/ sábado 25 de mayo de 2019

“Sí, soy niño y quiero expresarme como tal”

El artista de 28 años se dedica a pintar murales por el estado; su objetivo es ser restaurador de arte

“Tenía como 11 años cuando le dije que me gustaban las niñas. ‘Es una etapa se te va a pasar’, me dijo mi padre y nunca se me pasó y ahí fue mi primer encuentro donde dije ‘sí, soy niño y quiero expresarme como tal’. Pero cuando decidía hacerlo me frenaba. Ahí fue mi primera salida del primer clóset cuando le dije a mi papá que me gustaban las niñas.”.

Alejandro tiene 28 años, es artista. Actualmente pinta los murales del Museo de Historia Natural.

“Empecé esto de la artisteada desde la primaria, comencé a pintar y me empezó a gustar pero no sabía que se podía estudiar artes”, reflexiona mientras da un pincelazo a uno de los dos murales de las salas del museo.

“Cuando salí de la prepa le dije a mi papá que quería estudiar en Bellas Artes y me dijo no, te vas a morir de hambre, preocupado. Finalmente aceptó a regañadientes, me salí de mi casa a los 20, no estaba a gusto y prefería hacer mi vida”.

Para él la pintura lo es todo. “El pintar me llena, puedo hacerlo por horas y no me canso. Estoy tan concentrado algunos días que se me olvida comer. Es algo que me llena bastante. Nunca pensé que haría este tipo de cosas”.

“Si no me hubiera salido de mi casa y si no hubiera vivido todo lo que he vivido no hubiera hecho lo mismo, creo que no hubiera transicionado”.

Alejandro cuenta para El Sol de Morelia que fue muy difícil la transición. “Yo era antes muy dependiente de mis parejas entonces eso mismo de miedo a ser yo mismo, me hacía ser muy dependiente, Entonces yo le preguntaba a mis parejas que ‘¿si yo cambiara de Alejandra a Alejandro seguirías conmigo?’ y respondían que ‘no’ entonces a mí eso me frenaba, y así pasaba con otra. Con mi última pareja, con la actualmente se encuentra, contestó que no tenía problema, iba a cambiar el exterior y no el interior”.

Ese fue el momento en que Alejandro se dio cuenta que quería traicionar. “He tenido mucho apoyo, fue un largo proceso de introspección fue difícil al principi, y aunque ya había tenido esa disforia desde que empezó a desarrollarse mi cuerpo en la adolescencia nunca lo expresé tal cual y me lo guarde muchas veces a pesar de que soy una persona que siente y dice todo, y eso me lo guarde años”.

Este hombre que circula la ciudad en bicicleta lo han acompañado sus padres “a su manera”.

Sin embargo hubo un tiempo que no le caía el 20 “y seguía diciéndome hija y me hablaba en femenino hasta que hable con él: ‘Me diste dinero para cambiarme el nombre, para sacar el acta, viste la credencial con mi nuevo nombre ¿por qué me sigues diciendo así? ¿Me apoyas o no apoyas?”, recuerda Alejandro la escena mientras observa el ventanal de la sala del museo.

Para el joven artista los transgénero están invisibilizados más que discriminados. “Nos sentimos más así. A la gente no le gusta pensar que existimos porque la gente es hipócrita sabe que existimos pero prefieren no pensar que existimos”.


Alejandro ya tiene su acta de nacimiento con el nombre que corresponde a su identidad de género. “Sí es algo muy importante. A partir de ahí ya estas tomando el control de tu vida, ahora sí estás diciendo este soy yo y quiero que el mundo lo sepa y el mundo lo va a saber. Si es algo muy padre y es un sentimiento muy satisfactorio”.

Hace un año cinco meses Alejandro comenzó su transición. Pidió a sus amigos y sus hermanos que le hablaran en masculino “para saber cómo me siento porque dije a lo mejor no me gusta o no me siento cómodo, tal vez sólo es algo que siento, pero no”.

El artista comenta que al gustarle como lo nombraban lo extendió más meses hasta que llegó el momento que “decidí cambiarme el nombre. Porque tener la misma credencial y que no coincida con el nombre para la gente si es como ‘qué onda, quién eres,’ Ya se vuelve una necesidad hacer el trámite todo completo y para que seas y coincida”.

A Alejandro lo que más le alegra es pintar y “la vida en sí. Ahora veo la vida con más posibilidad. Soy más positivo más alegre. Me ayudado mucho ser yo. Sentirme feliz, amar la vida y todo es color de rosa, me dedico al arte, a lo que amo, antes estaba deprimido y me conformaba con cualquier trabajo”.

