/ lunes 13 de abril de 2020

Refutan existencia de túneles en Morelia

El secretario de Turismo de la capital michoacana, Roberto Monroy, aseguró que se tienen detectados cinco

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Desde la muy lejana década de los sesenta del siglo pasado, cuando Agustín Arriaga Rivera era gobernador de Michoacán, ya se sugería que en la capital michoacana había túneles escondidos en el subsuelo de su Centro Histórico.

Hoy, cuando se vislumbran los inicios de la segunda década del siglo XXI, hay quienes insisten en lo mismo, pero lo cierto, de acuerdo a tres expertos consultados en la materia, es que eso de los túneles es una mentira, fantasía pura.

Fue en enero de este año que el secretario de Turismo Municipal, Roberto Monroy García, retomó la idea al respecto y aseguró que se tienen detectados cinco túneles a los que habría que acondicionar para que los visiten los turistas.

Existe un estudio por la UNAM desde hace 10 años, sin embargo, se debe de revisar la estructura de los mismos y si son susceptibles a la visita de grupos de personas

Aseguró en su momento.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


En el marzo pasado, el mismo funcionario mencionó que podrían utilizar cámaras proporcionadas por el Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS), mientras que académicos de la máxima casa de estudios se sumarían para definir qué áreas son susceptibles de ser perforadas para su supervisión visual.

Sin un presupuesto definido, Monroy subrayó ante algunos medios de comunicación que harían una radiografía en un lapso de diez días, mientras que la perforación la calcula en dos semanas. Es decir, en menos de un mes, según sus cálculos, se podría saber si hay túneles con las condiciones de ser recorridos.

Contactado recientemente por El Sol de Morelia para conocer con más amplitud su conocimiento del tema, se limitó a decir, vía mensaje de Whatsapp, que el proyecto está en pausa debido a la cuarentena obligatoria por los brotes de coronavirus.


Sería un gasto inútil

Entrevistado sobre el tema, el arquitecto Pedro Núñez González no duda en decir que jamás ha tenido evidencia de que haya túneles que puedan ser recorridos.

“Hay quienes señalan que lo único que se ha encontrado son drenajes, e históricamente no tengo referencia de un sistema de túneles; no dudo que los drenajes sirvieran como tales en cierto momento, pero me parece que lo debemos de ver desde diferentes ópticas; número uno: ¿un atractivo turístico como ése, qué le daría a Morelia? ¿O se lo daría sólo a unos cuántos?, dos: teniendo en cuenta la belleza de Morelia, no vería yo que tenga sentido una inversión como ésa, pues hay muchas otras cosas que se pueden hacer, como la conservación y mantenimiento de propiedades que tienen una historia muy sólida en la vida de la ciudad y son susceptibles de ser restauradas”.

El expresidente del Colegio de Arquitectos de Michoacán afirmó que Morelia tiene muchas otras prioridades para atender de inmediato y que una inversión como la que se planeta podría dispararse.

“He escuchado cálculos, sin que los demos por ciertos, que una inversión en esos supuestos túneles andaría en los 100 millones de pesos. Ante tales montos habría que pensar si vale la pena. Las ciudades patrimonio que tienen mayor afluencia turística tienen mucha presión para conservar su centro histórico. Un ejemplo es Venecia, donde ya empiezan a analizar cuál es el número máximo de turistas que pueden entrar al año, porque es imposible conservar sus construcciones históricas si hay tanta gente, por factores como la contaminación”.

Afirmó que ese tipo de decisiones no puede quedar en manos de unos cuantos.

Me parece que no nos hemos acostumbrado a la idea de consensar por la ciudadanía, pues pareciera que es un pequeño grupo de investigadores los que se han casado con la idea de que eso debe suceder, y de vez en cuando encuentran a un servidor público que se las compra, sin entender los impactos en el mediano y largo plazo. Creo que puede llegar a ser una mala decisión si no está dentro de un plan de desarrollo urbano, turístico y cultural de la ciudad

Para que esto se lleve a cabo, señala, primero tendría que haber evidencia de los investigadores que pueden determinar si existen o no los túneles, para luego reunir a historiadores, restauradores y el ciudadano común.

