El peruano tiene muchos talentos que no ha podidoconvertir en capacidades
Hay una máxima en el futbol queadvierte que "el jugador bueno es flojo" y aunque no siempre secumple, en el mayor de los casos así sucede, tal como hemos podidoconstatar en Monarcas Morelia, donde el peruano Andy Polo dejamucho al deseo y enseña una falta de profesionalismo que seacrecienta con el paso de los meses.
Es un futbolista veloz y sumamentehabilidoso que, sin embargo, se tira mucho a la hamaca durante eldesarrollo de los partidos y su pradera derecha se convierte en unala rota para el equipo que lo trajo de Perú a cobrar en dólares,siendo que allá los sueldos son ínfimos en comparación a lo quelos sudamericanos reciben en México.
Cuando se anunció su contrataciónpara Monarca, en los periódicos de su país se advirtió quehabía que prepararse para que pronto regresara porque es unfutbolista inconstante, nosotros dimos cuenta de ello y ahora, casiun año después, nos damos cuenta que tienen razón, porque suintermitencia es desesperante.
Ya perdió la titularidad a manos deRodolfo Vilchis, otro jugador veloz y habilidoso que ha tenidoaltibajos notorios, sin embargo ahora ha regresado al onceinicialista para entregarse al ciento por ciento, aunqueciertamente no controla su proclividad a hacer jugadas de más quelo llevan a perder el balón muchas veces.
Polo necesita, le urge, entender queun profesional debe estar a tope todo el tiempo, que debe pesarsiempre en favor de su equipo, que los rivales deberían temer susacometidas, que debe aprender a soltar el balón cuando esoportuno, que ocupa mejorar sus conceptos futbolísticos para quese vuelva importante en Monarcas.
De lo contrario le sucederá lo quele ha pasado a otros futbolistas que han llegado de Sudamérica conaureola de buenos y han regresado con cajas destempladas a supaís, porque el futbol mexicano es de mayor exigencia y a que elque no da de sí, recibe un ya no, sobre todo en el otrora Equipode la Fuerza donde las antigüedades de los jugadores suelen sercortas.
Andy Polo, entonces, tiene unacuenta pendiente con Monarcas Morelia, la afición moreliana, sucuerpo técnico y, sobre todo, con él mismo, porque se hadesdibujado cada vez más y su futbol se ha tornado tan gris quecuando él entra a la cancha la banda derecha es un nublado molestoy ofensivo por su inoperancia.
Cambiar la cara de la moneda estáen él y solamente en él, porque talentos tiene muchos, pero nolos ha convertido en capacidades y para lograrlo es menester ladisciplina, el esfuerzo, las ansias de ser y la vergüenzadeportiva. Así sea.