“Soy feliz porque soy porque me gusta quien soy,es una pieza muy importante el saber quién eres para disfrutar la vida”Alejandro

“Tenía como 11 años cuando le dije que me gustaban las niñas. ‘Es una etapa se te va a pasar’, me dijo mi padre y nunca se me pasó y ahí fue mi primer encuentro donde dije ‘sí, soy niño y quiero expresarme como tal’. Pero cuando decidía hacerlo me frenaba. Ahí fue mi primera salida del primer clóset cuando le dije a mi papá que me gustaban las niñas.”.

Alejandro tiene 28 años, es artista. Actualmente pinta los murales del Museo de Historia Natural.

“Empecé esto de la artisteada desde la primaria, comencé a pintar y me empezó a gustar pero no sabía que se podía estudiar artes”, reflexiona mientras da un pincelazo a uno de los dos murales de las salas del museo.

“Cuando salí de la prepa le dije a mi papá que quería estudiar en Bellas Artes y me dijo no, te vas a morir de hambre, preocupado. Finalmente aceptó a regañadientes, me salí de mi casa a los 20, no estaba a gusto y prefería hacer mi vida”.

Para él la pintura lo es todo. “El pintar me llena, puedo hacerlo por horas y no me canso. Estoy tan concentrado algunos días que se me olvida comer. Es algo que me llena bastante. Nunca pensé que haría este tipo de cosas”.

“Si no me hubiera salido de mi casa y si no hubiera vivido todo lo que he vivido no hubiera hecho lo mismo, creo que no hubiera transicionado”.

Alejandro cuenta para El Sol de Morelia que fue muy difícil la transición. “Yo era antes muy dependiente de mis parejas entonces eso mismo de miedo a ser yo mismo, me hacía ser muy dependiente, Entonces yo le preguntaba a mis parejas que ‘¿si yo cambiara de Alejandra a Alejandro seguirías conmigo?’ y respondían que ‘no’ entonces a mí eso me frenaba, y así pasaba con otra. Con mi última pareja, con la actualmente se encuentra, contestó que no tenía problema, iba a cambiar el exterior y no el interior”.

Ese fue el momento en que Alejandro se dio cuenta que quería traicionar. “He tenido mucho apoyo, fue un largo proceso de introspección fue difícil al principi, y aunque ya había tenido esa disforia desde que empezó a desarrollarse mi cuerpo en la adolescencia nunca lo expresé tal cual y me lo guarde muchas veces a pesar de que soy una persona que siente y dice todo, y eso me lo guarde años”.

Este hombre que circula la ciudad en bicicleta lo han acompañado sus padres “a su manera”.

Sin embargo hubo un tiempo que no le caía el 20 “y seguía diciéndome hija y me hablaba en femenino hasta que hable con él: ‘Me diste dinero para cambiarme el nombre, para sacar el acta, viste la credencial con mi nuevo nombre ¿por qué me sigues diciendo así? ¿Me apoyas o no apoyas?”, recuerda Alejandro la escena mientras observa el ventanal de la sala del museo.

Para el joven artista los transgénero están invisibilizados más que discriminados. “Nos sentimos más así. A la gente no le gusta pensar que existimos porque la gente es hipócrita sabe que existimos pero prefieren no pensar que existimos”.


Alejandro ya tiene su acta de nacimiento con el nombre que corresponde a su identidad de género. “Sí es algo muy importante. A partir de ahí ya estas tomando el control de tu vida, ahora sí estás diciendo este soy yo y quiero que el mundo lo sepa y el mundo lo va a saber. Si es algo muy padre y es un sentimiento muy satisfactorio”.

Hace un año cinco meses Alejandro comenzó su transición. Pidió a sus amigos y sus hermanos que le hablaran en masculino “para saber cómo me siento porque dije a lo mejor no me gusta o no me siento cómodo, tal vez sólo es algo que siento, pero no”.

El artista comenta que al gustarle como lo nombraban lo extendió más meses hasta que llegó el momento que “decidí cambiarme el nombre. Porque tener la misma credencial y que no coincida con el nombre para la gente si es como ‘qué onda, quién eres,’ Ya se vuelve una necesidad hacer el trámite todo completo y para que seas y coincida”.

A Alejandro lo que más le alegra es pintar y “la vida en sí. Ahora veo la vida con más posibilidad. Soy más positivo más alegre. Me ayudado mucho ser yo. Sentirme feliz, amar la vida y todo es color de rosa, me dedico al arte, a lo que amo, antes estaba deprimido y me conformaba con cualquier trabajo”.

“Soy feliz porque soy porque me gusta quien soy,es una pieza muy importante el saber quién eres para disfrutar la vida”Alejandro

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