Se tiene que hacer un estudio serio y con él abrir una convocatoria a la opinión pública, para saber todos los detalles, saber qué edificios estarían implicados. ¿El clero estaría dispuesto a abrirlos? ¿Lo estaría el gobierno estatal? Y habría que revisar la propiedad privada. Ahora bien, ¿qué garantías tenemos que un proyecto así sea sostenible en el tiempo? ¿Cuánto requeriría su mantenimiento anual?”.

Entre el mar de preguntas, agrega que se debe consultar al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien resguarda el nombramiento del Centro Histórico de Morelia como Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO.

“Lo que para mí sería grave es ponerle más presión a nuestro Centro Histórico. Debemos, además, quitarnos la idea eterna que toda la inversión vaya a parar al Centro; hay que ver más allá, apostar por la calidad de vida de todos los habitantes, repartir mejores los beneficios a toda la capital. ¿Cómo es posible que se plantee esto cuando ni siquiera han sido capaces de darle solución a dos cuadras del centro, donde está un estacionamiento que se convirtió en un elefante blanco?”, concluye.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


Leyenda urbana

Para el arquitecto, restaurador e investigador Jaime Alberto Vargas Chávez, el tema de los túneles en el centro es un cuento. “No hay tales, nunca han existido”, sentencia, y argumenta con datos técnicos e históricos.

“En la época en que fue gobernador Agustín Arriaga Rivera existió la misma inquietud, por lo que le pidió al doctor Antonio Mier y Tórcida que se diera a la tarea de buscar algún indicio. Y efectivamente lo hizo, pero nunca se encontró nada. Esto se ha vuelto un tema de interés de varias personas a quienes les ha significado recursos en varias ocasiones, pero desde entonces no hay ningún hallazgo que manifieste de una manera fehaciente que aquí hay tal o cual cosa. Vinieron personas de la UNAM a hacer un estudio, pusieron unas varillas, utilizando electromagnetismo en el atrio de la Catedral. Ahí encontraron espacios que se apreciaron como habitaciones y nada más”.

Investigador y restaurador desde mitad de los 70, Vargas Chávez participó en la intervención del Hotel Catedral y en muchas otras construcciones de la capital michoacana.

En por lo menos cuatro décadas de trabajo y de investigación, “nunca hemos encontrado absolutamente nada”, afirma entrevistado en su despacho.

Abundó en pequeños detalles que caracterizaron la urbanización de Morelia. Habla de cómo la ciudad entró en procesos de mecanización en el primer tercio del siglo XX, del sistema de drenaje, de las cañerías, de cómo se levantó el viejo Cine Colonial.

Si vemos las tapas de las alcantarillas tienen como año de fabricación 1937, 1938. Los drenajes que ahora se están descubriendo por algunas remodelaciones son muy modestos, con dimensiones menores, las tapas son piedras de cantería labrada pero rústica. Todo esto nos dice cómo es el subsuelo de Morelia

Añadió: “Cuando el ingeniero Sandoval hizo el cine Colonial, puso una columna para detener la gayola, la luneta, la metió a unos 5 metros de profundidad, ahí está el suelo firme, la piedra. A diferencia de ciudades como Guanajuato, donde es fácil cavar túneles porque la roca madre está a flor de piel, en Morelia es diferente, en el Centro Histórico está asentado 5 metros y fracción hacia abajo. ¿Eso permitiría hacer túneles fácilmente? Habría que hacer bóvedas, estructuras muy caras, un trabajo exhaustivo. Eso sólo por hablar de aspectos técnicos, de arqueología arquitectónica”.

El arquitecto que tiene en su historial de trabajo restauraciones al Palacio de Gobierno, Palacio Federal, Casa Natal de Morelos, Palacio de Justicia y la misma Catedral no duda en afirmar que “en ninguno de esos y otros edificios hemos encontrado túneles, porque sencillamente no los hay, no existen”.

