Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Con el propósito de incentivar el consumo local, este fin de semana se llevará a cabo el Festival de Arte La Conejilla, en el que participan marcas y diseñadores de la ciudad que ofrecerán sus productos sin intermediarios. La iniciativa se suma a otras que han venido ocurriendo a lo largo del año en Morelia, mismas que reflejan un esfuerzo colectivo por crear economías alternativas y lejanas a los modelos tradicionales de comercialización.
La Conejilla se llevará a cabo en El Abrevadero, de Plaza Villalongín, este 21 y 22 de diciembre a partir de las 12:00 horas, con la participación de emprendedores como el taller de gráfica La Olotera, la productora de arcilla polimérica Diente de León, la marca de arte en madera y otros materiales Chingaderitas, la tienda artesanal Antisocial y los cuadernos cocidos La Dobladera, entre muchos más.
Estos bazares se caracterizan no solo por abrir la participación a productores, sino que ofrecen una experiencia completa a través de músicos invitados, gastronomía y algunas bebidas artesanales.
Nuevas formas de comercialización
Al no tener un lugar fijo para montar exposiciones colectivas, los jóvenes emprendedores se las ingenian para adaptarse a diferentes espacios, lo mismo puede ser un bar, un taller de trabajo, algún corredor o incluso casas habitación. En cuanto a las estrategias de difusión, aprovechan la fuerza de las redes sociales, principalmente Facebook e Instagram, en las cuales publican detalles de cada marca, fotos de sus productos, ligas a tiendas virtuales y por supuesto los precios.
En su mayoría, los participantes de estos bazares hacen sus propios productos, con lo que se evita el sobreprecio de intermediarios. Otro rasgo distintivo y que es muy presente en las nuevas generaciones es el referente a temas como reciclaje, el rediseño para objetos de segunda mano, la producción orgánica y evitar la propagación de contaminantes.
A diferencia de como ocurre en las grandes empresas, aquí difícilmente se cuenta con locales fijos u oficinas. Son costos complicados de cubrir pero que además se vuelven innecesarios ante una dinámica de compra-venta en línea, para lo cual se prefiere la creación de tiendas virtuales que pueden ser albergadas en la misma red social de Facebook o en páginas especializadas como Woo Comerce. A través de estos canales es posible una venta más ágil y las formas de pago se abren a posibilidades como tarjetas bancarias, depósitos a cuenta, paypal o simple y sencillamente ponerse de acuerdo para recibir la mercancía y pagar en efectivo. Sin embargo, organizar bazares o pequeños festivales permite conocer de manera directa a los nuevos empresarios y tener en un espacio pequeño todas las alternativas para la compra.
Otros festivales
El mismo 21 de diciembre se realizará otro bazar bien posicionado en la ciudad: Diente de Oro, cuya sede será el restaurante Ham Bau Bau, ubicado en Madero Poniente 525, Centro. De igual manera, los asistentes pueden encontrarse con ropa exclusiva, tazas, stickers, monederos, bolsas, chocolates, café, bebidas orgánicas e incluso hortalizas. Esta iniciativa lleva varios años de realización, pero han existido otros proyectos como Ponte Trucha, Dadá y La Olotera, todos con similares características.
Aunque no siempre los expositores venden como desean, la estrategia de mostrarse en conjunto sigue entusiasmando a estos emprendedores que a través de dichos mecanismos aportan a la economía local bajo estándares diferenciados: una producción a pequeña escala, técnicas artesanales, reciclaje y cuidado del medio ambiente.