Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Cuando se googlea el nombre de Marco Antonio Beltrán, las ligas que aparecen te hablarán de su paso como peleador por la Ultimate Fighting Championship (UFC), de los cinturones que ha defendido en Lux Fight League de Artes Marciales Mixtas, de su participación en el programa de televisión Exatlón y hasta de las polémicas en las que se vio inmerso con su expareja.
Pero antes de que su nombre figurara a nivel nacional e internacional, su historia se remonta a hace más de 30 años en la ciudad de Morelia, dentro del mítico barrio de la Ventura Puente. Ahí, junto a sus hermanos, Marco fue criado por su madre y aunque la crisis económica de los 90 generada por la famosa devaluación del peso mexicano azotaba los bolsillos de las familias, el “Psycho”, como ahora lo conocen, asegura que se las ingeniaron para que la infancia también tuviera “sus cosas chingonas”.
Con una mirada ruda, barba de candado, músculos definidos y tatuajes que cubren parte de su cuello, pecho, abdomen y brazos, Beltrán se enorgullece de haberse desarrollado en las calles, siempre a lado de sus amigos, o lo que coloquialmente en el barrio se conoce como el “crew”.
“En la adolescencia todo mundo tiene ciertas tendencias y a mí me gustaba juntarme con los amigos, lo que implicaba ese ambiente. El circulo te va absorbiendo y terminas haciendo lo que las calles te dicen y ese momento lo que me decían era que tenía que competir y pelear”.
Mientras bebe un café tranquilamente tras haber paseado a sus perros por la mañana, reconoce que en sus inicios su camino no era precisamente el más lícito ni el más seguro. Influenciado en aquel momento por uno de sus amigos, accedió a pelear clandestinamente en la zona del Mercado de Abastos. La recompensa era de cinco mil pesos, monto que por aquellos años significaban en su vida una auténtica fortuna.
Sin embargo, con el paso del tiempo, fue viendo cómo cada uno de sus colegas terminó cayendo, algunos asesinados en el submundo de lo ilegal y otros simplemente desaparecidos. Ahí, se dio cuenta que no estaba dispuesto a que su nombre pasara a ser parte de una estadística que con el tiempo es archivada y olvidada.
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“En la adolescencia todo mundo tiene ciertas tendencias y a mí me gustaba juntarme con los amigos, lo que implicaba ese ambiente. El circulo te va absorbiendo y terminas haciendo lo que las calles te dicen y ese momento lo que me decían era que tenía que competir y pelear”
“Me tuve que sumergir en el deporte sí o sí. Cuando tuve mi primer trabajo formal y me llega un cheque con retroactivo, inmediatamente lo que hice fue invertirlo en mi equipo de peleador y en pagar mensualidades adelantadas del gimnasio. Eso fue a los 20 años y desde entonces nunca más he parado”.
Después de varios intentos, llegó a The Ultimate Fighter de Latinoamérica, donde sus actuaciones convencieron a los empresarios para ser fichado en la UFC en noviembre del 2014. Luego de múltiples peleas y años exitosos, firmó como Lux Fight League, circuito en el que ha defendido en tres ocasiones su cinturón dentro del peso Gallo.
A diferencia de sus contrincantes, Marco Beltrán considera que posee una cualidad que adquirió en el barrio y que aprendió a distinguir y utilizar en momentos estratégicos cuando se encuentra dentro del cuadrilátero: la mentalidad.
“Son herramientas que no todos tienen. En una pelea la mentalidad lo es todo, el cómo te desenvuelves, porque si te rompes, si sientes la necesidad de dejarlo o rendirte, es porque no tienes esas características que te da el barrio. Y es que las calles te hacen hostil y lo único que quieres es salir de ahí, por más que ames a tu colonia”.
A 16 años de haber comenzado una carrera profesional, el “Psycho” tiene claro que en los barrios populares lo que sobra es el talento, pero lamenta que los chicos nunca cuentan con la dirección y guía correcta, ni mucho menos un gimnasio en el que se puedan desarrollar.
“Yo nunca tuve un lugar para ir a entrenar y cuando lo busqué en las instancias deportivas me cerraron las puertas en la cara, eso mismo pasa con los jóvenes en las calles: nunca son escuchados, nunca son vistos, nunca son apoyados y cuando te sucede eso, lo que haces es dedicarte a lo ilegal, porque ahí no te van a desplazar, sino que terminarás siendo adoptado. Por supuesto que no es lo que soñaste ser, pero al final encuentras un respaldo en ello”.
“Yo nunca tuve un lugar para ir a entrenar y cuando lo busqué en las instancias deportivas me cerraron las puertas en la cara, eso mismo pasa con los jóvenes en las calles: nunca son escuchados..."
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Marco Beltrán intentó emprender un proyecto social en Morelia para tratar de rescatar de las calles a jóvenes talento y aunque en la pasada administración se le abrieron las puertas por medio del Centro Integral de la Juventud, con el tiempo el apoyo le fue retirado tras haber sido denunciado en redes sociales por supuesta violencia física y psicológica en contra de su expareja.
“A mí lo que me duele es que no se dieron a la tarea siquiera de investigar, de ver cómo estaba la situación, porque al final no existe una denuncia en mi contra y mi imagen se mantiene limpia. Este era un proyecto para la gente y el objetivo era que el sistema dejara de cerrarle las puertas a los chicos”.
El próximo 9 de diciembre, en la Ciudad de México, el “Psycho” defenderá por cuarta ocasión su título y si todo sale como lo tiene previsto, posteriormente viajará a los Estados Unidos para seguir peleando. Marco Beltrán se mantendrá entrenando todos los días sin pretexto, rodando por las noches en su moto de pista y seguirá tan polémico como siempre, ¿porque quién en el barrio no lo es?