En la revisión histórica descarta que haya túneles que pudieran conectarse entre diferentes iglesias. “¿Qué sentido tendría que franciscanos y agustinos tuvieran accesos entre unos y otros si ni siquiera se llevaban bien? ¿Conectar un claustro de monjas con uno de hombres? Menos lógica tendría. Entonces, la historia nos lleva a la misma respuesta: no tiene ningún sentido que hubiera túneles”.

Sobre los estudios cantados por la UNAM, minimiza los hallazgos y los reduce a simples contenedores en las obras para construir la Catedral.

“Son sencillamente los espacios que se requerían en el siglo XVII y XVIII para hacer contenedores en los cuales colocar materiales de construcción. En toda gran obra se excava un poco para dejar la cal y otros elementos que se necesitan. Bueno, pues lo que encontraron no son más que esos contenedores. Decir que son túneles es para jalarse los pelos. Quienes llegan a esa conclusión no son constructores, quizá solo buscan la piedra filosofal”, ironiza.

Señala que si quieren encontrar algo en la profundidad del Centro Histórico darán con viejos sanitarios de caja, con bodegas donde las familias guardaban dinero y joyas, con excavaciones realizadas por cristeros que con trabajos conectaban de una casa a otra. Más allá de eso, afirma, lo de los túneles son un cuento genial.

“Con esto ya le dimos la vuelta al círculo y no hay por dónde veamos túneles. Ha sido negocio para algunas personas y eso ya es su gusto, tanto de las autoridades que paguen por estudios que saben serán infructuosos, como también los que investigan y no les han dado para publicar un artículo serio. O que me digan dónde lo escribieron”.

Como anécdota de remate, recuerda que una vez le hablaron para decirle que en Palacio de Gobierno habían encontrado lo que parecía ser la entrada a los túneles. “Se les olvidaba que eso fue el Seminario de la Iglesia, que había baños de comunes en la parte alta y eso descargaba abajo en un gran tanque. Era eso, los baños de abajo, ¡no un túnel!


No hay estudios: INAH

El coordinador de la sección de Monumentos del INAH, Salvador Chacón Piñón, dice que a ese instituto no ha llegado ningún estudio que plantee la existencia de este tipo de construcciones. “No hay un proyecto, una propuesta, un estudio que dé una certeza”.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


Subraya que esa dependencia podría analizar una posible viabilidad, o revisar qué características tienen los supuestos túneles y en qué condiciones están “pero no hay nada más que noticias en medios, personas que dicen que hay túneles, rumores, nada de cosas concretas. Ninguna autoridad municipal o académica nos ha traído un estudio técnico o científico. Entendemos que los estudios que se han hecho necesitarían otro tipo de aplicaciones para poder contrastar”.

Habría que contar con una certeza que los referidos hallazgos no sean sólo huecos, añadió, “pero nadie ha pedido permiso para explorar como tal. Para entenderlo mejor, es como si sacáramos una radiografía, que es lo que se ha estado haciendo, y tenemos una vista por fuera, pero necesitaríamos abrir para comprobar lo que nos muestra esa imagen. Sin embargo, esos estudios son platicados; al menos el INAH no los ha visto en papel, y no podemos opinar sobre algo que no existe”.


“Que el Ayuntamiento ponga sus cámaras del OOAPAS y luego perfore no es así de sencillo”.


Chacón señala que todas las zonas de monumentos en el centro de la ciudad están bajo la protección del INAH, por lo tanto varios inmuebles podrían verse afectados con un proyecto de esas características.

Para que diéramos los permisos, nos tendrían que presentar un proyecto técnico, un análisis profesional, sustentado, no simplemente el permiso, digamos, para hacer un hoyo

Aclara que la gente suele confundir túneles con habilitación de viejos drenajes. Eso, sentencia, es lo que ha ocurrido en ciudades como Puebla. “En Guanajuato también hay infraestructura de drenaje como tal, y en Zacatecas hay conexiones subterráneas por ser una población minera”. A fin de cuentas, dice, “lo que necesitamos son estudios técnicos e históricos que sustenten la posibilidad de que haya túneles, pero, repito, al INAH nunca han traído uno solo”.

Para finalizar, concluye que en el INAH han tenido algunas pláticas con el secretario de Turismo Municipal, quien ha externado esta inquietud, pero la respuesta es la misma: “Nos tendría que presentar un estudio técnico, y de momento, no tenemos nada”.

