Morelia, Mich.- (OEM-Infomex).- “A las mujeres nos toca hacer cosas que nunca hubiéramos imaginado que íbamos a hacer, por ejemplo yo cuando empecé a tocar violín era muy pequeña e interpretaba canciones de Beethoven con un vestido de princesa, sin embargo el mundo de la farándula me dijo ‘quítate ese vestidito y en lugar de eso te vas a poner este bikini’, por lo que pasé de un teatro a un cabaret, pero cuando no tuve nada Dios abrió su corazón y me arropó”, así relató en entrevista para El Sol de Morelia Olga Eugenia Breeskin Torres, reconocida artista ex vedette de los años 70 y 80, originaria de la Ciudad de México.
Olga, quien en algún momento de auge en su carrera dijera “Despídete de los complejos y llegarás a ser vedette”, hoy día es conferencista cristiana y utiliza su violín y voz para hablar sobre su experiencia de vida a las mujeres que han sufrido violencia o han pasado por momentos de crisis, pues aseguró que los tiempo de Dios son perfectos, por lo que dará una charla en la Iglesia de Amor y Restauración, ubicada en la Quiroga, calle Puerto de Coatzacoalcos número 95, fraccionamiento Tinijaro, el 21 y 22 de junio, donde relatará cuando su amigo Juan Gabriel la dejó plantada en un evento en la Vegas Nevada, Estados Unidos, que le hizo perder toda su fortuna.
Asimismo, relató en exclusiva que a los ocho años de edad aprendió a tocar violín por imitación de su padre, gran violinista y conductor de origen ruso Elias Breeskin, quien fue la persona que más la influyó y la impulsó en el ámbito musical. “Cuando era muy jovencita comencé mi carrera tocando música clásica en un restaurante, tenía como 12 o 13 años de edad, y a los 17 al estar amenizando la comida de los comensales, Raúl Velasco entró y me echó el ojo como vulgarmente se dice, esto cambió mi vida, aunque el dinero que me ofrecían fue lo que me atrajo no estuve muy conforme, pero ya no pude meter reversa”.
Tras su descubrimiento comenzó a incursionar en programas de televisión, en un primer momento para menores de edad, incluso en el año de 1970 fue lanzada como “La chica del violín”, sin embargo fue gracias a esta fama que fue creciendo que los dueños de los cabarets comenzaron a hacerle propuestas para tocar violín con poca ropa en el escenario.
Debido al éxito de su carrera viajo a las Vegas Nevada, donde el cabaret, aseguró, le dio la oportunidad de ganar aún más dinero, por lo que los primeros en los que trabajó que fueron La Fuente y El Capri, que eran los de más renombre.
“Eran los cabarets de ley, tenías que pasar por ahí para hacerte famoso y ser una estrella de la noche, yo estuve dos años, pero después pase por muchos otros más. Sí yo entretuve a las personas, en especial a los hombres, sin embargo fue la necesidad financiera lo que me hizo a mí, así como a muchas mujeres, tomar decisiones equivocadas, además el dinero era muy bueno, ya que eran dos funciones diarias y nunca había visto tanto dinero en mi vida”, comentó la ahora violista cristiana.
Su carrera tuvo pleno auge con el show que llevaba su apellido, ya que la cadena Televisa transmitía en televisión el tema musical “Todos queremos ver a Olga” de dicho programa, el cual tuvo gran éxito a finales de los 80.
Sin embargo, a partir del cierre de este show su carrera artística fue en picada y a partir del 2004 sufrió una fuerte depresión que la llevó a las drogas, y justo cuando trataba de salvar su carrera pasaron dos cosas, las cuales relató: “Yuri (Valenzuela, cantante mexicana) y su esposo me predicaron el evangelio sin yo querer saber nada de eso, pero en el 2005 mi amigo Juan Gabriel me dejó plantada en Las Vegas, con un espectáculo millonario que me hizo perder toda mi fortuna y que me dejó en la calle y en calidad de indigente”.
Por lo anterior, dijo que “en el 2007 cuando ya no tenía nada recordé el evangelio que me impartió Yuri y vine a refugiarme a la cruz de Cristo, el cambio toda mi vida. Esto parecería para mucha gente ridículo, pero cuando no tenía nada sólo dios me ayudó, y si unes los puntos de lo que pasó te darás cuenta de que este cambio no lo hizo Olga Breeskin, todo fue por voluntad de Cristo, que en esos momentos de desesperación donde yo quería cometer suicidio me volvió a dar vida y heme aquí compartiendo esa mi experiencia con las mujeres que lo necesiten”.
Finalmente, aseguró que Juan Gabriel nunca se justificó y que simplemente se le hizo fácil avergonzarla públicamente, “para él eso era un evento más, para mí fue la gota que derramó el vaso porque se me acabó la carrera, el aplauso, el dinero, la confianza del público y de los empresarios, de todos y de todo, pero yo no comprendía que eso era necesario que yo lo viviera para acercarme a Cristo, para que en 2017, sin tener dinero ni nada que dar como decía Juanga, me llamará el señor, entonces aquí y ahora después de esos tres años de que me empape de su palabra voy a compartir con las demás personas lo que yo él puso en mi boca, en mi mente y en mi corazón, frente a las mujeres cristianas”.
Dijo que su mensaje es principalmente para las mujeres, para dar a conocer cuánto sufren las mujeres artistas, “todas hemos sido esclavas de los hombres, ya sea como esposa, amiga, hermana, por eso mi mensaje está principalmente dirigido a todas las mujeres violentadas, porque fui una de ellas. Sé que mi caso es contrastante pero es un proceso de vida, cuando uno es joven se le hace fácil, pero ahora ya estoy viviendo otra etapa de mi vida, también me dirijo a los más jóvenes, yo quiero que de mi propia boca escuchen cómo a su edad también a mí todo se me hizo fácil y cómo ese acceso a la destrucción casi me cuesta la vida”.
Antes tenia un violín cabaretero ahora es un violín adorador de Cristo
