/ martes 16 de noviembre de 2021

Niños jornaleros migrantes, entre precariedades y sin identidad

Muchos niños campesino padecen desnutrición, enfermedades y abuso sexual

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Riesgos en el campo, cansancio, desnutrición, problemas en la piel, infecciones, falta de vacunas y de documentos oficiales son algunas de las problemáticas a las que se enfrentan los niños jornaleros migrantes en Michoacán, aseguró la psicóloga Ana María Méndez Puga.

De acuerdo a las investigaciones que ha realizado la también maestra en Ciencias de la Educación en zonas rurales, los diversos factores de riesgo suceden ya que lo primordial para las familias que llegan al campo es el trabajo, puesto que en sus lugares de origen no tiene forma de sobrevivir.

“No hay empleo, no tienen tierra para cultivar y si la hay solo es para el autoconsumo, entonces al llegar a estos lugares ejercen su derecho al trabajo, pero se necesita tener mejores condiciones”, dijo.

Al llegar al campo, si los hijos de los jornaleros no trabajan tienen que cuidar a sus hermanos, además muchos de ellos no juegan y tienden a estar cansados lo cual inhibe su desarrollo, por ende, suelen ser tallas más pequeñas de ropa.

En cuanto a las enfermedades, Mendez Puga indicó que principalmente sufren desnutrición e infecciones recurrentes en la piel u ojos debido a que las avionetas pasan por los campos para fumigar y los niños se encuentran ahí.

La psicóloga dijo que a pesar de que existen albergues que se construyeron entre las tres órdenes de gobierno en diversos municipios para atender a las familias, como en Yurécuaro, Tanahuato, Huetamo, Coahuayan, Taretan, Nuevo Urecho y Los Reyes, también sufren de hacinamiento.

Asimismo, comentó que a pesar de que los albergues se encuentran en buenas condiciones, las personas que se encuentran en escenarios secos, con polvo y tierra no suelen bañarse frecuentemente o el agua suele estar contaminada. Además, el hacinamiento es un factor importante que los vulnera ya que suelen estar expuestos a los abusos sexuales.

En ese sentido, Méndez Puga refirió que en los albergues han encontrado a niñas que han sido vulneradas y que han tratado de apoyar, sin embargo, en la mayoría de los casos no quieren denunciarlo.

Durante el mes de octubre la docente y sus colegas acudieron a Tanhuato y Yurécuaro para ofrecer talleres sobre la prevención del abuso, habilidades socioemocionales y prevención de embarazado adolescente, donde notaron la participación de niñas, niños y madres de familia.

Indicó que, aunque son situaciones que suceden en otros ámbitos o estratos sociales, es más crudo en los niños jornaleros migrantes porque existe polivictimización.

Al preguntar si existen altos índices de violencia entre familias, la psicóloga afirmó que sí hay conflictos entre pares porque son muchas culturas conviviendo, con distintas realidades e intereses.

En ese tenor, explicó que en los campos agrícolas de la entidad, además de la presencia de michoacanos, también arriban continuamente familias provenientes de los estado de Guerrero, Guanajuato, Zacatecas y Chihuahua e indígenas retornados de California o Washington. Asimismo, han encontrado niños guatemaltecos y griegos.

La maestra dijo que en su mayoría son michoacanos y guerrerenses, pero “es difícil registrar a una población que está en constante movimiento, cada semana hay distintos, aunque hay familias que permanecen. Agregó que los jornaleros de Michoacán son purépechas que provienen de Tacuro, Zipiaco, Santa Fe, San Andrés, Los Reyes de Santa Rosa, entre otras comunidades.

Niños jornaleros sin identidad y adultos sin vacunas

Ana María Méndez refirió que muchos de los niños no cuentan con un acta de nacimiento o papeles oficiales porque sus padres no los registraron, por ende, al recibir educación no se les entrega un documento que los acredite por falta de identidad.

“Son registrados hasta que regresan a sus pueblos o en ocasiones se les olvida a los padres y van creciendo sin ese derecho a la identidad (…) hoy en día no es muy fácil preguntar si cuentan con sus documentos, porque la gente es muy hermética”, dijo.

En el caso de las vacunas contra Covid-19, señaló que los varios adultos que viajan desde otro estado no alcanzaron, quisieron o pudieron acudir a los centros ya que implicaba hacer un trámite que los acreditara como trabajadores jornaleros migrantes, lo que implicaba perder un día de trabajo y "eso no está en su lógica".

