Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Madres de familia en Michoacán, luchan por que se respete la identidad sexual de sus hijos quienes sufren discriminación y maltrato de maestros, compañeros de clases e incluso familiares cercanos y sus propios padres.
Carmen Morales, afirmó que lucha junto a grupos LGBTTT+ por el respeto pleno a sus derechos no por ella, sino por su pequeño hijo de 7 años, quien asegura, es transexual desde que tenía 24 meses de nacido.
“Ana” como eligió llamarse, porta vestidos, lleva el pelo largo y peinado con moños y se asume como niña pese a ser varón y así constar en su acta de nacimiento.
“Su padre no la acepta y cada que la ve le corta el pelo y lo viste de niño, aunque ella le dice que es niña”, explica.
En entrevista, Carmen Morales menciona que en la escuela también fue víctima de rechazo y discriminación desde el kínder e incluso, manifestó que amenazaron con expulsarla de una institución educativa si los demás niños o las madres de familia se enteraban.
Narra que, desde pequeña, Ana evitó la ropa de niño y siempre usaba los zapatos de tacón de ella o su abuela: “al principio, pensamos que era normal, pero después notamos que no le gustaban los carritos y que solo jugaba con muñecas”, dijo.
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El descubrimiento, la llevo a psicólogos y médicos endocrinólogos del Hospital Infantil de Morelia, quienes la mantienen en tratamiento a fin de que su desarrollo físico, hormonal y emocional sea lo más parecido al de una niña.
Además, ha emprendido acciones para lograr su cambio de identidad oficial, pero en este campo se ha encontrado con el impedimento de que se requiere del permiso del padre, hecho que no ha conseguido.
“Yo me divorcie de mi esposo porque él no acepta a nuestra hija como es”, explica.
Carmen Morales asegura que Ana es una niña feliz, con un desarrollo psicosocial normal y con una identidad sexual totalmente definida pese a su corta edad, por lo que lamenta que la sociedad esté hecha para personas heterosexuales.
Reconoce que el camino que falta por recorrer para que su hija logre el cambio de identidad es largo, pero mencionó que ella y sus abuelos maternos la apoyarán siempre.
Como Carmen, existen al menos otras dos madres de familia que han emprendido la misma lucha por la identidad sexual de sus hijos.
“Sé del caso de otros dos niños, pero me pregunto, cuántos otros habrá que están viviendo situaciones similares sin que sus padres lo noten y hagan algo o cuantos padres, aun sabiendo, no lo aceptan o reconocen”, se preguntó.