Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Pese a la pandemia de Covid-19, feministas salieron a manifestarse en contra de la violencia de género y el sistema patriarcal que no las protege. Así lo gritaron durante el paso de la manifestación en el Centro Histórico de Morelia que se realizó por la tarde de este lunes en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Con paliacates y mascadas, las mujeres intentaron obstruir a curiosos y reporteros que hacían transmisiones en vivo en las cuales se veían las pintas que realizaron en las canterías recién limpiadas por el Ayuntamiento de Morelia.
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Desde el punto de arranque y hasta Palacio de Gobierno, las jóvenes rompieron los vidrios de ventanas de bancos y oficinas de gobierno como señal del hartazgo que tienen porque las autoridades no las apoyan.
La marcha partió de la Fuente de Las Tarascas, donde se dieron cita los 11 grupos que conforman la Red Colectivas Feministas de Michoacán, así como también mujeres que por su cuenta prefirieron exponerse a contagiarse de coronavirus antes que quedarse calladas, dijeron en el anonimato.
Alrededor de mil mujeres caminaron en filas sobre la avenida principal; cada línea se sujetó de un cordón que ayudó a mantener el distanciamiento por la contingencia sanitaria de Covid-19.
Había mujeres de todo tipo de edades, desde niñas hasta la tercera de edad, algunas sin sostenes y otras pintadas de manchas rojas con la finalidad de simular la sangre derramada por las víctimas de violencia en el último año.
Al llegar a Palacio de Gobierno, después de romper las ventanas de la entrada principal del edificio, las mujeres hicieron un alto total e hicieron un minuto de silencio por las víctimas que no sobrevivieron, por las niñas que fueron violadas durante la contingencia, por cada mujer que fue golpeada por su pareja sentimental, por las secuestradas, las acosadas sexualmente, las madres, las hermanas, las amigas y las desconocidas.
Con la mano derecha levantada y empuñada, las feministas en cuclillas quedaron sobre el asfalto de la avenida Madero, frente a Catedral, justo cuando el sol se escondía al poniente de la ciudad.
La policía estatal y municipal solamente fue espectadora porque en ningún momento se detuvo el deterioro que perpetraron en los edificios de la principal avenida. Se quedaron en las calles aledañas y solamente dos patrullas las acompañaron al frente y final de los contingentes formados previamente por las organizadoras de la Red de Colectivas.
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