Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Aunque luce como una campaña llena de buenas intenciones, la convocatoria conocida como Suena la Vida, lanzada el pasado fin de semana por el Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez (FMM) tendrá que ser transparente en su totalidad, pues algunos elementos integrados a esta asociación civil no se han distinguido por la claridad en su función pública.
En la invitación publicada desde el sábado 28 de marzo en sus redes sociales, el FMM hace un llamado a los músicos solistas o en grupo para que envíen un video en el que realicen una participación musical, con la promesa de que va a seleccionar a los diez mejores para entregarles una cantidad “simbólica”, misma que será la suma de lo recaudado en la plataforma Donadora y una aportación, tampoco especificada, que aporte la propia asociación civil.
Donadora es el sitio de internet más popular en México para hacer campañas de recaudación económica, ya sea para fines sociales o particulares. Según informan en su propio portal, “el promotor crea un perfil donde explica para qué necesita recaudar dinero y qué impacto genera cada donación. Los donadores pueden realizar sus aportaciones por cuatro métodos de pago: tarjeta bancaria, Paypal, transferencia interbancaria y depósito en efectivo en tiendas de conveniencia. Al final de la campaña, entregamos todos los fondos recaudados al promotor por transferencia interbancaria. Cobramos el 6.5% + IVA del total recaudado por el promotor de la campaña”.
Cuando un usuario recurre a esta plataforma, cada donación se refleja en el portal, además se muestra el avance porcentual de la meta que se ha puesto el propio convocante. Es decir, hay transparencia por parte de Donadora, pues se establece el porcentaje que retendrá y queda en el usuario cómo use el dinero que la gente aporte.
En la convocatoria del FMM, las personas pueden donar diferentes cantidades y esperar recompensas a cambio. Sin embargo, hay un yerro en dicha dinámica, pues aunque se donen 500 ó mil pesos, la recompensa es la misma: “un souvenir del Festival de Música de Morelia”.
Los que encabezan la organización del festival se han visto involucrados en procesos poco transparentes de administración pública. La directora del encuentro, María Olga Arias, nunca informó cuánto dinero recibió por parte del gobierno federal para la realización del FMM en 2019, pues como se recordará, luego de que se cancelaron apoyos a asociaciones civiles, en un primer momento el Bernal Jiménez quedó fuera de la bolsa del Programa de Apoyo a Festivales Artísticos (Profest), pero su mismo comité anunció que verían la manera de apoyar a festivales trascendentes como el propio encuentro moreliano. La cantidad, empero, jamás se transparentó.
Además, uno de los integrantes de su Consejo Artístico, Rodrigo Sigal, ha utilizado su dirección en el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) para beneficiar a una asociación civil que lleva el mismo nombre, una doble función que ha gozado de la impunidad en diferentes administraciones estatales. Tanto Sigal como Arias trabajaron juntos en el propio CMMMAS por algún tiempo, en el cual de forma paralela se creó la empresa consultora EVA, con la que hacían uso de recursos, instalaciones, insumos y personal pagado por el gobierno estatal, pero con beneficios para sus intereses particulares.