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Desde la muy lejana década de los sesenta del siglo pasado, cuando Agustín Arriaga Rivera era gobernador de Michoacán, ya se sugería que en la capital michoacana había túneles escondidos en el subsuelo de su Centro Histórico.

Hoy, cuando se vislumbran los inicios de la segunda década del siglo XXI, hay quienes insisten en lo mismo, pero lo cierto, de acuerdo a tres expertos consultados en la materia, es que eso de los túneles es una mentira, fantasía pura.

Fue en enero de este año que el secretario de Turismo Municipal, Roberto Monroy García, retomó la idea al respecto y aseguró que se tienen detectados cinco túneles a los que habría que acondicionar para que los visiten los turistas.

Existe un estudio por la UNAM desde hace 10 años, sin embargo, se debe de revisar la estructura de los mismos y si son susceptibles a la visita de grupos de personas

Aseguró en su momento.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


En el marzo pasado, el mismo funcionario mencionó que podrían utilizar cámaras proporcionadas por el Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS), mientras que académicos de la máxima casa de estudios se sumarían para definir qué áreas son susceptibles de ser perforadas para su supervisión visual.

Sin un presupuesto definido, Monroy subrayó ante algunos medios de comunicación que harían una radiografía en un lapso de diez días, mientras que la perforación la calcula en dos semanas. Es decir, en menos de un mes, según sus cálculos, se podría saber si hay túneles con las condiciones de ser recorridos.

Contactado recientemente por El Sol de Morelia para conocer con más amplitud su conocimiento del tema, se limitó a decir, vía mensaje de Whatsapp, que el proyecto está en pausa debido a la cuarentena obligatoria por los brotes de coronavirus.


Sería un gasto inútil

Entrevistado sobre el tema, el arquitecto Pedro Núñez González no duda en decir que jamás ha tenido evidencia de que haya túneles que puedan ser recorridos.

“Hay quienes señalan que lo único que se ha encontrado son drenajes, e históricamente no tengo referencia de un sistema de túneles; no dudo que los drenajes sirvieran como tales en cierto momento, pero me parece que lo debemos de ver desde diferentes ópticas; número uno: ¿un atractivo turístico como ése, qué le daría a Morelia? ¿O se lo daría sólo a unos cuántos?, dos: teniendo en cuenta la belleza de Morelia, no vería yo que tenga sentido una inversión como ésa, pues hay muchas otras cosas que se pueden hacer, como la conservación y mantenimiento de propiedades que tienen una historia muy sólida en la vida de la ciudad y son susceptibles de ser restauradas”.

El expresidente del Colegio de Arquitectos de Michoacán afirmó que Morelia tiene muchas otras prioridades para atender de inmediato y que una inversión como la que se planeta podría dispararse.

“He escuchado cálculos, sin que los demos por ciertos, que una inversión en esos supuestos túneles andaría en los 100 millones de pesos. Ante tales montos habría que pensar si vale la pena. Las ciudades patrimonio que tienen mayor afluencia turística tienen mucha presión para conservar su centro histórico. Un ejemplo es Venecia, donde ya empiezan a analizar cuál es el número máximo de turistas que pueden entrar al año, porque es imposible conservar sus construcciones históricas si hay tanta gente, por factores como la contaminación”.

Afirmó que ese tipo de decisiones no puede quedar en manos de unos cuantos.

Me parece que no nos hemos acostumbrado a la idea de consensar por la ciudadanía, pues pareciera que es un pequeño grupo de investigadores los que se han casado con la idea de que eso debe suceder, y de vez en cuando encuentran a un servidor público que se las compra, sin entender los impactos en el mediano y largo plazo. Creo que puede llegar a ser una mala decisión si no está dentro de un plan de desarrollo urbano, turístico y cultural de la ciudad

Para que esto se lleve a cabo, señala, primero tendría que haber evidencia de los investigadores que pueden determinar si existen o no los túneles, para luego reunir a historiadores, restauradores y el ciudadano común.

