Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En Morelia han sido detectado nueve puntos donde la mariposa monarca ha decidido habitar de forma permanente; esta población es distinta a la migratoria que viaja desde Estados Unidos, afirmó la bióloga Hermelinda Rangel Hernández.
En entrevista en el jardín de su casa, la también experta en mariposas indicó que en 2011 la asociación Siruki Educación Ambiental registró la presencia de orugas en las plantas de las que se alimenta en un jardín hogareño y desde entonces hicieron una investigación sistemática.
De acuerdo al mapa de la asociación, los lugares donde se tiene constancia de la mariposa en la ciudad son el Parque Industrial, Gertrudis Bocanegra, Manantiales, Fraccionamiento Cosmos, Libramiento Sur, Santa María, colonia Chapultepec y el Pípila.
En ese sentido, comentó que el profesor de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Rafael Salgado, escribió un artículo titulado Sin asclepsias no hay monarcas, una vez que observó en el Bosque Cosmos esta flor y las orugas, además habla sobre el fenómeno migratorio.
La presencia de estos lepidópteros implica una ventaja para la especie migratoria, ya que sirve como una reserva ante el posible peligro de extinción debido a los problemas a las que están expuestas, por ejemplo, fenómenos meteorológicos agresivos o el cambio climático indicó la bióloga.
Al preguntar cómo fue su asentamiento en la ciudad, comentó que sucedió a través de un proceso evolutivo a lo largo de cientos o miles de años e incluso artículos refieren que esa población migratoria se separó de la ruta, encontraron la planta que necesitan para vivir y ya no tuvieron necesidad de volver al norte.
“Cuando una especie tiene el alimento de la planta hospedera que alimenta orugas, (asclepias curassavica, predilectas de este insecto) un clima adecuado y logra reproducirse todo el año ya es considerada como una población residente”, señaló.
Los expertos en la materia han comprobado que la mariposa que habita en la ciudad es residente y diferente a la viajera ya que la estancia de ésta en el oriente de Michoacán y Estado de México solo dura cinco meses, de noviembre a marzo.
Asimismo, se han registrado poblaciones residentes en otros lugares o estados que están fuera de las rutas migratorias, como lo son San Luis Potosí, Morelos, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Guerrero, Chiapas y Veracruz.
En busca de climas no agresivos
Las mariposas monarcas migratorias están habituadas a climas templados medios fríos como en Angangueo o Chincua, a donde se trasladan cada año ya que en Estados Unidos el invierno registra una temperatura a menos de tres grados lo que les causa la muerte.
Entonces ¿qué hacen en un clima templado como el de Morelia, donde el clima se hace un poco extremoso?, Hermelinda Rangel afirmó que van adaptándose y que las ciudades donde están registradas hay clima templado donde no baja a menos de 3 grados y tampoco sube a más de 35.
En medio de su patio que alberga diversas especies de plantas, la bióloga dijo que estos insectos se posan donde hay árboles como el eucalipto o el oyamel, aunque este último sirve de refugio contra el viento y la temperatura.
En ese sentido, el doctor Cuauhtémoc Sáenz Romero del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (INIRENA), comentó que la media anual de temperatura de sitios de Oyamel oscila entre los 9 y 10 grados, además que la copa de este árbol es muy densa y por la noche impide que el calor del suelo escape al cielo cuando está despejado y por el día es más frío.
Asimismo, refirió que durante su estancia invernal en México necesitan un sitio suficientemente frío para que no consuman en exceso sus grasas almacenadas, pero no demasiado frío para que si se mojan sus alas durante la lluvia no se congelen.
Del huevo a la mariposa
Rangel Hernández refirió que el tiempo de evolución de este insecto tarda de 30 a 32 días dependiendo de la temperatura ya que de ser un huevo pasar a oruga, posteriormente a una pupa o capullo y finalmente a una mariposa.
Sobre su alimentación, cuando son orugas necesitan estrictamente de la planta hospedera “asclepias curassavica” pues sin ella no hay posibilidad de su ciclo, la cual en Morelia crece de manera silvestre en vegetación perturbada por actividades humanas o áreas de cultivo, sin embargo, cuando son adultas pueden consumir cualquier flor que contenga néctar.
Los riesgos de su hábitat en la ciudad y conservación
Conocer la planta hospedera y reconocer a la mariposa monarca en todas su etapas son dos de las principales tareas para conservar al lepidóptero, aseguró Hermelinda, ya que uno de los riesgos que corren es que la gente las mate por temor o desinformación.
Al preguntar si está a favor del ecoturismo, afirmó que sí siempre y cuando sea organizado, con base en una serie de normas y que promuevan el fenómeno migratorio de forma coordinada; “en Siruki creemos que urge conocer los seres vivos que nos rodean (…) si no conocemos no conservamos”, finalizó.
