México cada vez se sumerge en un gran océano de información de violencia e inseguridad, los tiempos son electorales, y mientras en Palacio se dicen ser atacados por la magnitud de la infodemia, en las redes se muestra el descaro como de la crueldad como operan los carteles.
Si hay quema de vehículos y grandes despliegues que parecen desfiles militares en la mañanera se discierne cuando se trata de estados gobernados por Morena, ya que todo está orquestado en contra de quienes luchan para la transformación del país. No así cuando se trata de otros donde no es afín, como el reciente caso del secuestro de la alcaldesa de Cotija en Jalisco.
Afortunadamente ahí se contó con la participación de autoridades de nivel federal, la intervención inmediata de la Fiscalía de Jalisco como de los los gobiernos de Alfaro y Bedolla donde ambos se mantuvieron con un despliegue como ningún otro caso quizás a informar primero la liberación y horas más tarde la captura de tres presuntos responsables del secuestro.
Así de efectiva y rápida es la señora justicia cuando existen otros factores, aquí lo lamentable es que todos buscan lavarse las manos sobre el gran desastre que tienen en cada entidad en el tema de seguridad, hay que ver que los detenidos son michoacanos y se busca que el caso sea tomado por la Fiscalía de la República, pues para Enrique Alfaro se trata de Delincuencia Organizada.
“Todos sabemos y conocemos la situación que hay en ese municipio del estado de Michoacán”, a qué se refiere el mandatario de Jalisco cuando dice que todos sabemos y conocemos la situación que hay en ese municipio. Quizás intenta darnos entender que parte de sus males que vive la entidad vecina es por gente michoacana que tiene operaciones en el estado y no por los jaliscienses, los cuales por cierto tienen uno de los carteles más poderosos no solo de México.
Lo que se vive en Zacatecas, no es ajeno a lo pasa en Chiapas,donde también hay jóvenes desaparecidos,o en Jalisco a casi cualquier parte se tiene un ejemplo lo que genera la inseguridad, no se pueden esconder tantos asesinatos debajo del tapete, ya no caben.
Pero esto no solo queda en los hechos directos que tiene México, también en las repercusiones políticas, hay que recordar la crucificción que llevó Peña Nieto por el caso de Atenco,luego Ayotzinapa donde la sangre todavía salpica y los muertos nadie los quiere cargar.
Los 9 años de Ayotzinapa, una vergüenza para la Justicia
A López Obrador se le fue acabando el tiempo y la gran oportunidad de ser el gran estadista, el cual tenía todas las respuestas cuando era oposición, hoy solo recordamos que en 2015 se lanzaba contra su antecesor, “cómo se atreve Peña Nieto a decir que México no puede quedarse atrapado en la tragedia de Ayotzinapa, si el gobierno que detenta no es capaz de esclarecer los hechos y castigar a los verdaderos responsables. Es necesario que deje de simular, que diga la verdad y aplique la ley sin impunidad”, incluso en 2014 el hoy mandatario pedía al priista entregara el poder, “es patético ver a EPN en la TV tratando de justificar lo injustificable. Está atrapado en sus propias contradicciones. Mejor que renuncie”.
Hoy dice Obrador que no es Peña, sin embargo, lo presentado por Alejandro Encinas parece más a “La Verdad Histórica” que entregó el gobierno anterior, que aquella prometida a los padres de los 43 en las jornadas de lucha, el resultado de 5 años de de este gobierno nos lleva a tres causas posibles de la desaparición, entre ellas es que los estudiantes pertenecían a un grupo armado contrario a Guerreros Unidos. Así cada vez se aleja la verdad, y se convierte en el otro encubrimiento.
Especialista político director de Monitor Expresso y ME Editorial. Twitter:@JairoJournalist. email: jairoperiodista@gmail.com