Se tiene que hacer un estudio serio y con él abrir una convocatoria a la opinión pública, para saber todos los detalles, saber qué edificios estarían implicados. ¿El clero estaría dispuesto a abrirlos? ¿Lo estaría el gobierno estatal? Y habría que revisar la propiedad privada. Ahora bien, ¿qué garantías tenemos que un proyecto así sea sostenible en el tiempo? ¿Cuánto requeriría su mantenimiento anual?”.

Entre el mar de preguntas, agrega que se debe consultar al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien resguarda el nombramiento del Centro Histórico de Morelia como Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO.

“Lo que para mí sería grave es ponerle más presión a nuestro Centro Histórico. Debemos, además, quitarnos la idea eterna que toda la inversión vaya a parar al Centro; hay que ver más allá, apostar por la calidad de vida de todos los habitantes, repartir mejores los beneficios a toda la capital. ¿Cómo es posible que se plantee esto cuando ni siquiera han sido capaces de darle solución a dos cuadras del centro, donde está un estacionamiento que se convirtió en un elefante blanco?”, concluye.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


Leyenda urbana

Para el arquitecto, restaurador e investigador Jaime Alberto Vargas Chávez, el tema de los túneles en el centro es un cuento. “No hay tales, nunca han existido”, sentencia, y argumenta con datos técnicos e históricos.

“En la época en que fue gobernador Agustín Arriaga Rivera existió la misma inquietud, por lo que le pidió al doctor Antonio Mier y Tórcida que se diera a la tarea de buscar algún indicio. Y efectivamente lo hizo, pero nunca se encontró nada. Esto se ha vuelto un tema de interés de varias personas a quienes les ha significado recursos en varias ocasiones, pero desde entonces no hay ningún hallazgo que manifieste de una manera fehaciente que aquí hay tal o cual cosa. Vinieron personas de la UNAM a hacer un estudio, pusieron unas varillas, utilizando electromagnetismo en el atrio de la Catedral. Ahí encontraron espacios que se apreciaron como habitaciones y nada más”.

Investigador y restaurador desde mitad de los 70, Vargas Chávez participó en la intervención del Hotel Catedral y en muchas otras construcciones de la capital michoacana.

En por lo menos cuatro décadas de trabajo y de investigación, “nunca hemos encontrado absolutamente nada”, afirma entrevistado en su despacho.

Abundó en pequeños detalles que caracterizaron la urbanización de Morelia. Habla de cómo la ciudad entró en procesos de mecanización en el primer tercio del siglo XX, del sistema de drenaje, de las cañerías, de cómo se levantó el viejo Cine Colonial.

Si vemos las tapas de las alcantarillas tienen como año de fabricación 1937, 1938. Los drenajes que ahora se están descubriendo por algunas remodelaciones son muy modestos, con dimensiones menores, las tapas son piedras de cantería labrada pero rústica. Todo esto nos dice cómo es el subsuelo de Morelia

Añadió: “Cuando el ingeniero Sandoval hizo el cine Colonial, puso una columna para detener la gayola, la luneta, la metió a unos 5 metros de profundidad, ahí está el suelo firme, la piedra. A diferencia de ciudades como Guanajuato, donde es fácil cavar túneles porque la roca madre está a flor de piel, en Morelia es diferente, en el Centro Histórico está asentado 5 metros y fracción hacia abajo. ¿Eso permitiría hacer túneles fácilmente? Habría que hacer bóvedas, estructuras muy caras, un trabajo exhaustivo. Eso sólo por hablar de aspectos técnicos, de arqueología arquitectónica”.

El arquitecto que tiene en su historial de trabajo restauraciones al Palacio de Gobierno, Palacio Federal, Casa Natal de Morelos, Palacio de Justicia y la misma Catedral no duda en afirmar que “en ninguno de esos y otros edificios hemos encontrado túneles, porque sencillamente no los hay, no existen”.

En la revisión histórica descarta que haya túneles que pudieran conectarse entre diferentes iglesias. “¿Qué sentido tendría que franciscanos y agustinos tuvieran accesos entre unos y otros si ni siquiera se llevaban bien? ¿Conectar un claustro de monjas con uno de hombres? Menos lógica tendría. Entonces, la historia nos lleva a la misma respuesta: no tiene ningún sentido que hubiera túneles”.

