Morelia, Michoacán (OEM-Infomex). – Hace tres años, durante una de sus últimas apariciones públicas, el físico británico, Stephen Hawking, hizo hincapié en el calentamiento global como una de las grandes amenazas para la vida en la Tierra.
Otra de las figuras más influyentes de nuestro tiempo, el empresario y filántropo, Bill Gates, advirtió que si las consecuencias de la pandemia serán graves, no significan nada junto a las que traerá el cambio climático.
¿En qué punto de la historia empezó este peligro? Es difícil determinar con exactitud dónde estuvo oculta la crisis ecológica. ¿Su origen está detrás de la primera revolución industrial? ¿Del consumismo? ¿De la sociedad hiperconectada? ¿De la sobrepoblación o del efecto invernadero? Somos el resultado de la Historia y el presente tiene el rostro de una coyuntura perpetua.
Para muestra, un botón: el pasado 22 de abril, en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, el gobierno de Joe Biden impulsó la cumbre climática, después de la abierta irresponsabilidad que Donald Trump mostró en su gestión, y una generación ferviente de activistas, en la que destaca la mexicana Xiye Bastida, participa y levanta la voz para encarar la turbulencia del futuro.
Pero esto no es más que una consecuencia espejeada. Para comprender los sucesos actuales hay que remontarse varias décadas atrás. Estados Unidos, 1969: un derrame petrolero en California fue la señal de alerta para que el senador demócrata, Gaylord Nelson, y el congresista republicano, Pete McCloskey, impulsaran un día destinado a la enseñanza y actividad ecológica en las universidades. Su coordinador era Denis Hayes, un joven de apenas 24 años, que catalizó el movimiento y dispersó a decenas de gentes en el país: había empezado el efecto bola de nieve. Algo que se vería un año después, el 22 de abril, cuando 20 millones de estadounidenses protestaron por la contaminación y los estragos del desarrollo industrial, en el que sería el primer Día de la Tierra.
Aunque fue hasta 2009 que la ONU declaró el 22 de abril como fecha oficial para conmemorar el Día Mundial de la Madre Tierra, en su momento el impacto fue tal, que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos implementó una serie de reformas en la materia.
Hecha la recapitulación, queda reflexionar en qué lugar de la historia estamos hoy. Bill Gates estima, con el ojo de un profeta moderno, que hay un gran reto: no nos quedan más de 30 años para combatir las emisiones del efecto invernadero. Esa es la crisis inminente, y uno de los ejes de la pasada cumbre climática. Paralelamente, las fichas avanzan: la sequía, la sobreexplotación de recursos, la deforestación, el fracking, el consumo de combustibles fósiles y las 150 especies que se extinguen cada día —según las Naciones Unidas—, así como la llegada del 22 de agosto, día en que se superan los recursos naturales disponibles para 2021.
Como dijo António Guterres, secretario general de la ONU: "La madre naturaleza no espera".