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Riesgos en el campo, cansancio, desnutrición, problemas en la piel, infecciones, falta de vacunas y de documentos oficiales son algunas de las problemáticas a las que se enfrentan los niños jornaleros migrantes en Michoacán, aseguró la psicóloga Ana María Méndez Puga.

De acuerdo a las investigaciones que ha realizado la también maestra en Ciencias de la Educación en zonas rurales, los diversos factores de riesgo suceden ya que lo primordial para las familias que llegan al campo es el trabajo, puesto que en sus lugares de origen no tiene forma de sobrevivir.

“No hay empleo, no tienen tierra para cultivar y si la hay solo es para el autoconsumo, entonces al llegar a estos lugares ejercen su derecho al trabajo, pero se necesita tener mejores condiciones”, dijo.

Al llegar al campo, si los hijos de los jornaleros no trabajan tienen que cuidar a sus hermanos, además muchos de ellos no juegan y tienden a estar cansados lo cual inhibe su desarrollo, por ende, suelen ser tallas más pequeñas de ropa.

En cuanto a las enfermedades, Mendez Puga indicó que principalmente sufren desnutrición e infecciones recurrentes en la piel u ojos debido a que las avionetas pasan por los campos para fumigar y los niños se encuentran ahí.

La psicóloga dijo que a pesar de que existen albergues que se construyeron entre las tres órdenes de gobierno en diversos municipios para atender a las familias, como en Yurécuaro, Tanahuato, Huetamo, Coahuayan, Taretan, Nuevo Urecho y Los Reyes, también sufren de hacinamiento.

Asimismo, comentó que a pesar de que los albergues se encuentran en buenas condiciones, las personas que se encuentran en escenarios secos, con polvo y tierra no suelen bañarse frecuentemente o el agua suele estar contaminada. Además, el hacinamiento es un factor importante que los vulnera ya que suelen estar expuestos a los abusos sexuales.

En ese sentido, Méndez Puga refirió que en los albergues han encontrado a niñas que han sido vulneradas y que han tratado de apoyar, sin embargo, en la mayoría de los casos no quieren denunciarlo.

Durante el mes de octubre la docente y sus colegas acudieron a Tanhuato y Yurécuaro para ofrecer talleres sobre la prevención del abuso, habilidades socioemocionales y prevención de embarazado adolescente, donde notaron la participación de niñas, niños y madres de familia.

Indicó que, aunque son situaciones que suceden en otros ámbitos o estratos sociales, es más crudo en los niños jornaleros migrantes porque existe polivictimización.

Al preguntar si existen altos índices de violencia entre familias, la psicóloga afirmó que sí hay conflictos entre pares porque son muchas culturas conviviendo, con distintas realidades e intereses.

En ese tenor, explicó que en los campos agrícolas de la entidad, además de la presencia de michoacanos, también arriban continuamente familias provenientes de los estado de Guerrero, Guanajuato, Zacatecas y Chihuahua e indígenas retornados de California o Washington. Asimismo, han encontrado niños guatemaltecos y griegos.

La maestra dijo que en su mayoría son michoacanos y guerrerenses, pero “es difícil registrar a una población que está en constante movimiento, cada semana hay distintos, aunque hay familias que permanecen. Agregó que los jornaleros de Michoacán son purépechas que provienen de Tacuro, Zipiaco, Santa Fe, San Andrés, Los Reyes de Santa Rosa, entre otras comunidades.

Niños jornaleros sin identidad y adultos sin vacunas

Ana María Méndez refirió que muchos de los niños no cuentan con un acta de nacimiento o papeles oficiales porque sus padres no los registraron, por ende, al recibir educación no se les entrega un documento que los acredite por falta de identidad.

“Son registrados hasta que regresan a sus pueblos o en ocasiones se les olvida a los padres y van creciendo sin ese derecho a la identidad (…) hoy en día no es muy fácil preguntar si cuentan con sus documentos, porque la gente es muy hermética”, dijo.

En el caso de las vacunas contra Covid-19, señaló que los varios adultos que viajan desde otro estado no alcanzaron, quisieron o pudieron acudir a los centros ya que implicaba hacer un trámite que los acreditara como trabajadores jornaleros migrantes, lo que implicaba perder un día de trabajo y "eso no está en su lógica".

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