Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En medio de turbantes y pelucas, María Elena Lozano Álvarez lucha contra el cáncer de mama. Es sobreviviente y un caso de éxito, pero sabe que la tarea no está terminada. Ahora mismo dedica sus palabras y sus consejos a aquellas mujeres que les está tocando vivir lo que ella padeció hace 6 años.
Su local es pequeño pero suficiente. Como si estuviera predestinado, las paredes son color rosa para recordar que el cáncer de mama está vigente y afecta a muchas mujeres. Bellísima Guerrera nació apenas en el mes de marzo de este año y el objetivo es brindar ese acompañamiento cuando la enfermedad invade.
“Yo estaba en Zamora, tenía 44 años de edad y antes el cáncer ya le había dado a mi mamá en la matriz. Yo sentí una pequeña molestia en el seno, era una bolita que no me dolía, pero empecé a sentir un leve malestar, fui al doctor y me hicieron la biopsia para descubrir que se trataba de la enfermedad”.
Pese a la noticia, confiesa que en un primer momento no lo alcanzó a dimensionar y ni siquiera le pasaba por la mente que fuera algo grave, pues aunque revisaba en internet todo lo relacionado al tema, asegura que no se sentía como las evidencias exhibían.
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Fue hasta cuando la operaron y le quitaron la venda cuando vino el golpe de realidad. Mirarse ante el espejo sin un seno fue un golpe que costó de asimilar, pues aunque entiende que esa parte del cuerpo no te define como persona, explica que sí era un factor importante de su autoestima, se trataba de una mutilación.
“No dejé de ir a trabajar, las quimioterapias eran cada 22 días y la primera impresión fue dura, porque veía mucha gente en el área de cáncer en el IMSS y yo no me sentía así; pero también decidí estar con el ánimo arriba, no verme enferma”.
Con la experiencia de los años y el haber vivido el cáncer en carne propia, María Elena expone que nadie en este mundo te prepara para tomar quimioterapias, ya que no solamente se trata de asimilarlo, sino de resistir las sensaciones incómodas que genera y que van desde la caída del pelo, el cansancio, vómitos, diarrea y unas intensas ganas de no pararte de la cama.
De acuerdo a datos proporcionados por la jefa del departamento de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), Claudia Vega García, en 2019 se presentaron un total de 272 casos positivos de cáncer de mama, mientras que en el tema de decesos por este padecimiento se registraron 227.
A decir de la doctora, estos datos han sido variables en los últimos cinco años, pero en lo que respecta a 2020, apuntó que se han presentado 167 casos positivos y 69 muertes, aunque este número, refirió, no provoca que eche las campanas al vuelo.
“No quiero ser optimista, pues aunque se ha disminuido el número de casos, también esto se debe a que hemos tenido poca demanda en la asistencia de las pacientes para realizarse una mastografía”.
La especialista recordó que el cáncer de mama es el número uno dentro de las patologías malignas en las mujeres; por ello, aseveró que desde los 20 años es recomendable que se realicen una autoexploración de mama por lo menos una vez al mes y ocho días después de que inicie el periodo de menstruación.
“El objetivo es poder identificar cualquier cambio que no sea habitual en nuestra mama, que nos paremos frente a un espejo y podamos distinguir si existe una diferencia en el color, tamaño o dimensión a través de las yemas de los dedos”.
María Elena Lozano no admite frases románticas y señala que la enfermedad nunca deja de ser terrible. Recuerda cómo a los 20 días comenzó a perder el pelo, la debilidad y falta de energía, cómo las uñas se convertían en color negro y simplemente se caían, además del intenso dolor de huesos.
Tras una sesión de quimioterapia, se desmayaba en la cama por lo menos tres días, tiempo en el que perdía el sabor por la comida y todo le sabía a una moneda cualquiera. Aunque no le gustaba verse en esas condiciones, entendió que tenía que estar con el mejor ánimo posible.
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Hablar de recuperación es un término a medias, pues María Elena sabe que ya nunca más podrá descartar la enfermedad y es consciente que en cualquier momento se puede expandir a cualquier otro órgano del cuerpo.
Abogada de profesión, dedica los fines de semana a su local para hacerle saber a las mujeres con cáncer de mama que no están solas. “Ni la misma familia sabe qué decirte”. Dice que lo único que hace es ofrecer herramientas para sobrellevar la enfermedad y al mismo tiempo, compartir su proceso para que se entienda de una vez por todas, que al cáncer se le puede vencer.