender emergencias médicas de supuestos delincuentes y nadie hace algo, dijo.

“Lo que nos dicen en el trabajo es que nos reportemos cuando regresemos y en la escuela no nos dicen nada”, mencionó la pasante con tono de angustia.

Estudiar medicina; el viacrucis del que nadie habla

Después de que se diera a conocer el incidente ocurrido en el municipio de Ocosingo, Chiapas, donde la doctora Mariana Sánchez Dávalos se quitó la vida después de sufrir abuso sexual y ser ignorada por las autoridades, en Michoacán los egresados de las diversas facultades de medicina que prestan su servicio social a lo largo del estado han levantado la voz para exigir seguridad en los lugares donde son enviados para continuar su formación académica.

De manera anónima, uno de estos doctores en formación platicó con El Sol de Morelia para puntualizar que este tipo de problemáticas ocurren en todas las clínicas de la entidad en las que los recién egresados de la carrera tienen que atender a los pobladores. Sin embargo, en zonas conflictivas donde abunda la delincuencia y el crimen organizado, el ser doctor se vuelve una de las profesiones más peligrosas.

Foto: Archivo | El Sol de Morelia

El testimonio revela que las instalaciones en las cuales tienen que practicar la medicina dentro de estas poblaciones no siempre cuentan con las medidas de seguridad necesarias. Los pasantes, afirma, duermen en las clínicas que a veces no tienen bardas o seguros a pesar de estar toda la noche solos.

“Es mucho más complicado para aquellos que les toca en zonas donde está el crimen organizado, tenemos reportes de algunos compañeros que los secuestran para que curen heridos de bala y luego los regresan, pero eso no es normal, no deberíamos vivir eso; y sólo las autoridades nos dicen que hagamos caso, que les digamos que no podemos irnos y nos dan “clases” para manejar esas situaciones, pero nadie sabe qué hacer cuando le ponen una arma enfrente”, mencionó.

Morelia, Michoacán-(OEM Infomex). -Los pasantes de medicina en Michoacán están expuestos del crimen organizado “desde siempre”, aseguró el director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Arturo Valencia Ortiz.

Este martes, jóvenes internos en hospitales y clínicas de Michoacán se unieron al paro nacional por la muerte de la doctora Mariana de Lourdes Sánchez Dávalos el pasado 29 de enero en Chiapas, donde denunciaron ser retenidos por el crimen organizado en algunas zonas del estado para atender a sus integrantes.

En entrevista, el director señaló que en cada generación de la Facultad de Medicina de la UMSNH reciben entre 15 y 20 quejas de estudiantes que denuncian haber sido víctimas de esta situación, de los cuales 10 manifiestan haber recibido agresiones físicas.

Actualmente, la Facultad de Medicina tiene 475 estudiantes que realizan servicio social en diferentes partes del estado, en plazas de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), el Instituto del Seguro Social (IMSS), así como en los ayuntamientos y hospitales particulares.

Las plazas son entregadas a los alumnos según su desempeño académico; los primeros lugares que se solicitan son los de vinculación, donde hacen investigación los estudiantes en hospitales de Morelia, así como en la UMSNH.

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Los centros de salud en municipios donde hay focos rojos son los que menos quieren los estudiantes, ya que están alejados de la urbe; en algunos casos son lugares riesgosos, como en Tierra Caliente y Costa, ejemplificó.

El director reveló que la UMSNH no tiene el número suficiente de personal para darle seguimiento a cada uno de los estudiantes que salen de la ciudad, tampoco hay comunicación con los coordinadores pese a que tienen procesos académicos para continuar con las clases teóricas a distancia.

Por lo anterior, estudiantes como Karen Itzel, quien salió de la comunidad donde labora para solicitar apoyo con el director porque se siente insegura, realizan procedimientos oficiales en la dirección para pedir el cambio de su plaza.

“Nosotros no los podemos cambiar, primero porque hay un consejo y se tiene que evaluar; luego porque no hay más lugares y tampoco porque no se puede quedar sin pasante la población”, mencionó el director.

Valencia Ortiz reconoció que es una situación preocupante para los pasantes de medicina porque se arriesgan en todos los sentidos, ahora más con la pandemia, mientras que el salario que reciben a cambio es de apenas 2 mil 050 pesos a la quincena, pese que tienen que pagar comida, pasaje y renta en el caso de los pasantes que están en lugares alejados.

Al respecto, una estudiante que prefirió no dar su nombre por temor a las represalias mencionó que los pasantes de medicina no tienen el respaldo de la institución medica donde trabajan porque les dicen que es la UMSNH quien debe darles seguridad de su integridad, como tampoco tienen el apoyo en la casa de estudios que pertenecen porque los envían con los directores de la jurisdicción donde trabajan.

Foto: Iván Arias | El Sol de Morelia

“La UMSNH no se preocupa, ni nos preguntan cómo estamos ni si necesitamos algo para trabajar”, indicó la estudiante.

Hasta ahora, ningún estudiante de medicina en Michoacán, en esta generación, ha presentado denuncia oficial de agresiones físicas o de amenazas por el crimen organizado, sin embargo, es conocido por el director de la facultad y por todos los estudiantes de medicina que los pasantes son capturados para atender emergencias médicas de supuestos delincuentes y nadie hace algo, dijo.

“Lo que nos dicen en el trabajo es que nos reportemos cuando regresemos y en la escuela no nos dicen nada”, mencionó la pasante con tono de angustia.

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Después de que se diera a conocer el incidente ocurrido en el municipio de Ocosingo, Chiapas, donde la doctora Mariana Sánchez Dávalos se quitó la vida después de sufrir abuso sexual y ser ignorada por las autoridades, en Michoacán los egresados de las diversas facultades de medicina que prestan su servicio social a lo largo del estado han levantado la voz para exigir seguridad en los lugares donde son enviados para continuar su formación académica.

De manera anónima, uno de estos doctores en formación platicó con El Sol de Morelia para puntualizar que este tipo de problemáticas ocurren en todas las clínicas de la entidad en las que los recién egresados de la carrera tienen que atender a los pobladores. Sin embargo, en zonas conflictivas donde abunda la delincuencia y el crimen organizado, el ser doctor se vuelve una de las profesiones más peligrosas.

Foto: Archivo | El Sol de Morelia

El testimonio revela que las instalaciones en las cuales tienen que practicar la medicina dentro de estas poblaciones no siempre cuentan con las medidas de seguridad necesarias. Los pasantes, afirma, duermen en las clínicas que a veces no tienen bardas o seguros a pesar de estar toda la noche solos.

“Es mucho más complicado para aquellos que les toca en zonas donde está el crimen organizado, tenemos reportes de algunos compañeros que los secuestran para que curen heridos de bala y luego los regresan, pero eso no es normal, no deberíamos vivir eso; y sólo las autoridades nos dicen que hagamos caso, que les digamos que no podemos irnos y nos dan “clases” para manejar esas situaciones, pero nadie sabe qué hacer cuando le ponen una arma enfrente”, mencionó.

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