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MORELIA, Mich.- (OEM-Infomex).- Días después de la matanza de los 45 indígenas de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas, por parte de los paramilitares, Pedro Valtierra, fotógrafo desde 1975 y quien en ese momento trabajaba para el periódico La Jornada, capturó con su lente el 3 de enero 1998 el momento en que las mujeres indígenas sobrevivientes del ataque, instaladas en el campamento de Xóyep, se enfrentaban al Ejército Mexicano.
Con esta fotografía inicia la exposición “Ellas, las que luchan”, la cual se trasladó del Palacio de Minería de la UNAM, en la Ciudad de México, a Morelia, donde se inauguró el pasado 5 de julio en la Casa Taller Alfredo Zalce, la cual está conformada por 30 fotografías de mujeres guerrilleras capturadas por Valtierra en la época que los movimientos revolucionarios estaban en su máximo desarrollo.
“Estas fotografías son un testimonio de esa lucha de la mujer por conseguir igualdad, pero mediante una lucha armada. Como fotógrafo no es lo único que tengo; sin embargo, al revisar mi colección de negativos me percaté de que en las últimas décadas las mujeres han luchado por sus derechos y por conseguir un trato digno; además de que han encabezado distintos movimientos armados en México y Centroamérica, con esta exposición se da cuenta de ello”, explicó en exclusiva para El Sol de Morelia, Pedro Valtierra, director de Cuartoscuro, agencia de fotografía e información periodística.
En la plática que Valtierra dio, previo a la inauguración, relató varias de sus experiencias como fotógrafo de guerra, en el tiempo que fue periodista y que viajó a diversos lugares de América Central y África desde 1979, donde documentó gráficamente distintos movimientos armados en México y Centroamérica; además de contar con varias imágenes de su autoría que muestran la participación de los jóvenes en el conflicto entre la República Árabe Saharaui Democrática y Marruecos.
“Estas 30 fotos son de lo que yo he visto en varios países, pero ahora que estoy revisando mi archivo de más de 350 mil negativos han salido ahí estás imágenes que me llama la atención, las cuales se propusieron para una la exposición en el Palacio de Minería en la UNAM, que inició en marzo de este año y después se trasladó para acá”, comentó el exfotógrafo de El Sol de México durante dos años (1977 a 1978).
Fotografías de mujeres militantes que portan un arma, con un pasamontañas, un paliacate o una burka, con su vestimenta tradicional o provinciana, en momentos de entrenamiento o cuando protegen su tierra y a los suyos; momentos cuando aprenden a disparar, esto muestran las imágenes de Pedro Valtierra, que son testimonio de los ideales de su lucha ahora expuestas en la casa taller en gran formato, en blanco y negro, las cuales son emblemáticas y fueron publicadas en los periódicos Unomásuno, La Jornada, Contramuro, entre otros medios de comunicación; además de que le han dado la vuelta al mundo.
LA EXPERIENCIA SE HACE, LA AYUDA SE AGRADECE
En la semblanza que realizó Beatriz Zalce, hija de Alfredo Zalce y quien además es dueña de esta casa taller, relató cómo Pedro Valtierra desde niño hizo muchos sacrificios para conseguir su primera cámara, mediante la venta de periódicos, boleando zapatos en Los Pinos y hasta trabajando incluso como conserje.
Además mencionó que su primer acercamiento a la fotografía había sido en el laboratorio del departamento de fotografía de la Presidencia, preparando los químicos para el revelado, pasando después al uso de la cámara de rollo, donde encontró el ángulo y el encuadre que le hizo ganar el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.
En su oportunidad Valtierra comentó que fue aprendiz desde 1973, y comenzó a laborar en los medios cuando entró al periódico El Sol de México en 1977, después estuvo en Unomásuno de 1978 a 1984, y en La Jornada en dos épocas de 1984 a 1986 y de 1995 al 2000.
Señaló que continuó la documentación de los movimientos sociales en los que llama la atención la participación de la mujer, aspecto que siempre atrajo la lente de Valtierra, a partir de 1986, cuando fundó la agencia de fotografía e información periodística Cuartoscuro, la cual está vigente hasta la fecha.
Sin embargo, comentó que desde su perspectiva Unomásuno es uno de los periódicos que existió más importante en la historia porque, aunque hay otros periódicos, este reivindicaba el trabajo de los fotógrafos y les daba crédito de manera permanente para hacer fotografía periodística con un sentido social.
Comentó que fue este medio el que lo envió a Nicaragua, Guatemala, El Salvador y a la República Árabe. “Unomásuno fue un periódico pobre, donde estuve 23 años, hace 40 años y en el 69 tenía que revelar en el baño del hotel cuando viajaba a estos lugares; tenías que secar las fotos con alcohol porque el periodismo así lo exigía, no tardar en imprimir para mandarlas”.
Señaló que conoció en el medio a grandes, y que “siempre estaré muy agradecido con toda la gente que me ayudó, como Madrigal, que fue uno de los fotógrafos que más me ayudó, o Manuel Becerra Acosta, director de Unomásuno, quien me enseñó a revelar de una manera muy práctica y luego me dio un rollo y me dejó solito tomar foto”.
También mencionó a Benjamín Wong, quien fue el director de El Sol de México:
Un día me dijo que leyera la parte más importante de lo que fuera y aprendiera de todo. Mi agradecimiento siempre es para todos en especial para todos ustedes porque les gusta mi trabajo. Yo nunca he dicho que soy un gran fotógrafo, lo único que digo es que trabajo con mucha emoción y ganas, que respeto mucho a los he retratado, pues sin ellos mis fotos no serían lo que son; estoy agradecido con la vida
DESCRIPCIÓN FOTOGRÁFICA
A pesar de la gran colección con la que cuenta Valtierra, cada foto puede describirla como si hubiera sido ayer, las cuales capturó desde 1979, y comenzó su descripción con una de las fotografías que tomó en Nicaragua, la cual se convirtió en icónica.
Se trata de “Idalia”, que es una fotografía de 1980, tomada cuando esta mujer ya no era guerrillera, pero “se encontraba en el aniversario del Ejército Sandinista; tenía un lente 300 e hice tres tomas. Sin embargo, la imagen se publicó muchos años después, la cual da cuenta, en el caso de Guatemala, que la mayor parte de la Organización Revolucionaria de Pueblo en Armas eran mujeres, había dos capitanas, una de 23 y otra de 25.
En su descripción, Valtierra comentó que en sus fotografías buscaba lo femenino entre el conflicto, donde las condiciones de luz eran difíciles y no se podía usar flash, cosa que era prohibida en una guerrilla porque la inteligencia ubicaba el disparo y después bombardeaban, pero esto no detenía su labor como fotógrafo.
