/ lunes 31 de octubre de 2022

Condeno enérgicamente la represión y asesinato de una estudiante normalista en Tlaxcala

Nuestro Movimiento se comprometió desde su fundación a no reprimir jamás a ninguna lucha social o estudiantil de nuestro país. Durante más de 70 años el pueblo de México padeció las represiones constantes por parte del PRI, hechos como los sucedidos el 2 de octubre y el 10 de junio, fueron casos emblemáticos de la terrible política represiva que padecíamos.

A esto se suma, los terribles hechos que sucedieron en Tlaxcala el pasado 20 de octubre, donde elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de ese estado reprimieron con violencia a una manifestación de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Lic. Benito Juárez” de Panotla, resultando heridos 30 estudiantes y una normalista asesinada por los golpes en la cabeza que le dio la policía.

La represión a las jóvenes normalistas es inaceptable y no basta con la renuncia del Secretario de Seguridad Ciudadana, es necesario que se investiguen a fondo los hechos y que se apliquen las leyes con celeridad, pues de estos hechos resultó asesinada una joven estudiante quien junto a sus compañeras ejercía su derecho constitucional a la libre manifestación.

Hace unos días conmemoramos el octavo aniversario de los terribles hechos de Iguala en Guerrero, donde el Estado desapareció a 43 normalistas de Ayotzinapa y por los cuales seguimos reclamando verdad y justicia. Hoy, se suma a esta larga lista represiva la exigencia de no impunidad para los hechos acontecidos en Tlaxcala.

Como Senadora de la República condeno enérgicamente estos terribles hechos, la represión no puede ser tolerada, menos aún si viene de un gobierno emanado de nuestro movimiento.

Pido a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a la Fiscalía General de la República intervengan en las investigaciones para que estos hechos no queden en la impunidad ¡NO A LA REPRESIÓN!

Nuestro Movimiento se comprometió desde su fundación a no reprimir jamás a ninguna lucha social o estudiantil de nuestro país. Durante más de 70 años el pueblo de México padeció las represiones constantes por parte del PRI, hechos como los sucedidos el 2 de octubre y el 10 de junio, fueron casos emblemáticos de la terrible política represiva que padecíamos.

A esto se suma, los terribles hechos que sucedieron en Tlaxcala el pasado 20 de octubre, donde elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de ese estado reprimieron con violencia a una manifestación de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Lic. Benito Juárez” de Panotla, resultando heridos 30 estudiantes y una normalista asesinada por los golpes en la cabeza que le dio la policía.

La represión a las jóvenes normalistas es inaceptable y no basta con la renuncia del Secretario de Seguridad Ciudadana, es necesario que se investiguen a fondo los hechos y que se apliquen las leyes con celeridad, pues de estos hechos resultó asesinada una joven estudiante quien junto a sus compañeras ejercía su derecho constitucional a la libre manifestación.

Hace unos días conmemoramos el octavo aniversario de los terribles hechos de Iguala en Guerrero, donde el Estado desapareció a 43 normalistas de Ayotzinapa y por los cuales seguimos reclamando verdad y justicia. Hoy, se suma a esta larga lista represiva la exigencia de no impunidad para los hechos acontecidos en Tlaxcala.

Como Senadora de la República condeno enérgicamente estos terribles hechos, la represión no puede ser tolerada, menos aún si viene de un gobierno emanado de nuestro movimiento.

Pido a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a la Fiscalía General de la República intervengan en las investigaciones para que estos hechos no queden en la impunidad ¡NO A LA REPRESIÓN!