Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La frase “el amor mata” podría aplicarse a la reciente relación que se ha establecido entre los humanos y los perros.
Los canes han pasado de ser “los mejores amigos del hombre” a “perrihijos”, refiriéndose esto último a los cuidados que se les prodiga, similares a los de un consanguíneo.
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Compra de ropa, zapatos, gorras, lentes, así como una alimentación excesiva en espacios no adecuados son parte de estas “atenciones peligrosas” que han llevado a la humanización del perro.
Numerosos estudios indican que la probable raíz de este malestar deviene de que las nuevas generaciones no tienen hijos, por lo que los animales suplantan ese afecto. Por ejemplo, una manera de maltrato tiene origen en si el perro está acostumbrado a pasar mucho tiempo con su dueño ya que éste crea un apego excesivo en el que, si se da una separación por un lapso largo de tiempo, el perro puede destruir objetos, orinar o defecar dentro de la casa.
Además, el vestirlos con vestidos o disfraces, darles comida inadecuada o incluso medicarlos con medicina que solo está indicada para humanos se suma a esta nueva forma de maltrato. Las consecuencias que puede traer esta humanización es que las mascotas se tornen agresivas, no se relacionen con otros animales, les provoque ansiedad o problemas con su peso.
Detener estas conductas es posible a través de tres aspectos clave como su alimentación, hábitos y la manera en que los humanos nos relacionamos con ellos. Es importante entonces mantener una asesoría con un especialista como un veterinario que podrá indicar cuál es la dieta adecuada para la mascota y el ejercicio que requiere para mantenerlo saludable.
En esta casa editora, el biólogo Jonathan Méndez Pérez comentó que dentro de las atenciones para nuestros perros está cubrir su esquema de vacunación “se tiene que vacunar a la mascota antes de sacarla a pasear, ya que pueden contraer parvovirus, moquillo, coronavirus canino, enfermedades respiratorias, entre otras”. Señaló también la relevancia de la desparasitación como mínimo una vez al año, pero si el animal sale a pasear de forma constante, se debe de realizar cada seis o cuatro meses.
“Los perros pueden contraer parásitos internos, así como pulgas, garrapatas, chinches y en esas ocasiones te pueden transmitir una zoonosis”, afirmó. Por otra parte, Méndez Pérez destacó que todos los perros necesitan salir a pasear por necesidades de instinto, en un lapso mínimo de media a una hora.
“No importa el tamaño de la raza del animal, ya que hay perros de raza pequeña con un comportamiento muy hiperactivo y necesitan salir dos o tres veces al día. Todos los perros necesitan un espacio donde puedan interactuar y no estar encerrados en cuatro paredes porque les puede causar estrés”.
➡ PARA SABER:
‣ La compra de ropa, zapatos, gorras y lentes, además de una alimentación excesiva en espacios no adecuados. son parte de “atenciones peligrosas” hacia los canes
Reglamentos de protección canina en Michoacán
En el interior del estado existen reglamentos para procurar el bienestar de los perros en diferentes municipios como Zamora y Paracho. El Reglamento de Protección de Animales de Paracho señala que se encuentra penado el no proporcionarle las medidas preventivas de salud y atención médica en caso de enfermedades, tener animales expuestos a la luz solar directa sin posibilidad de buscar sombra y donde no se encuentren protegidos de las condiciones climatológicas adversas.
A su vez el Reglamento de Protección de Animales de Zamora establece que se deben inmunizar contra toda enfermedad transmisible al hombre o a los animales, así como brindarles asistencia sanitaria bajo responsabilidad de un médico veterinario cuando sea necesario.
Mientras que el reglamento de Paracho hace la indicación de que todas las personas que transiten con su mascota por la vía pública están obligadas a llevarla sujeta con pechera y correa o cadena para la protección del mismo animal. Así como recoger las heces de cada mascota que se generen en la vía pública y ser depositadas en algún contenedor de basura.
Los reglamentos de Paracho y Zamora concuerdan en que se penaliza el descuidar la morada, condiciones de ventilación, movilidad, higiene y albergue de los caninos de tal forma que puedan causarles sed, insolación, dolores o atentar contra su salud.
De igual forma se sanciona el mantenerlos permanentemente en las azoteas sin cuidados necesarios y en peligro de sufrir caídas, donde se encuentren expuestos a cambios de clima y sin un lugar para resguardarse. Así como mantenerlo atado de forma que le cause sufrimiento.
