Morelia, Michoacán.- Dentro de la Catedral de Morelia existe un tesoro que muy pocas personas han visto debido a su ubicación y a que es casi imposible acceder a la torre norte del santuario donde se encuentra.
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Es la matraca monumental que, desde hace 168 años, se encuentra resguardada en el recinto religioso ha sido una de las guardianas, junto con las 21 campanas ubicadas en los lugares estratégicos.
Desde 1856 ha estado en este sitio a la par de todos los acontecimientos sociales, culturales, históricos y políticos que han sucedido a la capital michoacana. En la altura, se es capaz de ver un panorama amplio del territorio.
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De acuerdo con uno de los fundadores de la Archicofradía de Matraqueros y Campaneros de Morelia, José Omar Guajardo Huerta, está formada por seis cajas de resonancia, dos manivelas en forma de estrella y nueve mazos que "al chocar suenan como si fuera una matraca".
Debido a la media tonelada que pesa, debe ser manejada por dos personas; por lo que en esta asociación religiosa participan 42 cofrades que cada domingo también hacen sonar las campanas a las 11:00 horas, la cual se fundó en 1979.
Aunque se desconoce quién la elaboró y la colocó en ese lugar, es importante su uso, sobre todo en los días santos, porque se suple el toque de las campanas para los llamados de los oficios.
Estas piezas dejan de sonar el Jueves Santo, informa el cofrade, con un toque especial conocido como la muerte de las campanas. Además de ser la única en México que sigue en funcionamiento; pese a que en Ciudad de México, Guadalajara y Puebla hay otras.
En este día santo se hace sonar luego del toque de gloria; y, posteriormente, el Viernes Santo en el oficio de las 17:00 horas; a las 18:00 durante el rosario del pésame, y a las 19:00 una vez que inicia la tradicional Procesión del Silencio.
Durante el trayecto, la Archicofradía va cargando una imagen de la Virgen de la Soledad y una vez llegando a la Catedral, se pide permiso para subir a la torre a tocar la matraca por 15 minutos durante el paso de la religiosa y cuando se retira.
Este instrumento de percusión se ha tocado ininterrumpidamente cada año, a excepción de la pandemia por Covid-19 que detuvo las actividades en todo el mundo para entrar a un período de resguardo, detalla Guajardo Huerta.
Son pocas las oportunidades en la vida que se tienen para subir y conocer en persona este monumento debido a que solamente pueden hacerlo los cofrades toda vez que se necesita alguien experto en poderla manejar puesto que un mal movimiento podría descomponerla.
Sin embargo, no todo está perdido porque existe una réplica exacta que las personas pueden conocer, misma que es llevada por los religiosos durante la caminata por la avenida Madero y que en estas fechas es exhibida en la explanada de la Catedral.
Desde lo alto, la matraca seguirá ahí para presenciar cada uno de los cambios que enfrente Morelia; sus atardeceres y amaneceres, sus noches frías, su música y sus movimientos sociales; mientras allá arriba alguien hace accionar el sonido que retumba en el aire.