Sobre los estudios cantados por la UNAM, minimiza los hallazgos y los reduce a simples contenedores en las obras para construir la Catedral.

“Son sencillamente los espacios que se requerían en el siglo XVII y XVIII para hacer contenedores en los cuales colocar materiales de construcción. En toda gran obra se excava un poco para dejar la cal y otros elementos que se necesitan. Bueno, pues lo que encontraron no son más que esos contenedores. Decir que son túneles es para jalarse los pelos. Quienes llegan a esa conclusión no son constructores, quizá solo buscan la piedra filosofal”, ironiza.

Señala que si quieren encontrar algo en la profundidad del Centro Histórico darán con viejos sanitarios de caja, con bodegas donde las familias guardaban dinero y joyas, con excavaciones realizadas por cristeros que con trabajos conectaban de una casa a otra. Más allá de eso, afirma, lo de los túneles son un cuento genial.

“Con esto ya le dimos la vuelta al círculo y no hay por dónde veamos túneles. Ha sido negocio para algunas personas y eso ya es su gusto, tanto de las autoridades que paguen por estudios que saben serán infructuosos, como también los que investigan y no les han dado para publicar un artículo serio. O que me digan dónde lo escribieron”.

Como anécdota de remate, recuerda que una vez le hablaron para decirle que en Palacio de Gobierno habían encontrado lo que parecía ser la entrada a los túneles. “Se les olvidaba que eso fue el Seminario de la Iglesia, que había baños de comunes en la parte alta y eso descargaba abajo en un gran tanque. Era eso, los baños de abajo, ¡no un túnel!


No hay estudios: INAH

El coordinador de la sección de Monumentos del INAH, Salvador Chacón Piñón, dice que a ese instituto no ha llegado ningún estudio que plantee la existencia de este tipo de construcciones. “No hay un proyecto, una propuesta, un estudio que dé una certeza”.


Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


Subraya que esa dependencia podría analizar una posible viabilidad, o revisar qué características tienen los supuestos túneles y en qué condiciones están “pero no hay nada más que noticias en medios, personas que dicen que hay túneles, rumores, nada de cosas concretas. Ninguna autoridad municipal o académica nos ha traído un estudio técnico o científico. Entendemos que los estudios que se han hecho necesitarían otro tipo de aplicaciones para poder contrastar”.

Habría que contar con una certeza que los referidos hallazgos no sean sólo huecos, añadió, “pero nadie ha pedido permiso para explorar como tal. Para entenderlo mejor, es como si sacáramos una radiografía, que es lo que se ha estado haciendo, y tenemos una vista por fuera, pero necesitaríamos abrir para comprobar lo que nos muestra esa imagen. Sin embargo, esos estudios son platicados; al menos el INAH no los ha visto en papel, y no podemos opinar sobre algo que no existe”.


“Que el Ayuntamiento ponga sus cámaras del OOAPAS y luego perfore no es así de sencillo”.


Chacón señala que todas las zonas de monumentos en el centro de la ciudad están bajo la protección del INAH, por lo tanto varios inmuebles podrían verse afectados con un proyecto de esas características.

Para que diéramos los permisos, nos tendrían que presentar un proyecto técnico, un análisis profesional, sustentado, no simplemente el permiso, digamos, para hacer un hoyo

Aclara que la gente suele confundir túneles con habilitación de viejos drenajes. Eso, sentencia, es lo que ha ocurrido en ciudades como Puebla. “En Guanajuato también hay infraestructura de drenaje como tal, y en Zacatecas hay conexiones subterráneas por ser una población minera”. A fin de cuentas, dice, “lo que necesitamos son estudios técnicos e históricos que sustenten la posibilidad de que haya túneles, pero, repito, al INAH nunca han traído uno solo”.

Para finalizar, concluye que en el INAH han tenido algunas pláticas con el secretario de Turismo Municipal, quien ha externado esta inquietud, pero la respuesta es la misma: “Nos tendría que presentar un estudio técnico, y de momento, no tenemos nada”.

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