Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).-Raúl Mejía lo tiene claro, el mercado es un factor que marca a quienes sí y a quienes no se publica al modo tradicional, es decir, mediante las editoriales. Entonces queda la pregunta de cómo competir con personajes armados de marketing, una cuestión que él encontró en una plataforma usada y odiada en el mundo: Amazon.
El que sea una plataforma odiada, lo ejemplifica la existencia de libros como Contra Amazon del escritor español Jorge Carrión, pero Raúl Mejía lo ve desde una forma práctica, pues si bien ese sitio representa uno de los tantos brazos del capitalismo estadounidense “como dicen los gringos, and so”.
Y es que Raúl Mejía publicó hace poco un libro llamado No pise el pasto en esa plataforma, misma que dijo, llegó para modificar el panorama editorial. “Por una parte uno podría decir ‘que triste lo que está pasando con las editoriales independientes, porque eran los espacios donde uno se podía meter, yo creo que sí pero tampoco se va a detener el avance tecnológico, es como lamentarse porque se inventó la imprenta de tipos móviles y no saber qué pasaría con los amanuenses, que desaparecieron”.
Además, contrario a lo que hace la mayoría de quienes son parte de su generación –el escritor está cerca de entrar al séptimo piso- Raúl Mejía cuestiona la tendencia por romantizar el pasado, como si hubiese sido una época de mayor esplendor cuando no necesariamente fue así.
Creo que la idealización del pasado, y el pasado editorial, es casi natural cuando algo va a cambiar, en este momento hay una serie de iniciativas para salvar a las editoriales independientes pero todo salvamento pasa porque alguien lo financie, mencionó.
Pero con lo anterior no se refiere a inyección de presupuesto público a las editoriales, sino a un esquema que es muy recurrido en el mundillo de los libros: “si tu quieres publicar en la editorial que quieras, tú vas a tener que pagar tu edición, aunque sea a precios de ganga pero tú la vas a tener que pagar; por lo menos 40 mil pesos por 500 copias de un libro, en Amazon te gasta o, tú lo haces”.
La cuestión es que el gigante tecnológico ofrece el servicio de impresión bajo demanda, de manera que un libro es editado por el autor, o en su caso algún diseñador que le ayude, de manera digital y si alguien allá afuera lo quiere impreso, lo compra y obtiene su ejemplar o ejemplares según sea el caso. “¿Hay forma de competir con eso?, no, no la hay; entonces pensar que tenemos que entrar al rescate de las editoriales independientes me parece una actividad muy noble, incluso necesaria, pero en cuanto se libere el esquema tecnológico de Amazon, vas a poder publicar tu libro en las cantidades que quieras”.
El escritor mencionó que ha publicado unos ocho libros, de los cuales tres se encuentran colocados, de manera digital, en Amazon, mientras que los publicados de manera física fueron editados por entidades de gobierno como el antiguo Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Conaculta –que ahora es la Secretaría de Cultura federal- la Universidad Michoacana y la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), lo cual es equivalente, mencionó, “a que no me publicó nadie, publicar ahí y no publicar es lo mismo”.
En esta parte, el escritor aprovechó para lanzar una crítica a esas entidades de gobierno, pues mencionó que ninguna de esas tres tiene desarrollados esquemas de ventas, canales de distribución o estrategias de promoción.
En contraparte, dijo, “en cuanto lo subí a Amazon, ocurrió algo maravilloso: primero me empezaron a leer y segundo, empecé a ganar dinero, ¿cuándo me había ocurrido eso?, nunca; entonces pensar que la defensa de las editoriales independientes para los escritores que no son comerciales es una idea romántica, ya no funciona”. Lo anterior no significa, dijo, que los grandes consorcios editoriales vayan a desaparecer,“pero ellos se van a ocupar de escritores taquilleros”.
Su libro más reciente
En lo referente a No pise el pasto, Raúl Mejía compartió que es una continuación de Ni se molesten conozco la salida, los cuales están conformados “por reflexiones de un viejo azorado frente a lo que está pasando ahora y ese viejo soy yo”.
